jueves, 31 de marzo de 2016

Sistemas alimentarios sostenibles y dietas saludables en la agenda de desarrollo post 2015

Los sistemas alimentarios sostenibles y las dietas saludables tienen la capacidad de responder a los requerimientos nutricionales de las poblaciones que las consumen, sin comprometer a las futuras generaciones. Esto solo es posible a través del uso eficiente y responsable de los recursos naturales, apoyo y trato justo de los trabajadores agrícolas, reutilización de los desechos, apoyo a la producción de alimentos de calidad nutricional, y la oferta y disponibilidad de los mismos principalmente en mercados locales.
El rol de la agricultura familiar promoviendo sistemas alimentarios y dietas saludables y sostenibles es fundamental, ya que pueden producir alimentos naturales utilizando menos insumos, mejorar la oferta de alimentos agroecológicos de carácter local y de temporada, y operar en circuitos cortos de comercialización, lo que reduce costos de transacción y aumenta las ganancias de los productores.
Tales conceptos están respaldados por la consulta de alto nivel sobre Hambre, Seguridad Alimentaria y Nutrición en Madrid en el 2013. Allí se concluyó que el alcance de la seguridad alimentaria y la optimización de la nutrición son críticas en la nueva agenda de desarrollo universal post-2015. Además, se ha destacado que existe un estrecho vínculo entre la situación nutricional de una población y su posibilidad de crecimiento económico y social de modo que “los beneficios generados por las intervenciones en nutrición se encuentren entre los más elevados de las 17 posibles intervenciones en desarrollo” (Banco Mundial; 2006).
En ese sentido, los gobiernos necesitan fortalecer las políticas intersectoriales, con especial atención en: (a) favorecer los sistemas alimentarios con políticas que privilegien la producción de alimentos saludables, (subsidios a la producción de alimentos saludables) de forma que sean más accesibles a la población; (b) apoyar la agricultura familiar en la producción sostenible de alimentos saludables y seguros para el consumo humano; (c) promover y proteger los sistemas de producción y las dietas tradicionales sostenibles, así como asegurar la inocuidad alimentaria, la ambiental y la protección de los recursos naturales y de la biodiversidad; y (d) ejercer la regulación gubernamental para proteger a los consumidores de prácticas comerciales fraudulentas, información errónea sobre beneficios a la salud y producción y comercialización de productos ultra-procesados sin o con insignificante valor nutricional incluyendo impuestos a los mismos. Estas recomendaciones son consistentes con el desarrollo del contenido y obligaciones estatales específicas en materia de derecho humano a la alimentación adecuada.

Hacia una agenda inter-agencial común
Teniendo en cuenta la estrecha vinculación entre la seguridad alimentaria y nutricional, la agricultura sostenible y la nutrición y la salud, se proponen las siguientes recomendaciones para la construcción de una agenda inter-agencial:
I) Mejorar el ambiente alimentario y frenar el surgimiento de la obesidad y enfermedades asociadas. Ejemplos de cómo promover el acceso a los alimentos y dietas de calidad y sostenibles incluyen:
El derecho a una alimentación saludable debe de ser un derecho social protegido constitucionalmente;
Regulación gubernamental de la producción, etiquetado y comercialización de los alimentos procesados nocivos incluyendo la tasación de los mismos;
Regulación de publicidad de alimentos y bebidas particularmente a menores de edad.
Aprovechar el poder de compra del Estado para adquisición de alimentos naturales de la agricultura familiar y abastecer programas nacionales que ofrecen alimentos: (ej. escuelas,  hospitales, agencias públicas, comedores populares etc.).
Creación de nuevos mercados de alimentos locales, así como pequeñas industrias afines como procesamiento, congelación y restaurantes, que agreguen valor a la cadena alimentaria;
Favorecer los sistemas alimentarios saludables con políticas de apoyo la producción de alimentos saludables (e.g. subsidios a frutas y verduras) de forma que sean más accesibles a toda la población;
Informar, educar y promover las tradiciones culinarias nacionales y regionales destacando su valor cultural además de sus beneficios para la agricultura, el medio ambiente y la salud;
Fortalecer los programas de inocuidad de los alimentos, incluyendo el abordaje de las enfermedades no transmisibles asociadas al uso de aditivos (sal, azúcar), uso de grasas-trans, materiales de contacto, que afectan el sistema endocrino, etc.

II) Apoyo a la agricultura familiar y al desarrollo agrícola y sistemas alimentarios sostenibles. Ejemplos de políticas agrícolas y de desarrollo que apoyan a la salud incluyen:
Políticas públicas y subvenciones para apoyar y desarrollar una agricultura familiar sostenible incluyendo la acuicultura y sistemas integrados de producción de alimentos;
Creación de redes metropolitanas de mercados minoristas de alimentos para ofrecer nuevas oportunidades a los agricultores y consumidores locales y acercar el consumidor a los productores de los alimentos;
Promover la progresiva eliminación del uso de antibióticos como promotores del crecimiento animal y el uso prudente de los mismos en la agricultura;
Llevar a cabo evaluaciones de impacto en salud de las políticas agrícolas y de los planes de comercialización de alimentos que promueven la agricultura familiar, sistemas alimentarios y dietas saludables y sostenibles y circuitos cortos de comercialización;
Cumplir con las normas de inocuidad alimentaria (para aditivos, hormonas, plaguicidas, residuos de medicamentos veterinarios, etiquetado, alegaciones a la salud etc.).
Eliminar los desperdicios de alimentos a nivel de producción, distribución, comercialización y de consumo.

III) Acabar con la desnutrición y fomentar una alimentación óptima a menores de 5 años y mujeres. Ejemplos de enfoques en resultados de salud y nutrición incluyen entre otros:
Erradicar la sub-alimentación y la malnutrición en América Latina y el Caribe en todas sus formas.
Aumentar la tasa de niños menores de 6 meses de edad recibiendo lactancia materna exclusiva aplicando las recomendaciones del Código OMS de Sucedáneos de la Lactancia Materna;
Reducción de la anemia en niños menores de 5 años y mujeres en edad reproductiva;
Reducción de la desnutrición crónica en los niños menores de 5 años de edad;
La integración de estas recomendaciones, a través de asociaciones eficaces y transparentes, es fundamental para avanzar hacia sistemas agrícolas sostenibles que promuevan la salud, y garanticen la seguridad alimentaria y nutricional. Esto requiere el compromiso de los países y el apoyo alineado de Agencias de las Naciones Unidas como CEPAL, FAO, PAHO/WHO, WFP, UNICEF, UNEP, WB, organizaciones regionales como IICA y otras partes interesadas.


Fuente:
Una mirada integral a las políticas públicas de agricultura familiar, seguridad alimentaria, nutrición y salud pública en las Américas: Acercando agendas de trabajo en las Naciones Unidas. Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud. 2014
http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/rlc/eventos/231982/doc_20140509_es.pdf



jueves, 17 de marzo de 2016

El comedor escolar como medio de transmisión de información nutricional

El comedor escolar como entorno educativo dinámico puede jugar un papel fundamental en la transmisión de conceptos y conocimientos nutricionales y en su aplicación directa constituyendo, desde este punto de vista, un medio formativo complementario a los conocimientos adquiridos en el aula.
Evidentemente, el logro de este propósito requiere de un esfuerzo suplementario en la planificación y funcionamiento del servicio, pues no se tratará ya solo de que el comedor suministre menús agradables y sanos, sino también de crear y mantener medios a través de los cuales se comunique información nutricional al alumno, de forma que esta quede asociada al funcionamiento habitual y normal del comedor.
En este sentido, será fundamental por supuesto, la participación del profesorado, para la elaboración de estrategias, soportes y formas de comunicación y contenido de los mensajes nutricionales, así como el trabajo conjunto con los responsables de los comedores escolares.
Para este fin existen básicamente tres tipos de estrategias entre las que se destacan:
·  Suministrar información nutricional relacionada con los alimentos concretos que son servidos y ligada al mismo acto de servicio
·  Utilización del espacio del comedor para la exposición de carteles u otros medios gráficos con mensajes y conceptos nutricionales
·  Utilización durante el acto de comer de materiales especialmente diseñados para transmitir el mensaje nutricional
La primera opción es de especial utilidad cuando la modalidad del comedor es un espacio físico exclusivo para tal fin, aunque no se limita a esta, pues permite asociar la información nutricional a la exposición de los alimentos en las mesas y bandejas.
Dicha información puede tener distintas manifestaciones y niveles según los casos. La más general, y quizás una de las más útiles para fomentar una adecuada estructuración de la dieta en los niveles educativos elementales y medios es la de separar alimentos energéticos, plásticos y reguladores, e identificar cada grupo con un color determinado que quede claramente ligado al alimento expuesto en la bandeja o el plato. En nuestro país las franjas de los grupos de alimentos expuestos se corresponden con los presentados en el trompo de los alimentos (INN, 2007).
Por supuesto el nexo elegido entre colores determinados y tipo de concepto debe ser más o menos constante para conseguir su fin y, en caso de desear el uso de colores para expresar informaciones de distinta naturaleza habrá, lógicamente, que utilizar colores manifiestamente distintos.
La presentación de información ligada al servicio de los alimentos puede, no obstante, ser utilizada para introducir información más específica, según el nivel educativo y los objetivos de formación. Por ejemplo, en lugar del sistema de colores ligados a clasificaciones generalistas, los alimentos pueden ser presentados con una tarjeta o cartel anexo en el comedor, donde se especifican características relevantes como el aporte vitamínico, mineral o calórico.
Lógicamente, en la mayoría de los casos, la información deberá ser bastante elemental y, en su contenido, nivel y redacción, es fundamental la intervención del profesorado. También es muy importante el aspecto estético de estos mensajes en tarjetas y carteles. La presentación debe ser atractiva para el alumno y gráficamente bien elaborada, utilizando imágenes de calidad como ilustración de los mensajes escritos, por ejemplo, fotografías vistosas de los alimentos aludidos.
Así, la segunda opción es utilizar la propia estructura, entorno y diseño” del comedor escolar como “soporte de la información nutricional”. En este sentido, la propia “decoración” el comedor puede cumplir un importante papel. La disposición de cuadros o carteles con fotos gráficamente atractivas de alimentos puede crear un entorno más cálido y agradable y a la par “sugerir” comportamientos alimentarios, influyendo sobre las preferencias de los escolares.
En la actualidad son numerosos los carteles y formatos gráficos que pueden cumplir este papel, disponibles en las distintas administraciones sanitarias, o incluso sociedades científicas del ámbito de la nutrición, (Instituto Nacional de Nutrición), que aborden la vía educativa y divulgativa.
No obstante, es preciso que la información así expuesta cumpla una serie de requisitos. En primer lugar, el contenido escrito ha de ser breve y orientado más a alentar determinados comportamientos alimentarios que a suministrar información precisa y compleja de los alimentos. Igualmente, es de suma importancia que los materiales elegidos destaquen por su atractivo gráfico para los escolares.
Por último, la tercera opción es utilizar materiales especiales en la propia mesa donde son consumidos los alimentos por los niños. Podemos mencionar varios ejemplos: manteles individuales de papel o plástico donde aparece el trompo de los alimentos, porta vasos, platos o servilleteros de distintos colores, según la naturaleza nutricional del alimento servido, servilletas de papel con impresiones de mensajes nutricionales sencillos, etc. Esta opción es, generalmente, algo más costosa, pero potencialmente factible.

Fuente:
Carlos de Arpe Muñoz y Antonio Villarino Marín (2012). La nutrición y el comedor escolar: su influencia sobre la salud actual y futura de los escolares. En Nutrición en el ámbito escolar. Jesús Román Martínez Álvarez (Editor). Cap 4, p. 45-58. España

jueves, 10 de marzo de 2016

La Nutrición y las Enfermedades Crónicas No Transmisibles. ¿Son un problema para la educación?

El tema de las enfermedades crónicas no transmisibles y la nutrición humana es de enorme interés en la actualidad. Está ya claramente establecido el vínculo que existe entre estos dos problemas: la malnutrición y las enfermedades crónicas no transmisibles, desafortunadamente estas relaciones son extremadamente complejas.
Dentro del enorme complejo de las enfermedades cardiovasculares, entre las que se encuentran las enfermedades arterogénicas, las trombogénicas y las hipertensivas, no hay duda de esta relación y también hay claras vinculaciones entre la nutrición y enfermedades como el cáncer, padecimientos relacionados con problemas mentales de agresividad y enfermedades relacionadas con el tejido conectivo, como la artritis.
Lo anterior, conduce a plantear otro problema, si bien conocemos las conexiones entre la malnutrición por exceso y las enfermedades cardiovasculares, ahora estamos ante el reto de saber por qué en los países pobres también existe esa alta prevalencia para estas patologías. Cada vez más, se piensa que la desnutrición en las primeras etapas de la vida hace a las personas más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. De allí el enorme interés que tiene el problema de la desnutrición en la infancia y su relación con las enfermedades crónicas no transmisibles.
Vale destacar que los países industrializados habiendo detectado el problema y los nexos, han tenido la voluntad política de prevención, logrando resultados muy alentadores; en cambio en países como el nuestro donde se confronta el problema cada vez con más intensidad, todavía no se conocen bien los nexos y adicionalmente no hay el mismo esfuerzo ni la misma voluntad política para la prevención.
Está claro que en los países pobres el cortejo de problemas que conducen a un incremento de las enfermedades cardiovasculares está muy relacionado con una frecuencia creciente de la obesidad, la cual está ligada a un aumento creciente de la sedentariedad, un mayor consumo de calorías vacías (comida chatarra), alimentos muy ricos en carbohidratos no refinados y en grasas. Estas personas poseen unas peculiaridades nutricionales que tenemos que detectar y estudiar con un poco de profundidad y hacer énfasis en un aspecto de gran importancia, como lo es la prevención.

Venezuela y su panorama actual
Desde el punto de vista de la crisis económica actual, ésta nos puede empezar a impactar en el sentido de que cada vez un mayor número de niños van a estar sometidos a desnutrición durante sus primeros años de vida y sobre todo no solamente niños, sino mujeres embarazadas, lo que afecta la conformación genética del feto.
Esos niños que fueron desnutridos en su desarrollo embrionario son más susceptibles a enfermedades como la obesidad, esta interrelación aunque no se conoce bien, está allí y en la medida que se investigue, se va a precisar mejor. En todo caso la desnutrición infantil y la desnutrición de la madre embarazada son una verdadera catástrofe para la sociedad. Tal vez una de las consecuencias más deplorables de la crisis económica, es el impacto que tiene la desnutrición sobre la vida del ser humano en general, no solamente sobre su estructura física, sino también sobre el desarrollo mental.
La altísima frecuencia en que se presenta en Venezuela la deficiencia de hierro es aterradora, en función del efecto de la misma sobre la capacidad de aprendizaje de los niños y su posibilidad de preparación para una vida futura productiva. Si no se actúa con rapidez, sobre todo en las madres embarazadas y en los niños menores de dos años, la crisis económica actual va a tener un enorme impacto en la sociedad futura y en la proliferación de enfermedades crónicas no transmisibles.

Se debe enfrentar la falta de conocimientos
Indudablemente una de las cosas que con seguridad podría decir cualquier persona con gran experiencia en los temas de nutrición y alimentación humana, es que si se pudiera llevar al seno de las familias más desfavorecidas por los factores económicos, los conocimientos ya existentes en materia de alimentación y nutrición, se podrían lograr cambios sustanciales con mínimos recursos. Para exponer un solo ejemplo, es algo realmente dramático que una familia pobre venezolana gaste dinero en bebidas gaseosas de alto costo, que no le dejan absolutamente nada a los niños desde el punto de vista nutricional, aparte de las calorías, cuando, ese dinero pudiera ser utilizado en otros alimentos más nutritivos.
Esto mismo ocurre con muchas personas que por leer revistas y oír mensajes destinados a personas con problemas patológicos le quitan la piel al pollo, botando una gran cantidad de calorías y proteínas por las que pagó, es cierto que la piel tiene más grasa que el músculo, pero en la piel hay colágeno que es una proteína magnífica, hay una buena cantidad de calorías muy útiles, vitaminas y ácidos grasos esenciales para la alimentación de niños y jóvenes por lo que no hay ninguna razón de quitarle la piel al pollo que ellos consumen. Otra cosa es, que a las personas con hipercolesterolemia se les recomiende no consumir la piel del pollo, pero son dos circunstancias muy distintas y no hemos sido capaces de hacer llegar ese tipo de información, de manera adecuada, al seno de la familia.
Es mejor prevenir que curar
Es importante destacar que las enfermedades crónicas no transmisibles tienen una gama de posibilidades de diagnóstico muy fáciles y muy a la mano. Hay datos muy concretos que todo adulto debiera conocer con exactitud, por ejemplo, la relación entre el peso y la talla, es decir el índice de masa corporal, que de una manera sencilla permite conocer a cualquier adulto si está en el límite de sobrepeso o definitivamente en obesidad, y ahí se tiene una  primera señal de alarma. Un valor de cintura mayor de 100cm en los hombres o mayor de 80cm en las mujeres ya amerita consultar para saber si se está en riesgo de tener problemas metabólicos silentes y serios que deben atacarse.
También es necesario conocer cómo está la tensión arterial y de vez en cuando saber cuál es la tensión sistólica y diastólica en la mañana y en la tarde, es una variable fácil de medir, que debería hacerse más accesible a las personas en mercados, en farmacias, jornadas en las comunidades, etc. Además todo adulto debería saber cuáles son sus niveles de colesterol, triglicéridos y de las lipoproteínas de alta densidad en el plasma. El valor de la glicemia en  ayuno es una medida que los adultos por lo menos una vez al año debieran conocer, mucho más sofisticado sería saber la cantidad de insulina en ayunas. También se podría identificar el patrón de ejercicio de manera muy sencilla, realizando cuestionarios en las comunidades que indiquen si la actividad de las personas es muy escasa, mediana o adecuada. Todos deberíamos saber las catastróficas consecuencias del hábito de fumar.
Los conocimientos actuales que hay sobre estas enfermedades permiten la prevención con bastante precocidad, lo cual hace factible una acción efectiva antes de que ocurran los problemas más serios que son los que se ocasionan cuando las arterias ya se han obstruido. Desgraciadamente la poca atención que la población le da a este tema, hace que empiecen a interesarse cuando ya tienen el problema, cuando empieza a aparecer el dolor al caminar o cuando definitivamente han tenido un infarto y han perdido el funcionamiento de una parte del corazón.
La atención debe ser integral
Un aspecto importante donde se ha fallado es pensar que sólo se debe acudir a los especialistas, un experto en lípidos, un cardiólogo o un endocrinólogo, ya que la mayoría de los conocimientos que tenemos en estos momentos podrían ser manejados por el médico general, quien es el que está más a la mano del paciente. También ha fallado la educación médica en ese sentido; hay necesidad de abrir espacios para la acción que es adecuar la educación médica a la realidad epidemiológica, de modo que el médico general sea el que actúe con más frecuencia en la acción preventiva porque es quien está más cerca del paciente y porque el número de personas que están siendo afectadas es tan grande, que si se tratara de dirigir eso hacia los especialistas en metabolismo o en cardiovascular, no habría capacidad de atención.
Se debería tomar una acción política general y decidir actuar globalmente sobre los factores de riesgo de un país y por otra parte, acercar más la asistencia técnica a la población actuando a través de médicos de familia o médicos generales. Los ambulatorios deberían ser lugares donde se debería manejar esta problemática.
Otro nivel que no se toca con frecuencia es el empresarial, los empresarios que manejan gran cantidad de personal. El gerente moderno reconoce que el valor más grande de una empresa es la gente y debería esforzarse en proteger la salud de su personal. Sin embargo uno ve la indiferencia que hay en el control de la salud de los empleados y obreros, de allí la importancia de todas las empresas propiciar la atención de su personal a través de un sistema de prevención de salud y accidentes.
De tal modo, que sí hay una enorme posibilidad de acción, medidas que están ahí, que no hay que inventarlas, que han demostrado ser efectivas, factibles y poco costosas. Lo único que se requiere es voluntad de acción.
Fuente:

Virgilio Bosch (2003) La Nutrición y las Enfermedades Crónicas No Transmisibles. CANIA. Año 4. N°9, mayo 2003, p.60-68.

jueves, 3 de marzo de 2016

Impacto de la desnutrición en el desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar

La desnutrición en los primeros años de vida podría afectar el crecimiento del individuo, pero es posible lograr posteriormente, una mejoría en la adecuación de la talla, a través de una buena alimentación, ya que el niño continúa creciendo hasta los 18 años. Hay, sin embargo, una notable excepción que es el cerebro y, en general, todo el sistema nervioso.
Stoch y Smythe, fueron los primeros en formular la hipótesis relativa a que la desnutrición durante los primeros dos años de vida, podría inhibir el crecimiento del cerebro y esto produciría una reducción permanente de su tamaño y un bajo desarrollo intelectual; los primeros dos años de vida no sólo corresponden al período de máximo crecimiento del cerebro, sino que al final del primer año de vida, se alcanza el 70% del peso del cerebro adulto, constituyendo también, casi el período total de crecimiento de este órgano.
La malnutrición acaecida a edad temprana reduce la tasa de división celular en el cerebro, reduciendo la mielinización, observándose una estrecha correlación entre la circunferencia craneana y el crecimiento cerebral. Más aún, se ha descrito que la malnutrición provocaría una disminución de la capacidad intelectual, en donde las condiciones nutricionales y ambientales son inseparables. La malnutrición afectaría no sólo el período de crecimiento cerebral, sino que también afecta los tempranos procesos organizacionales, tales como neurogénesis, migración celular y diferenciación.
Expertos en desarrollo infantil afirman que existe una necesidad urgente que los programas preescolares sean diseñados de manera que se enfoquen en dar un mayor  impulso a la capacidad cerebral del niño "Existe un calendario en el desarrollo del cerebro y el año más importante es el primero; en los primeros años un niño que haya sido descuidado o maltratado lleva la marca de ello, sino indeleble, por lo menos extremadamente difícil de borrar".
Es interesante destacar la importancia de los factores de riesgo, biológicos y sociales sobre el desarrollo infantil; bajo peso de nacimiento, malnutrición, bajo nivel educacional y/o problemas psiquiátricos de los padres, son algunos de los factores de riesgo que se relacionan con el desarrollo psicológico infantil. Tales factores de riesgo no ocurren en forma aislada; a medida que se combina un mayor número de ellos aumenta la probabilidad de un menor rendimiento cognitivo.
Estudios efectuados en escolares Chilenos pobres que egresaban de enseñanza media, han cuantificado el impacto de la desnutrición severa acaecida durante el primer año de vida, en el desarrollo cerebral medido por resonancia magnética por imágenes (RMI), en el coeficiente intelectual (CI) medido por el test de Weschler-R, el cual correlacionó alta y significativamente con el Test de Matrices Progresivas de Raven validado para la población Chilena (r=0.91 p< 0.0001) y en el rendimiento escolar, determinado a través de una batería de pruebas de castellano y matemáticas, las cuales fueron sometidas a adecuadas pruebas estadísticas para su confiabilidad y validez.
Los resultados mostraron que los escolares que sufrieron de desnutrición presentaron un volumen encefálico de aproximadamente 200cc y 100cc menor, en comparación con el de los escolares no desnutridos, tanto en el sexo masculino, como femenino, respectivamente.
Por otra parte, el Coeficiente Intelectual (CI), de los escolares desnutridos era de 25 puntos más bajo y su rendimiento escolar equivalente a la tercera parte, del que presentaron los escolares no desnutridos. Con relación al rendimiento en la prueba de aptitud académica (PAA), requisito indispensable para el ingreso a la educación superior, los escolares que sufrieron de desnutrición obtuvieron un puntaje significativamente menor (379 puntos), en comparación con el que registraron los escolares no desnutridos (589 puntos); los puntajes inferiores a 450 puntos inhabilitan al estudiante para postular a la educación superior.
Estos resultados ponen de manifiesto el negativo impacto que ejerce la desnutrición acaecida a edad temprana, en el desarrollo del cerebro, en el CI y en el rendimiento escolar. La desnutrición severa en el primer año de vida correlacionó positiva y significativamente con el nivel de escolaridad de la madre, CI del escolar, rendimiento escolar, nivel socioeconómico, puntaje en la PAA, peso de nacimiento, circunferencia craneana y volumen encefálico.
Los primeros modelos de malnutrición consideraban deficiencias cognitivas sólo como resultado de daño cerebral. Actualmente, se ha señalado que la malnutrición altera el desarrollo intelectual por interferencia con salud, niveles de energía, tasas de desarrollo motor y crecimiento; en suma, el bajo nivel económico puede exacerbar todos estos factores ya que se pone especial énfasis no sólo en los efectos de la desnutrición acaecida a edad temprana sobre la problemática planteada, sino en el impacto de la malnutrición crónica que afecta a un porcentaje importante de los niños pertenecientes a los sectores más deprimidos o privados de nuestra sociedad.
No obstante, los factores ambientales muchas veces son difíciles de cambiar, especialmente las condiciones socioeconómicas y socioculturales adversas para amplios sectores de los países en vías de desarrollo, los cuales muchas veces permanecen y se prolongan en el tiempo, trayendo como consecuencia, en los niños, situaciones de malnutrición crónica que se prolongan en el tiempo.
De allí es que los efectos a largo plazo de la desnutrición se traducirían en menor desarrollo cerebral, circunferencia craneana, CI y rendimiento escolar, variables estrechamente interrelacionadas. Sin embargo, se necesitaría mayor investigación al respecto, para establecer si las interrelaciones que se producen son directamente del tipo causa-efecto, debido a que se establecen complejas interacciones entre las variables estudiadas, las cuales se ven profundamente afectadas por los factores del ambiente.
Consecuencias para el sector educacional
El impacto del estado nutricional en el desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar, en el marco de un enfoque multifactorial fue estudiado recientemente en escolares Chilenos que egresan de la educación media, cuyo promedio de edad era de 17.5 ± 0.8 años y en donde los procesos de crecimiento físico e intelectual están ya consolidados. Los resultados mostraron que el rendimiento escolar está condicionado significativamente por factores genéticos y ambientales, como el CI del alumno, el CI de la madre, el CI del padre, el peso de nacimiento, la talla de nacimiento, la desnutrición acaecida en el primer año de vida y el volumen encefálico, pero el CI del alumno es la variable que mayormente contribuye a explicar la varianza del rendimiento escolar en ambos sexos.
Por las consideraciones señaladas, es de las más alta relevancia para la educación, poder analizar las interacciones entre estado nutricional, desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar, considerando que los problemas nutricionales afectan a todos los estratos socioeconómicos, en especial, a los sectores más deprimidos de nuestra sociedad, los cuales han estado sometidos a condiciones de subalimentación crónica.
Las condiciones de malnutrición y variables asociadas limitan seriamente la capacidad productiva e intelectual de los pueblos. Este hecho es especialmente relevante en los países del tercer mundo, en donde el crecimiento económico se ve afectado seriamente, debido a las limitaciones de los sectores sociales que presentan adversas condiciones socioeconómicas, socioculturales, familiares, intelectuales y nutricionales y que, en el presente, no satisfacen sus necesidades básicas, presentando a la vez, una historia de pobreza muy negativa, con el consecuente detrimento de la calidad de vida.
Considerando que la educación es la principal herramienta, mediante la cual se puede mejora la calidad de vida de los pueblos y, que en términos absolutos el número de desnutridos ha aumentado en el mundo, es de la más alta relevancia para la educación analizar los efectos a largo plazo de la desnutrición acaecida a edad temprana.
Por esta razón, es necesaria la realización de investigaciones que contemplen un enfoque global del proceso educativo, para cuantificar el real impacto de la situación alimentaria y nutricional del educando, especialmente de la historia nutricional, en la productividad del sistema educacional.
             
Fuente:

Boris Leiva Plaza, Nelida Inzunza Brito, Hernán Pérez Torrejón, Verónica Castro Gloor, Joan Manuel Jansana Medina, Triana Toro Díaz, Atilio Almagiá Flores, Arturo Navarro Díaz, María Soledad Urrutia Cáceres, Jorge Cervilla Oltremari, Daniza Ivanovic Marincovich (2001). Algunas consideraciones sobre el impacto de la desnutrición en el desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar. ALAN v.51 n.1 supl.51 Caracas mar. 2001.