martes, 31 de marzo de 2015

¿Es importante el desayuno para la escuela?

Desde una perspectiva científica, una alimentación equilibrada requiere considerar, tanto la frecuencia en el consumo de alimentos de los distintos grupos, como su distribución a lo largo del día. En este sentido, el desayuno constituye una de las comidas más importantes del día, entre otras razones, porque cuando es saludable:


• Garantiza una distribución armónica de los nutrientes a lo largo del día.
• Evita algunos hábitos poco saludables de la población infantil (bajo consumo de leche o de fruta).
• Contribuye a prevenir la obesidad infantil.
• Mejora las capacidades de aprendizaje.

Sin embargo, si el desayuno es escaso, los escolares tendrán mayor disposición para:

• Consumir, durante la mañana, chucherías  y golosinas, bebidas gaseosas o artificiales.
• Realizar una comida abundante (alimentos ricos en grasas y proteínas de origen animal), en lugar de alternativas más ligeras (ensalada, legumbres, un poco de carne o pescado, y fruta).

De acuerdo al Instituto Nacional de Nutrición (INN,2008), la importancia del desayuno radica en que es la primera ingesta luego de que el organismo ha estado varias horas sin alimento. La noche es, por lo general, el período de ayuno más largo del día, sobre todo para los niños y niñas, ya que estos duermen más horas que los adultos. Lo ideal es hacer la hora del desayuno un momento compartido de intimidad familiar, en especial para aquellas familias que no pueden reunirse en el almuerzo. El desayuno también prepara a los niños para una jornada de intensa actividad, y a su vez fortalece la formación de hábitos que los acompañarán toda la vida

Por estas razones el conocimiento de la alimentación y la nutrición, se convierte en una herramienta o estrategia esencial para el fomento de la autonomía de los individuos, que les permite actuar intencionalmente y con independencia de influencias. Esto debe co-responsabilizar tanto a maestros como a las familias y ambos deben colaborar conjuntamente para fomentar en los niños y niñas hábitos de alimentación saludables. Estas ideas cobran especial importancia cuando abordamos el Desayuno en la Escuela.

El desayuno en la Escuela

Colaboración escuela-familia. Si desde estos ámbitos no se fomentan hábitos saludables desde las edades más tempranas, se desarrollarán otros (influenciados por costumbres en casa, preferencias personales, medios de comunicación…), que no siempre se orientan en la dirección adecuada y cuya modificación no resultará una tarea educativa sencilla. 
Aunque no siempre es posible llegar a todas las familias, nuestras actuaciones para implicarlas en esta iniciativa son las siguientes:
-En la primera reunión de padres se les proporciona, por escrito, información sencilla sobre las características del desayuno equilibrado y se solicita su colaboración.
-A lo largo del año escolar, se establecen nuevos contactos para: confirmar la información aportada por sus hijos; identificar, en su caso, los cambios necesarios en sus desayunos; y proponer iniciativas para promoverlos de manera progresiva, contemplando las preferencias de los escolares.
-Al finalizar, se debe realizar un informe para evaluar los resultados y compartirlos con la familia.

Circunstancias educativas que pueden favorecer el cambio de hábitos. Desde una perspectiva psicológica habría que tener en cuenta:
-La influencia que los hábitos de padres, profesores, compañeros… tiene en los comportamientos de los escolares (imitación); circunstancia que añade otra dimensión importante a la colaboración familiar.
-La utilidad del conflicto “actitudinal”, como estrategia educativa para que los escolares comparen sus hábitos con aquellos que caracterizan un desayuno saludable.
-La importancia de que los hábitos de los estudiantes desempeñen un papel activo en los procesos de aprendizaje.
Planificación y desarrollo de la enseñanza. Las consideraciones anteriores orientan una serie de iniciativas pedagógicas y didácticas entre las que se destacan:
-Selección de unos pocos y concretos objetivos de aprendizaje, aunque de suficiente interés formativo. Entre otros:
a) Conocer la composición de un desayuno saludable.
b) Promover el desarrollo de desayunos de forma tranquila, que incluya fruta (en trozos o jugo) y que incremente la aportación energética durante la mañana.

- Desarrollo de la enseñanza incluyendo actividades orientadas:
a) Explicitar en el aula los hábitos de los escolares.
b) Analizar (mediante juegos) las características y ventajas de un desayuno saludable.
c) Cuestionar la composición de su desayuno, identificando sus carencias, empleando guías visuales como el trompo de los grupos de alimentos (INN)
d) Elaborar modelos de desayuno variados (para evitar la monotonía), que gusten a los estudiantes y que fomenten el consumo de frutas y cereales.
e) Conocer la composición de productos de consumo industrial, golosinas (lectura de la etiquetas nutricional) y valorar, a nivel elemental, sus efectos en el organismo.
f) Diseñar y llevar a cabo en la escuela, campañas sobre el desayuno saludable.
g) Realizar, mediante, instrumentos de observación y de análisis sencillos, el seguimiento y la valoración de las distintas tareas educativas desarrolladas en el aula.

Razón por la cual se requiere una mayor reflexión acerca de cómo se aborda el acto pedagógico de la alimentación y la nutrición, profundizar en la formación crítica del docente en estos saberes fundamentales para la vida, valorar las historias alimentarias de los individuos, aportar soluciones creativas que permitan satisfacer sus necesidades fisiológicas, culturales, artísticas, sociales en materia de alimentación y nutrición, repensar en la alimentación cono un saber interdisciplinario por excelencia para el logro del autodesarrollo del individuo, con el compromiso y responsabilidad de las instituciones formadores de docentes.
Fuente:
Banet1, E.; López2, C. Y Llamas2, M. J. (2005)
El desayuno en la educación primaria ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS. http://ddd.uab.cat/pub/edlc/edlc_a2005nEXTRA/edlc_a2005nEXTRAp93desedu.pdf


Instituto Nacional de Nutrición (2008). Alimentación en Educación Primaria. Colección Nutriendo Conciencias en las Escuelas para el Buen Vivir.

domingo, 29 de marzo de 2015

La Alimentación en el Preescolar

La etapa preescolar se caracteriza por una estabilidad en el crecimiento, debido a una disminución en la velocidad de talla y peso que condiciona una disminución en el apetito, por lo tanto estos niños necesitan menos calorías por kilo de peso para cubrir sus requerimientos calóricos diarios, en comparación a lo que necesitaba durante sus primeros años de vida.
El niño y la niña en la etapa de educación preescolar, regulan su ingesta y saciedad sin influencias del medio externo, esto hace que mantengan un consumo energético constante durante las veinticuatro horas del día. En este período el apetito es irregular y varía de un día a otro según las fluctuaciones en su crecimiento y su gasto en actividad física; en un mismo día, una comida puede ser copiosa y otra puede no realizarse. Por su puesto esto origina ansiedad en la familia y en las personas que están a cargo de su cuidado.
La maduración neurológica que el niño alcanza en esta etapa, le permite deambular libremente, conocer el mundo que le rodea, buscar el alimento por sí sólo, comunicar más fácilmente la aceptación o el rechazo hacia algún alimento y manejar con su conducta alimentaria el entorno emocional de la familia.
El niño y la niña de preescolar tienen la capacidad de sentarse a la mesa y disfrutar de la comida junto a la familia; a partir de los dos años puede comer por sí solo y utilizar los cubiertos, vasos y tazas de una manera bastante adecuada y entre los cinco a seis años aprende a usar el cuchillo.
Jugar constituye una de las actividades más importantes e interesantes en la vida del preescolar y frecuentemente desplaza a la comida. Una buena progresión en peso y talla, señala una adecuada nutrición, a pesar de que impresione como que el niño durante el día no consume lo suficiente.
Durante esta etapa se estima que el niño alcance un desarrollo físico y cognitivo óptimos, disfrute de la alimentación y reduzca el riesgo de enfermedades crónicas a través de la obtención de hábitos de alimentación apropiados y una participación regular en actividades físicas.

Conductas alimentarias

Las características de las conductas y hábitos de alimentación del niño y la niña en preescolar que parecen algo inadecuadas, se consideran como una variante propia de esta etapa ya que no representan ninguna amenaza para la salud del niño; las mismas pueden evolucionar para desarrollarse positiva o negativamente dependiendo de las experiencias y el aprendizaje que se den dentro del contexto alimentario familiar-social y el grado de control externo impuesto por los padres.
Los desórdenes de la alimentación pueden iniciarse en la edad preescolar; son escasos los niños que atraviesan esta edad sin crear alguna preocupación con respecto a su alimentación, pero la forma de alimentase y las actitudes negativas hacia la alimentación son temporales y se modifican cuando el niño crece, siempre y cuando, se manejen en forma adecuada. Esto es importante para la adquisición de hábitos y conductas alimentarias, gustos, costumbres y modales en la mesa, que deben transmitirse dentro del contexto cultural de cada familia.
La dieta del niño en esta etapa se puede volver monótona y de poca variedad, en algunas ocasiones por rechazar ciertos alimentos (vegetales y verduras) que antes les gustaban, o insistir en comer la misma comida todos los días; negarse a probar nuevos alimentos, e inclusive rechazarlos antes de conocer su sabor y textura. Copian las conductas y hábitos alimentarios de los adultos, por lo que es frecuente conseguir niños que rechazan ciertos alimentos, que al menos uno de sus padres, también lo hace.
Los niños en estas edades aceptan una cierta cantidad de alimento en el plato y no comen más de eso; toleran mejor los alimentos con temperaturas templadas y con olores no fuertes. Prefieren el sabor dulce, y los platos preparados sin salsas, de sabores y texturas suaves, que no tengan pequeños trozos visibles de vegetales o especias de la preparación y que los alimentos no se mezclen en el plato.
Con frecuencia pueden desarrollar fobias a ciertos alimentos que comen obligados o porque se premian. Paradójicamente, los alimentos que se utilizan para premiar conductas, son los preferidos por el niño, y éstos generalmente son alimentos pobres desde el punto de vista nutricional.
Por ello las situaciones de lucha por el control sobre la alimentación entre padres y niños preescolares son frecuentes; la norma es no discutir, esas batallas nunca se ganan. La clave consiste en respetar los roles; mientras el niño decida qué cantidad de alimento consume, el adulto-cuidador decide con qué y cuándo se alimenta el niño.


Fuente: Magda Eligia García Naraez y Elizabeth Dini Golding. (2009).Alimentación en el preescolar. En  Nutrición en Pediatría, Tomo I, Cap 11.p. 295-308. Centro de Atención Nutricional de Antímano CANIA.

viernes, 27 de marzo de 2015

Percepciones frente a la alimentación y nutrición del escolar

La inseguridad alimentaria es un serio problema en el mundo, y constituye una situación de particular preocupación en nuestro país, este fenómeno está influenciado, entre otros, por la limitada disponibilidad, acceso y consumo de los alimentos en el ámbito familiar, lo cual en un medio con carencias, marcan el estado nutricional, especialmente de la población más vulnerable como la población infantil.
El cambio en el estilo de vida de las familias ha hecho que los niños pasen la mayor parte del tiempo en las instituciones escolares, lo cual influye en los hábitos de alimentación y en la calidad y cantidad de alimentos que se consumen, aspectos que puede contribuir a un mayor deterioro del estado nutricional en la infancia.
En la Escuela, los niños y niñas tienen acceso a diferentes alimentos ya sea de los vendedores ambulantes, comercios cerca de la institución, la cantina escolar o del intercambio entre sus compañeros. Los alimentos ofrecidos a los niños, en su mayoría son percibidos de forma positiva y aceptados por ofrecer dulces, productos empacados, gaseosas, alimentos tradicionales en contextos regionales específicos: empanadas, arepas, tequeños, pastelitos, entre otros. Uno de los mayores problemas de estas ventas es la contaminación alimentaria, por la presencia de microorganismos en la materia prima y en los productos como resultado del incumplimiento de las condiciones, medidas higiénico sanitaria durante la transformación de los alimentos, la manipulación y conservación inadecuada del producto.

Los hábitos alimentarios en el escolar
El análisis de la conducta alimentaria incluye hábitos, creencias, costumbres y patrones de alimentación, los cuales están determinados desde lo cultural por normas sociales y desde lo psicológico por exigencias inconscientes; la cultura con su tradición o historia colectiva y el inconsciente con su historia individual forman un trasfondo desde el cual cobra sentido el “acto de comer”. La estructuración de los hábitos alimentarios en la niñez, no responden a un simple acto reflejo, estos comienzan a tener significación a través de una estructura integrada de necesidades, ideas, recuerdos y afectos. La respuesta que da el niño, también implica sus necesidades, sus ideas, sus recuerdos y sus afectos. Sobre esta base debe partir la Educación Alimentaria y Nutricional que enfatice la formación de hábitos saludables en alimentación
Entre los estímulos y la respuesta se intercala el ser orgánico con sus numerosas variables de orden fisiológico, psicológico y sociocultural. El alimento desde esta perspectiva se convierte en un material nutritivo apetecido por los deseos psicológicos individuales de los niños, capaz de satisfacer sus sentidos y apetito y de insertarse en sus costumbres y hábitos, costumbres y hábitos que la madre se encarga de transmitir a sus hijos a través de la cocina, ella cumple una función transformadora al darle sentido y valor el acto alimentario, disponiendo de lo que se come, cómo se come y cuándo se come, con lo que se convierte en un instrumento de sociabilidad al transmitir normas, códigos y representaciones con valor social y cultural. Comer juntos estrecha los lazos familiares, el momento de comer debe convertirse en punto de encuentro, esparcimiento y diálogo, además de ser un espacio de aprendizaje y socialización de normas y hábitos alimentarios.
Por medio del acto alimentario, la madre también da sentido a lo cotidiano, la comida trasciende el hecho físico del alimento y se convierte en un lenguaje que permite expresar, el cuidado, el amor y la responsabilidad para con todos los miembros de la familia.  Así, ella desde el hecho alimentario ejerce relaciones de protección y poder encaminadas a la búsqueda del bienestar principalmente de los niños, a pesar del cuidado y protección que ella les prodiga, éstos se ven sometidos, por la publicidad agresiva que los rodea, a cambios en los hábitos alimentarios, que pueden repercutir en su estado nutricional por ser el grupo más vulnerable
El proceso de socialización pasa de la familia a la escuela y allí se dinamiza, en este espacio el niño atraviesa por diferentes períodos de su desarrollo que son determinantes en la formación de sus valores, de su personalidad y de su identidad como sujeto. La escuela es un espacio en el que el niño aprende nuevas conductas y fortalece otras adquiridas en la familia. En lo relacionado con la alimentación, la escuela es un espacio para la selección, el descubrimiento y el aprendizaje de conocimientos, actitudes y prácticas determinantes en el estilo de vida y en el consumo de alimentos.
La implementación de la estrategia escuela saludable, es sin duda, una posibilidad para motivar a profesores, padres y escolares frente a los diferentes aspectos relacionados con la alimentación y la nutrición. Además de lo anterior, debe retomarse la idea de implementar en el currículo escolar de Educación Inicial y Primaria contenidos, rutinas, abordajes innovadores y creativos que contribuyan a los conocimientos,  actitudes y valores frente a la alimentación y la nutrición por parte de los escolares, que posteriormente redunden en el cuidado de su calidad de vida y en sus prácticas como futuros cuidadores.
Por lo anterior es importante incluir en el proyecto educativo institucional (PEIC, en el caso venezolano) estrategias para sensibilizar, informar y capacitar a los padres, representantes  y los maestros en temas de alimentación y nutrición.
La Cantina Escolar no debe ser solo un espacio para la alimentación, este debe ser utilizado como un espacio pedagógico en el cual el niño complemente y practique los conocimientos adquiridos en la familia y en el currículo escolar como variedad, calidad, presentación de los alimentos, valor nutricional, higiene en el momento del consumo, entre otros.

Fuente: Sandra Lucia Restrepo M.
Nutricionista Dietista. Especialista en Nutrición Humana
http://revinut.udea.edu.co/anter/vol9-1/html/a3/

lunes, 23 de marzo de 2015

¿Por qué Educar en Alimentación y Nutrición?

La educación en nutrición es el proceso por el cual las creencias y las actitudes, las influencias ambientales y los conocimientos acerca de los alimentos, conducen al establecimiento de hábitos alimentarios científicamente fundados, prácticos y acordes con las necesidades individuales y la disponibilidad de alimentos.

Se diferencia de otras intervenciones por ser una actividad de comunicación, cuya intervención reside en la transmisión de mensajes y persigue la modificación de prácticas no deseables, aunque modificables así como reforzar las prácticas positivas.

Además de los hábitos alimentarios, en su área de acción entran otras prácticas que determinan el estado nutricional, por lo tanto, para que la modificación persista en el tiempo, debería ser el resultado de un acto voluntario y consciente.

Como disciplina se enmarca por una parte, en la educación para la salud y por la otra en un modelo biopsicosocial de salud donde convergen multitud de estudios desde la epidemiología o la psicología de aprendizaje hasta la psicología social, la sociología y la antropología dibujando un panorama interdisciplinar que se ocupa del desarrollo y la integración de ciencias biomédicas, sociales y conductuales.

En el comportamiento alimentario se conjugan diversos factores más allá de los nutricionales, debido a que el individuo se encuentra influenciado por condicionamientos desde  los puramente biológicos, hasta los ecológicos, económicos, políticos e ideológicos. Por consiguiente, cualquier intervención que implique educación nutricional debe tener muy presente la complejidad de los mismos.

Toda información nutricional que se pretenda transmitir ha de ir acompañada de una serie de técnicas y métodos que faciliten el cambio de actitud tanto en niños como en jóvenes y adultos, sin olvidar, los condicionantes que intervienen en las selecciones alimentarias.

En este orden de ideas, el campo de acción de la educación nutricional está orientado a intervenir, sobre todo en el seno de la familia y en el colegio o institutos educativos. El abordaje de la educación nutricional en estos colectivos implica la contribución tanto del educador como de la familia, y en el caso de jóvenes, la colaboración de sus iguales.

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas in inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), además es un proceso multidisciplinario que involucra la transferencia de información y la sustitución de los hábitos alimentarios presentes por otros más apropiados.

Fuente: Maritza Landaeta-Jiménez. Apuntes para la historia de la Educación en Nutrición. En De Tejada y Col (2013).  Educación Nutricional para un Desarrollo Sostenible FEDEUPEL.

sábado, 21 de marzo de 2015

El Sindrome del Comedor Nocturno

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades conductuales producidas por una acción recíproca y compleja de factores. La anorexia y la bulimia han sido los clásicos TCA, sin embargo en los últimos años se ha estudiado la posibilidad de considerar la obesidad como un desorden de alimentación, ya que, toda alteración del comportamiento alimentario caracterizado por ayuno o dieta extrema, episodios de sobreingesta o combinación de ambos es producto de una modulación psicológica.


La obesidad ha estado muy relacionada con el Síndrome de Comedor Compulsivo, y más recientemente con el  Síndrome de Comedor Nocturno, conocido por sus siglas en inglés NES (Night Eating Syndrome).

La obesidad es una enfermedad crónica considerada como una epidemia del siglo XXI, su tratamiento es un reto ya que se ha incrementado en forma global con implicaciones individuales y sociales convirtiéndola en un grave problema de salud pública a nivel mundial. Específicamente en la última década se ha observado un aumento de la prevalencia de la obesidad, y se ha establecido como una patología compleja de múltiples etiologías que repercute en la salud bio-psico-social del individuo.

Muchos profesionales insisten desde un inicio en cambiar las conductas alimentarias, sin considerar que las modificaciones deben realizarse progresivamente  de acuerdo al patrón previo del paciente, de lo contrario el objetivo no sería alcanzado.

Criterios diagnósticos
El Síndrome de Comedor Nocturno se caracteriza por presentar tres  puntos cardinales:
-      Anorexia matutina
-      Hiperfagia nocturna
-      Insomnio

Con respecto a la anorexia matutina, ha sido definida como ayuno o ingesta poco abundante durante el horario de la mañana. Dicho fenómeno se ha explicado como una consecuencia de la  alteración del ritmo biológico lo que retarda la aparición del apetito. Es frecuente que estos individuos no sientan apetencia durante las primeras horas del día, incluso pueden dejar de almorzar o sentir muy poca hambre hasta la tarde. En respuesta a la falta de apetito en la mañana (denominado anorexia matutina),  se presenta la hiperfagia nocturna asociada a consumo de más del 50% de la ingesta diaria en horas poco usuales, específicamente después de las 6 de la tarde. Este punto de corte en cuanto al horario varía según el lugar geográfico y costumbres propias de cada localidad.

Con respecto al insomnio, es considerado como un trastorno en el cual la persona tiene  dificultad para conciliar el sueño o interrupción frecuente del mismo acompañado de hiperfagia nocturna donde el paciente se levanta en múltiples oportunidades para comer. El horario de esta conducta es variable y puede extenderse hasta las dos y tres de la  mañana  con una frecuencia de 3-4 veces por semana. Durante estos episodios el individuo no sólo siente la necesidad de comer, sino además que no puede conciliar el sueño de nuevo si no ingiere algún alimento.

Adicionalmente, algunos autores proponen la inclusión de 2  criterios adicionales, que considera relevantes a la hora de describir el síndrome:
-      Ausencia del trastorno por atracón o comedor compulsivo y
-      Duración de los síntomas descritos por más de tres semanas

Depresión
Si bien la depresión no ha sido considerada criterio diagnóstico para el NES se ha asociado fuertemente al mismo. Aproximadamente el 45% de los pacientes con NES han experimentado un episodio depresivo mayor en algún momento de su vida  y un 30% adicional ha experimentado alguna forma de depresión descrita con la presencia de sentimientos de tristeza o estrés. Se desconoce si esta sintomatología es causada por el mismo o por una causa externa, lo que si se ha establecido es que afecta la habilidad del individuo para controlar y afrontar el NES.

Mecanismos fisiopatológicos
El NES se describió como una respuesta diurna particular al estrés, característico de personas obesas relacionado con alteraciones del comportamiento alimentario del sueño y humor asociado a una alteración de la función endocrina, y del patrón del ritmo circadiano.  Las situaciones que más se asocian como desencadenantes de estrés en estos pacientes incluyen conflictos familiares, ruptura de relaciones sentimentales, y aislamiento socio-emocional.

Varios desórdenes tales como obesidad, síndrome de fatiga crónica, anorexia nervosa, bulimia nervosa,  insomnio, y depresión se han asociado con cambios en los ciclos circadianos y con alteraciones del eje Hipófisis Pituitario Adrenal (HPA). Las hormonas involucradas son el cortisol, la melatonina  y leptina, las cuales tienen función reguladora con ritmos circadianos propios que modulan diversas funciones metabólicas y psicológicas. Otro regulador importante es el eje HPA, el cual dirige y controla muchas funciones biológicas. Los ritmos circadianos representan un reloj biológico endocrino mientras que el eje HPA representa la respuesta biológica inducida por estrés.

En el NES se han descrito varias características neuroendocrinas típicas:
-      Atenuación del aumento usual de los niveles plasmáticos de melatonina  durante la noche lo que contribuye al mantenimiento del insomnio y depresión
-      Inhibición del aumento plasmático nocturno de la leptina, lo cual limita la supresión del apetito durante la noche y conlleva a la instauración de impulsos de hambre y consecuentemente disrupción del sueño.
-      Disminución de la respuesta de ACTH y cortisol, inducida por CRH (factor estimulante pituitario-adrenal). La activación crónica del eje HPA se asocia con insomnio y depresión que constituyen dos de las  características  principales del NES.

Esta alteración del ritmo circadiano está asociada a alteraciones del humor, especialmente de carácter depresivo, caracterizándose por estar normal o ligeramente disminuido durante la mañana y va mermando en horas de la tarde acentuándose la decadencia  durante la noche.

Características de la ingesta      
Las meriendas nocturnas se caracterizan por ser ricas en carbohidratos, con una relación carbohidratos: proteína de 7:1, esto sugiere que el patrón de alimentación durante la noche de los pacientes con síndrome de comedor nocturno, podría ser un mecanismo compensatorio para restaurar la interrupción del sueño, síntoma cardinal en estos individuos.


Tipos de comedor nocturno
En las diversas investigaciones que se ha propuesto categorizar a los comedores nocturnos en subgrupos de acuerdo a los patrones preponderantes. Se han identificado 4 categorías diferentes:
-      Comedor compulsivo de tarde y noche
-      Comedor nocturno Ansioso
-      Comedor nocturno por antojos
-      La creencia del todo o nada sobre el comedor nocturno.

Diagnóstico diferencial
El NES parece representar un nuevo desorden alimentario, diferente  a la Anorexia, Bulimia o comedor compulsivo. Se diferencia de los últimos dos en la frecuencia y cantidad de la ingesta, particularmente en horario nocturno. En contraste con la cantidad de veces que se levantan en la noche los pacientes con NES, aquellos con diagnóstico de comedor compulsivo lo hacen muy poco. Por otra parte el tamaño de las comidas de los pacientes con NES es mucho menor que en casos de bulimia o trastorno por atracón, de hecho se estima que en los pacientes con diagnóstico de NES presentan un consumo aproximado entre 200 y 400 calorías en una sentada, mientras que los individuos con Bulimia Nerviosa o comedor compulsivo pueden llegar a comer durante un atracón entre 2000 y 3000 calorías e incluso sobrepasarlas.

Por lo tanto el diagnóstico de NES tiene valor para decidir el tratamiento nutricional y el tipo de restricción dietética a realizar sin embargo en la mayoría de los casos el tratamiento se fundamenta en  el apoyo pscicológico aunado a modificación del ambiente, evitando el uso de dietas que habían sido inefectivos en tratamientos anteriores.

El NES es un síndrome novedoso importante de conocer a fin de identificar su presencia e indicar el tratamiento multidisciplinario adecuado que ayude en el éxito de su recuperación.

Fuente:

Clementina Ellenberg, Beatriz Verdi, Luisa Ayala, Claudia Ferri, Yamileth Marcano, Josefa Vivas de Vega. An Venez Nutr v.19 n.1 Caracas  2006

jueves, 19 de marzo de 2015

La actividad física y la nutrición en los niños

La práctica regular de actividad física en los niños genera muchos beneficios, algo que en los últimos tiempos ha perdido importancia, debido al alto aumento del sedentarismo infantil. Esto se debe a que ha cambiado la forma de jugar, reemplazando el movimiento por pasatiempos mucho más estáticos, como el uso de los videojuegos o consolas.
Para un niño sedentario los riesgos de sufrir enfermedades son mayores, ya que se arriesgan a:
-      Tener sobrepeso y obesidad
-      Aumento considerable de colesterol y triglicéridos
-      Aumento de la glucemia generando predisposición a diabetes
-      Hipertensión arterial
-      Baja capacidad aeróbica
-      Menor fuerza y resistencia muscular
-      Falta de coordinación y agilidad
-      Mayor ausentismo escolar por enfermedades

Con todas estas consecuencias lo recomendable es incentivar la práctica de actividad física en los niños, para cuidar su salud a futuro.
La práctica de la misma en la infancia genera una serie de beneficios que incluyen un crecimiento y un desarrollo saludable del sistema cardiorrespiratorio y músculo-esquelético, el mantenimiento del equilibrio calórico, y por lo tanto, un peso saludable y la prevención de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Para los niños en general una alimentación variada es necesaria, pero si el niño hace deporte hay que llevar especial cuidado en que reciba los nutrientes necesarios para realizar el esfuerzo sin que les falte energía.
La alimentación de un niño que realiza actividad física, o practica algún deporte, es un gran reto para los padres, maestros, o persona encargada de la misma, ya que esta debe ser adecuada en calidad y cantidad, con un suficiente aporte de macro y micro nutrientes, para que no se vea afectado el adecuado desarrollo y crecimiento del niño.
Como ya hemos hablado, los niños necesitan alimentos que incluyan proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Una alimentación variada es la clave para que los pequeños obtengan lo que sus cuerpos necesitan.

Fuente:
Liana Andrea Izarra Avendaño.
Licda. en Nutrición y Dietética.
M.S.D.S 3406.  C.N.D.V 3566.