jueves, 28 de noviembre de 2019

El coco. Un gran alimento funcional


El lugar de origen del cocotero es discutido. Se cree es oriundo de Malasia o de la zona Indopacífica, pero, actualmente se encuentra naturalizado en todas las costas tropicales del mundo donde pone una nota de belleza y alegría.
El cocotero necesita de 3 a 4 meses para comenzar a germinar. Presenta crecimiento relativamente rápido y empieza la producción de frutos al sexto año, luego fructifica sin cesar un aproximado de 70-80 cocos por año. Para su desarrollo no requiere de suelos especiales, y se adapta muy bien a los salinos. Es creencia general que sólo prospera a orillas del mar pero también se cultiva en zonas cuya altura no supere los 1000 metros sobre el nivel del mas (msnm).
Venezuela presenta condiciones agroclimáticas adecuadas para la explotación del coco, específicamente los Estados Falcón, Sucre y Miranda son los de mayor interés.
El cocotero –palma de coco- o “árbol de la vida” Cocus nucifera L. es tal vez los cultivares el de mayor aprovechamiento industrial, en vista de la diversidad de productos que se pueden obtener a partir de cada una de sus órganos botánicos. Llega a producir de dos a tres veces más por hectárea que cualquier otra planta oleaginosa, con la ventaja de ser un cultivo permanente.
A manera de ejemplo, sus hojas permiten elaborar techos, de su tronco madera y leña, de las raíces medicamentos, pero sobre todo de su fruto el “coco” hay otros productos de interés: de la fibra o bonote se elaboran soportes para jardinería, alfombras de piso, sombreros, mantos de protección de taludes y hasta relleno de asientos de vehículos. La cáscara dura o endocarpio se transforma en carbón activado. Perforando las inflorescencias jóvenes se obtiene un jugo que sirve para producir alcoholes. Las flores son melíferas por excelencia, y la miel es de óptima calidad.
Finalmente, tenemos el agua o endospermo líquido para calmar la sed que además aporta electrolitos compitiendo con el grupo de las “bebidas para deportistas”, por ser similar en composición y  con la ventaja de ser natural y la carne o endospermo sólido, que al secarse se denomina copra, de la cual se extrae el aceite rico en dos ácidos grasos saturados de cadena media de gran valor: el láurico y cáprico.
Las bebidas para el deporte en comparación con el agua de coco
Fuente: www.fao.org
ELEMENTO
Bebida para el deporte (mg./100ml)
Agua de coco
(mg./100ml)
Potasio
11.7
294
Sodio
41
25
Cloruro
39
118
Magnesio
7
10
Azúcares
6
5

El Instituto Universitario Tecnológico de Cumana, conjuntamente con la UNELLEZ y la UCV, vienen realizando estudios sobre la tecnología de la leche de coco, la optimización del proceso de extracción, la estabilización por tecnologías emergentes y la verificación del biocontrol de parásitos.
El grupo de investigadores seleccionó al coco entre sus frutas a investigar, específicamente en un producto denominado leche de coco, el cual tiene una composición de ácidos grasos de cadena media similares a los de la leche materna.
Del endospermo sólido o carne se extrae la grasa empleando agua, se mantiene su emulsión y se estabiliza térmicamente por un proceso de esterilización debido a su baja acidez. Aunque poco conocido en nuestro país, la leche de coco es de gran importancia culinaria en los países asiáticos, pero más aún está siendo muy estudiado por ser fuente de monolaurin y monocaprin, monoglicéridos de los ácidos grasos anteriormente citados, los cuales han sido evaluados científicamente con gran éxito para el control de parásitos, bacterias y virus.
Esta propiedad ha permitido clasificar al coco como un alimento funcional, ya que permite estos efectos benéficos de salud, además del aporte calórico (grasa), proteínas, azúcares y minerales, ya conocidos.
Los alimentos funcionales son aquellos productos alimenticios que gracias a sus componentes alimentario beneficios proveen beneficios a la salud más allá de la nutrición básica, es decir, producen un impacto beneficioso, clínicamente probado en la salud.
El ácido láurico fue descubierto en principio fue descubierto en principio como una sustancia antiviral y antibacterial encontrada en la leche materna humana. Este aceite es un compuesto del grupo de los ácidos grasos saturados. El monolaurin es el éster glicérico del ácido láurico y es biológicamente más activo que este último.
Ha sido demostrado que el monolaurin es activo controlando el virus de la influencia, el pneumovirus, paramyxovirus, morbillivirus (rubeola), coronavirus (virus de la bronquitis), inclusive el HIV. El monolaurin rompe la doble capa del lípido del virus, previniendo su fijación a las células huéspedes susceptibles. De esta manera, el monolaurin hace que el virus sea más susceptible a las defensas del huésped.
Fuente:
Elbert Little (1986). Arboles comunes de Venezuela. Ciateáceas – Podocarpáceas – Cupresáceas – Gramíneas y Palmeras. Serie Agro-Forestal. Universidad de los Andes.  Mérida-Venezuela.
El Nacional (2006). El Coco. Un cultivo benéfico de gran potencial. A-8.
Jesús Hoyos (1994). Frutales en Venezuela. Nativos y exóticos. Sociedad de Ciencias Naturales La Salle. Monografía N° 36. Segunda Edición. Caracas-Venezuela.

jueves, 21 de noviembre de 2019

La erosión del suelo y la seguridad alimentaria


Uno de los ingredientes clave para un futuro “HambreCero” es el suelo que hay bajo nuestros pies. Aunque no lo parezca, el suelo está lleno de agua, nutrientes y microorganismos que son esenciales para producir nuestros alimentos.
Sin embargo, el suelo es un recurso finito: restaurar incluso unos pocos centímetros puede llevar hasta mil años. Por lo tanto, si queremos garantizar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición en el futuro, tenemos que cuidar hoy nuestro suelo.                               
Sin embargo, ¿qué pasaría si les dijéramos que cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a un campo de fútbol? Sorprendente, ¿verdad? Resulta acertado decir que una de las principales amenazas para el suelo y nuestra seguridad alimentaria es la erosión.
Este fenómeno hace referencia a la remoción de la capa superficial del suelo por el agua, el viento o actividades agrícolas insostenibles como la agricultura intensiva.
Parte de la erosión del suelo es natural y se produce en todas las condiciones climáticas de todos los continentes. Pero gran parte de ella se debe a actividades humanas insostenibles –como el sobrepastoreo, la agricultura intensiva y la deforestación– que pueden aumentar la tasa de erosión del suelo hasta un millar de veces. 
La erosión acelerada del suelo puede tener consecuencias desastrosas para todos. Si no actuamos ahora, más del 90% de los suelos de la Tierra podrían degradarse para 2050.
He aquí cinco formas en que la erosión del suelo amenaza nuestra seguridad alimentaria y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
1. La erosión del suelo restringe nuestra capacidad para producir alimentos nutritivos
Al disminuir los nutrientes disponibles para las plantas, así como el espacio para desarrollar las raíces, la erosión del suelo puede reducir el rendimiento agrícola hasta en un 50%. Además, los cultivos tienden a ser de menor calidad: deformes, más pequeños y menos nutritivos. Este producto de escasa calidad tiene consecuencias no sólo para los agricultores que tratan de venderlo, sino también en las personas que obtendrán menos nutrientes al consumirlo.
2. La erosión del suelo conduce a la degradación de los ecosistemas
La erosión del suelo significa la eliminación de la capa superior del suelo, la más fértil del suelo. Implica que los minerales y nutrientes del suelo se depositen en otros lugares, degradando a menudo los ecosistemas tradicionales. Además, los sedimentos depositados pueden acumularse en embalses o anegar ríos y arroyos, privando a la gente de los recursos y la energía que les aportan. 
3. La erosión del suelo afecta al suministro de agua
El suelo captura, almacena y filtra el agua, de modo que cuando se erosiona, deja transitar menos agua a través suya. Sin suelo, la calidad del agua potable en las tierras bajas puede disminuir, ya que el agua no fue filtrada adecuadamente a través del suelo aguas arriba. Además, con menos suelo para absorber las lluvias torrenciales, las inundaciones pueden volverse más frecuentes e intensas.
4. La erosión del suelo daña las infraestructuras urbanas
Cuando la tierra no está sujeta por las raíces de las plantas, puede verse fácilmente arrastrada por el viento o el agua. Como resultado, el suelo suelto y erosionado puede hacer que las inundaciones, los deslizamientos de tierra y los vientos huracanados sean más intensos. Estos desastres naturales no sólo destruyen las explotaciones agrícolas, sino que también pueden dañar infraestructuras urbanas que aportan servicios vitales a los habitantes de las ciudades.
5. La erosión del suelo contribuye a la pobreza y puede conducir a la migración
Más de 68 millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares en todo el mundo, muchas de ellas por cuestiones relacionadas con el clima. La erosión del suelo no hace más que agudizar los efectos del cambio climático: con menos suelo, los ecosistemas tienen menos resiliencia para adaptarse a los nuevos patrones de temperatura y precipitaciones. A medida que el agotamiento del suelo agrava los efectos de los fenómenos meteorológicos, los medios de subsistencia de la población se ven cada vez más afectados, y más personas pueden verse obligadas a desplazarse a otro lugar.
A pesar de todo, hay buenas noticias: en algunos lugares del mundo, las tasas de erosión del suelo han disminuido en las últimas décadas. De hecho, la erosión puede reducirse en gran medida en casi todos los contextos con prácticas de gestión sostenible del suelo, como la construcción de terrazas o el desarrollo de cultivos de cobertura que protejan la superficie del suelo. Trabajando juntos, agricultores, científicos y responsables de las políticas pueden desarrollar estrategias y programas para luchar contra la erosión del suelo.
Dado que el 95% de nuestros alimentos proviene del suelo, es imperativo detener su erosión. Nuestra capacidad para alcanzar los ODS y garantizar un futuro “HambreCero” depende de ello.
Fuente:
FAO (2017). Las 5 razones para proteger nuestros suelos.

lunes, 18 de noviembre de 2019

La comida es mucho más de lo que hay en nuestros platos


En un vasto planeta con 7.000 millones de personas donde solo se escucha hablar de nuestras diferencias, hay ciertas cosas importantes que nos conectan, y una de ellas es la comida. Nos vincula a todos. Todos la necesitamos, dependemos de ella, sobrevivimos gracias a ella y nos aporta felicidad.
De hecho, la comida es parte de lo que somos. Es parte de nuestros hábitos y culturas. Cientos de programas de televisión, películas y podcasts giran en torno al tema de la comida, y los libros de cocina figuran siempre entre los más vendidos.
La comida es incluso parte de cómo interactuamos con los demás. Los sibaritas compartirán rápidamente recetas y experiencias gastronómicas. ¿Y quién no ha publicado una foto de su plato favorito en sus redes sociales? El debate sobre la comida nos rodea.
Entonces, si amamos tanto la comida, ¿por qué dejamos que tantos alimentos se pudran en nuestros refrigeradores, queden como sobras tras nuestras fiestas, se descarten en nuestras tiendas o directamente los tiramos a la basura desde nuestros platos? Un tercio de todos los alimentos producidos globalmente se pierde o se desperdicia.
Nos encanta la comida, pero no la cuidamos. No la respetamos. Todos queremos respeto y para conseguirlo antes deberíamos mostrarlo.
Te presentamos seis formas para ayudarnos a amar más nuestra comida y desarrollar respeto por todo lo que hay detrás de lo que comemos:
1. Reduce el desperdicio de alimentos: compra solo los alimentos que necesitas, aprende a amar las frutas y verduras de aspecto feo, sírvete raciones realistas, ten en cuenta las fechas de caducidad, almacena los alimentos de manera inteligente, dona los excedentes y convierte los alimentos sobrantes en la comida del día siguiente.
Cuando desperdiciamos comida, también desperdiciamos todos los recursos utilizados para cultivar, procesar, transportar y comercializar esos alimentos. La comida es mucho más que lo que hay en nuestros platos. 
2. Apoya a los productores de alimentos: los chefs obtienen premios, estrellas y reconocimientos por sus creaciones. Pero ¿qué pasa con nuestros agricultores? Sin ellos, no tendríamos los alimentos frescos que necesitamos a diario para preparar cualquiera de nuestros preciados platos. ¿No son los campesinos los verdaderos héroes? Compra en mercados locales y conoce a los agricultores. Darles oportunidad de negocio equivale a concederles su reconocimiento y respeto.
3. Valora el trabajo que requiere producir los alimentos: la agricultura no es solo trabajo, es arte. Se requiere tanto esfuerzo para producir nuestros alimentos... Hacen falta semillas y tierra, agua y trabajo, protección y paciencia. ¿Sabías que se necesitan 50 litros de agua para producir una naranja?
Los alimentos que elegimos afectan a la salud de nuestro planeta y al futuro de la alimentación. Cuando comes estás consumiendo los recursos naturales y el arduo trabajo de los campesinos, las abejas, quienes recolectaron los alimentos y todas las demás personas involucradas en conseguir que los alimentos lleguen a tu plato. Aprecia la comida como si fuera una obra de arte.
4. Adopta una dieta más saludable y sosteniblenuestros cuerpos se quedan sin calorías y sin nutrientes. Obtenemos nuestra energía y mantenemos nuestra salud a partir de una buena comida. Normalmente no prestamos atención a la influencia que tienen los alimentos y la nutrición sobre nuestros cuerpos. Necesitamos entender que los alimentos son energía. Consumir demasiada comida en general, o demasiada comida de un solo tipo puede conducir a la obesidad, a carencias o a enfermedades relacionadas con la dieta.
5. Aprende de dónde proceden los alimentos¿los kiwis provienen de árboles o de arbustos? ¿Son los tomates una fruta o una hortaliza? Al aprender más sobre nuestra comida, de dónde viene, qué alimentos se producen en cada temporada y qué se necesita para producirlos, aumentamos nuestro conocimiento y respeto por lo que estamos comiendo.
6. Mantén una conversaciónal tratar cada almuerzo con orgullo, respetamos a los agricultores que lo produjeron, los recursos que se utilizaron para producirlo y las personas que no pueden disfrutarlo. El respeto se puede transmitir. Habla con las personas que te rodean y con las nuevas generaciones sobre cómo elegir de forma informada alimentos saludables y sostenibles.
Para muchas personas en nuestro planeta, la comida es algo que se da por hecho. Está ahí, en casa o en una tienda, y por lo general, tienen los medios para comprarla. Pero para mucha gente, la comida es escasa o inaccesible. Para la alarmante cifra de 821 millones de personas que padecen hambre, la comida no es algo que esté garantizado. Supone un reto diario.
Respetar la comida significa apreciar la historia que hay detrás de los alimentos. Cuando vemos el panorama completo, es más fácil ver qué significa nuestra comida y cuán preciosa es en verdad.
Aprende más sobre cómo tus acciones pueden dar forma al futuro de la alimentación.
Fuente:

FAO (2018). Lo que realmente significa amar y respetar nuestros alimentos


jueves, 14 de noviembre de 2019

Mi niño no come. ¿Qué pueden hacer los padres?


El apetito de los niños en la edad preescolar es muy variable, siendo frecuente que coman pocas cantidades y de forma irregular. Una de las causas es que, a partir de los 2 años, los niños crecen más despacio. Durante el primer año de vida el crecimiento es muy rápido. El peso al nacer se duplica a los 5 meses, se triplica al año y se cuadriplica a los dos años. Sin embargo, a partir de esta edad, la velocidad de crecimiento es más lenta, con un aumento de unos 2 kilos por año hasta que llega la pubertad, que es cuando se produce “el estirón”.
Por lo tanto, a partir de los 2 años las necesidades de alimento son menores. Además, a esta edad ya tienen mucha autonomía y estarán más interesados en el mundo que les rodea que en permanecer sentados en la mesa para comer. Los niños desarrollan sus gustos, la apetencia por determinadas comidas puede variar y pueden dejar de comer transitoriamente algunos alimentos que tomaban.
Como no crecen de forma continua, y además la velocidad a la que crecen es menor, hay temporadas que tienen más apetito y otras en las que “no comen nada”. Respetar estas fases, en lugar de intentar que coman cantidades que no desean, contribuye a prevenir el sobrepeso y la obesidad.

La hora de la comida

Los padres pueden estar preocupados porque los niños comen pocas cantidades. A veces, a la hora de las comidas los padres se desesperan y se sienten impotentes, cuando sus hijos no quieren sentarse en la mesa, o cuando al ponerles la comida dicen frases como: “esto no me gusta”, “esto no lo quiero”, “yo quiero esto otro”…  Pero no hay que olvidar que la adquisición de buenos hábitos y el conseguir que consuman una dieta equilibrada es cuestión de tiempo y mucha paciencia.
Los padres pueden utilizar diferentes estrategias para que la hora de la comida sea un momento agradable y relajado:
·Al niño se le puede explicar que el cuerpo, para crecer, necesita una alimentación variada.
·Es muy útil establecer una rutina diaria en cuanto a horarios y normas sencillas en la mesa.
·Los niños aprenden imitando lo que ven, así que será de ayuda que coman en compañía de los padres o con otros niños.
·El apetito de la mayoría de los niños es suficiente para suplir sus necesidades por lo que no hay que tener, ni mucho menos demostrar, preocupación acerca de la cantidad de comida que toman.
·La cantidad la debe decidir siempre el niño, según su apetito y necesidades, y no los adultos. Por lo tanto, es mejor poner poca cantidad en su plato y dejarle que pida más si lo desea. Esto evitará peleas para que termine la comida o que se desperdicien los alimentos.
·Los gustos y desagrados del niño por la comida deben ser respetados dentro de lo razonable: no hace falta “comer de todo” desde los 2 años, sino que tome algún alimento de cada grupo (alguna fruta, verdura etc.). Poco a poco se pueden ir añadiendo nuevos alimentos y animar al niño a probarlos.
·A los dos años están muy interesados en hacer las cosas por sí mismos. Pueden comer ellos solos, aunque se manchen, y poco a poco irán aprendiendo las normas en la mesa.
·El menú se puede adaptar de forma razonable a los gustos de los niños. Pero el menú lo eligen los padres y es importante no cambiarlo ante el rechazo del niño a la comida porque aprendería que, tras sus quejas, él decide lo que quiere comer.
·El que coma cuando está distraído, ya viendo la televisión o entreteniéndole, conlleva que el niño no desarrolle un control sobre lo que come y puede ingerir más de lo que necesita. Además no contribuye a crear buenos hábitos sino únicamente a que “se coma” todo lo que le ponemos.

Actitudes a evitar

·No se debe utilizar ninguna treta para que el niño coma (fuerza, amenazas, castigos o sobornos).
·No dejarlo que deambule por la casa mientras come, persiguiéndole con la cuchara o entreteniéndole con la televisión.
·Si no quiere comer, se le debe dejar sin alimento hasta la siguiente comida. De forma tranquila. No hay que decirle que es malo, ni castigarle, pues simplemente no ha comido y ya lo hará en otra ocasión.
·No insistir en que tome un alimento en particular, es mejor animarle a que pruebe, o ponerlo en la mesa para que él mismo lo coja.
·Un niño puede decir “esto no me gusta”, “esto no lo quiero” y está afirmando su personalidad. Los padres pueden decir, de manera tranquila, que es la comida que hay, que si no quiere comerlo lo puede dejar y que no habrá otra cosa para comer hasta la siguiente comida.
·Cuidado con los alimentos lácteos ya que puede no querer ningún alimento más que leche o derivados. Con medio litro de leche o derivados al día es suficiente y si toma mucha cantidad dejará de probar otros alimentos.
· Hay niños que comen con mucha lentitud. Al niño no hay que meterle prisas para comer. El adulto establece qué tiempo se le va a dar al niño para comer y explicárselo. Cuando finalice, se ha de retirar la mesa de forma tranquila y decirle que puede ir a jugar.
En resumen, los padres son los encargados de que los alimentos sean variados y nutritivos, pero la cantidad siempre la deciden los niños. Esta actitud ayudará a prevenir la obesidad, además de conseguir que toda la familia disfrute  con las comidas.
Fuente:
Mª Paz González Rodríguez (2017). Mi niño no come: La alimentación de los niños pequeños.  Artículo publicado el  6-9-2011, revisado por última vez el 5-12-2017. https://enfamilia.aeped.es/edades-etapas/mi-nino-no-come