jueves, 18 de mayo de 2017

La comida lenta promueve la educación del gusto

En 1986 Carlo Petrini fundó el  movimiento Slow Food. En 1989 en una reunión celebrada en París, Slow Food adoptó como emblema al caracol y se convirtió en un movimiento internacional. 
La Slow Food o comida lenta surgió en oposición a la fast food (comida rápida) y busca promover la educación del gusto, además pretende redescubrir los aromas y sabores de las cocinas regionales, pues considera que la alimentación es producto de la historia y de las tradiciones de los pueblos.
A nivel internacional Slow Food se estructuró sobre una base integrada por socios, cuyos cimientos son los Convivium. Ellos son los encargados de establecer relaciones con productores y cocineros. También apoyan los alimentos tradicionales, organizan degustaciones y seminarios y cultivan el aprecio por el placer y la calidad en los alimentos.
El Arca del Gusto es parte de la estructura Internacional de Slow Food, la cual fue desarrollada para catalogar y proteger  a pequeños productores artesanales de alimentos de calidad. Como parte del Arca existen proyectos puntuales relativos a pocos productos, estos reciben el nombre de Baluartes. Su tarea es agrupar a los productores, coordinar la promoción y establecer directrices de autenticidad.
El evento más conocido del Slow Food es el Salón del Gusto. Se celebra cada dos años en Turín. En la cual se exhibió una variedad de alimentos caracterizados por la imaginación, tradición y atención de calidad.
Terra Madre fue otro evento, en paralelo al Salón del Gusto. El programa incluyó la participación de gente en cerca de 40 talleres de la tierra. En ese espacio se debatieron temas sobre agroecología, economía, acceso a los mercados, biodiversidad, cultura, calidad, recursos, gastronomía, aguas…
En la primera edición, 900 cocineros se reunieron con 1.600 grupos de agricultores, ganaderos y pescadores. En Terra Madre todos ellos forman comunidades del alimento. Los productores provenientes de 153 países se caracterizan por producir a pequeña escala y defender la biodiversidad. Abogó por alimentos buenos, limpios y justos, se sumaron cerca de 400 profesores universitarios.
Todos llegaron a la conclusión de que para que un alimento sea de calidad debe tomarse en cuenta que las materias primas sean sanas, íntegras y exentas de tratamientos químicos. Un elemento es limpio si respeta la tierra y el ambiente, si no contamina ni derrocha o sobre utiliza recursos naturales en la cadena de producción y consumo, que empieza en el campo y termina en la mesa.
En ese sentido, los métodos de producción intensiva en agricultura y ganadería, el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, la extinción de especies y razas autóctonas, los monocultivos, los organismos genéticamente modificados, y, en definitiva, la industrialización de la agricultura serían contrarios a la sostenibilidad ambiental.
Finalmente, se dice que un producto es justo si facilita unos ingresos adecuados a los productores. Esto parte del principio de solidaridad sobre todo para los agricultores de los países en desarrollo, quienes no reciben las subvenciones a las que tienen acceso los agricultores de países desarrollados.      
Quienes asistieron a Terra Madre salieron convencidos de que “comer es un acto agrícola y producir es un acto gastronómico”. De esta forma Slow Food ha defendido fundamentalmente las culturas locales frente a la progresiva estandarización impuesta por las denominadas lógicas modernas de producción, distribución y economía de escala.
Por otra parte, se dio las alertas sobre la necesidad de proteger y apoyar a los pequeños productores, pero también de cambiar el sistema que los perjudica y de reunir a consumidores, institutos de formación, chefs y cocineros, entes de investigación agrícola y organizaciones no gubernamentales.
Estas experiencias generaron inquietud sobre la importancia de construir una red mundial que dispusiera de instrumentos de repartición de la información y ofreciera la posibilidad de aprender de experiencias ajenas y colaborar con los demás. El objetivo fundamental que persigue Terra Madre es que sigan existiendo tierras fértiles y gente encargada de cuidar la producción, pero también las tradiciones.
Terra Madre reforzó la red con el movimiento de jóvenes comprometidos con la defensa de la comida y la cultura alimentaria. Ellos crearon el Youth Food Movement. La idea fue impulsada por 1000 jóvenes, entre estudiantes estadounidenses de la Universidad de Estudios de Ciencias Gastronómicas y de Slow Food USA, productores, cocineros y activistas. Ellos pretenden unirse a las comunidades del alimento de los cinco continentes para consolidar los eslabones de la red de Terra Madre. La presencia de este grupo es clave, pues asegura que los conocimientos vinculados al mundo agrícola y a la producción alimentaria sean transmitidos a nuevas generaciones formadas cada vez más por coproductores activos y comprometidos.
Fuente: Agustín Morales Espinoza (2009). El movimiento de comida lenta se opone al de comida rápida DOSSIER Crisis alimentaria. No.4. Agosto de 2009.
Profesor titular del Departamento e Instituto de Economía Agrícola y Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Es investigador en el área de Economía Agroalimentaria.  moralesa@agr.ucv.ve

2 comentarios:

  1. Que me pueden decir del consumo de vegetales orgánicas como el Ajo negro, brocolí y otros vegetales considerados super alimentos.

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  2. Gracias por el interés. Interesante propuesta investigaremos sobre este tema. Si tiene alguna material y/o desea contribuir o publicar sus aportes, estamos a la orden, con los créditos correspondiente. Nuevamente gracias y a la orden

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