En todo el mundo hay demasiados niños sometidos a la violencia,
la explotación y el abuso. Algunos tienen que trabajar a la fuerza en
condiciones peligrosas. Otros se enfrentan a la violencia o los malos tratos en
sus hogares, sus escuelas, sus comunidades o cuando reciben atención
institucional.
La protección de la infancia, se refiere a “las labores de
prevención y respuesta a la violencia, la explotación y el abuso contra niños y
niñas” (UNICEF, 2006), como por ejemplo, la explotación sexual, la trata, el
trabajo infantil y prácticas tradicionales perniciosas como la
mutilación/escisión genital de la mujer y el matrimonio adolescente.
La Convención sobre los Derechos del Niño
(1989) describe los derechos fundamentales de la infancia, entre ellos el
derecho a la protección contra la explotación económica y el trabajo
perjudicial, contra toda forma de explotación y abuso sexual, y contra la
violencia física y mental, además de garantizar el derecho a la salud plena y
que los niños y niñas no serán separados de su familia contra su voluntad.
Estos derechos fueron desarrollados de manera más minuciosa
posteriormente mediante dos Protocolos Facultativos de la Convención. Uno de
ellos se refiere a la venta de niños y a la prostitución y pornografía
infantil, y el otro a la participación de los niños en los conflictos armados.
Los programas de protección de la infancia están dirigidos a
los niños y niñas especialmente vulnerables a esos abusos, como los que no
reciben los cuidados de sus progenitores, han transgredido las leyes o viven en
conflictos armados. En todos los países se conculca el derecho de la infancia a
la protección, un grave obstáculo, poco reconocido y denunciado, para su
supervivencia y desarrollo, y una violación además de sus derechos humanos.
Los niños y niñas sometidos a la violencia, la explotación,
el abuso y el abandono corren peligro de muerte, de sufrir deficiencias físicas
y mentales, de contraer el VIH/SIDA, de tener problemas educativos, de quedar
desplazados, de carecer de vivienda, de salud y de empleo, y de no haber podido
adquirir las aptitudes adecuadas para criar a sus hijos.
La creación de un ambiente protector para la infancia que
ayude a prevenir y responder a la violencia, el abuso y la explotación incluye
ocho elementos esenciales:
1. fortalecer el compromiso y la capacidad del gobierno
de satisfacer el derecho a la protección de la infancia;
2. fomentar la sanción y aplicación de normas
judiciales adecuadas; contrarrestar las aptitudes, costumbres y prácticas perjudiciales;
3. promover un
debate franco y abierto sobre estas cuestiones que incluya a los medios
de comunicación y los aliados de la sociedad civil;
4. desarrollar las aptitudes
necesarias para la vida práctica, así como los conocimientos y la participación
de niños y niñas;
5. fomentar la capacidad de las familias y comunidades;
6. prestar servicios esenciales de prevención,
recuperación y reintegración, incluidos la salud básica, educación y
protección; y,
7. establecer y ejecutar medidas.
Datos y cifras
• Se calcula que unos 126 millones de niños y niñas de 5 a 17 años de
edad realizan trabajos peligrosos. • Más de un millón de niños y niñas son
detenidos en todo el mundo por las autoridades policiales. • Se calcula que en
el mundo hay más de 130 millones de mujeres y niñas a quienes se les ha
practicado alguna forma de mutilación genital.
La protección
de los escolares y los objetivos De desarrollo del milenio (ODM)
Durante la Cumbre del Milenio de
septiembre de 2000, en la que se gestó la Declaración del Milenio, en la que
los países del mundo resolvieron:
.- Tratar de lograr la protección y el fomento de los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos.
.- Combatir todas las formas de violencia contra las mujeres y
poner en práctica la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer.
.- Alentar la ratificación y aplicación plena de la Convención
sobre los Derechos del Niño y sus protocolos facultativos referidos a la
participación de los niños y niñas en los conflictos armados, y a la venta de
niños y la prostitución y pornografía infantil.
Posteriormente los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM), los dirigentes mundiales se comprometieron a lograr la vigencia plena de
los derechos de los niños y niñas a la supervivencia, la salud, la educación,
la protección y la participación, entre otros.
Tanto la Declaración como los ODM fueron posteriormente
ratificados en la Cumbre Mundial de 2005. Ambos instrumentos, que se basan en
derechos humanos fundamentales, representan un marco de referencia para que
todo el sistema de las Naciones Unidas trabaje de manera coherente en la
conquista de diversos objetivos concretos sobre desarrollo humano.
Las cuestiones relacionadas con la protección de la infancia
guardan relación con todos y cada uno de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio, desde la eliminación de la pobreza y el aumento del acceso de los niños
a la educación escolar y la salud, hasta la eliminación de la desigualdad
basada en el género y la reducción de la mortalidad infantil.
Un análisis minucioso de los ODM indica que no es posible
conquistar ninguno de ellos a menos que la protección de la infancia forme
parte integral de las estrategias y planes de programación.
Si no se brinda protección a la infancia ante las amenazas
como la violencia en la escuela, el trabajo infantil, las prácticas
tradicionales nocivas, la falta de cuidado por parte de las madres y padres y
la explotación sexual, se desperdicia uno de los recursos más preciosos del
mundo. Mediante la prestación de servicios a los sectores más vulnerables y
aislados de la población se ayuda a garantizar la buena salud y el bienestar de
todos, lo que resulta indispensable para el logro de los Objetivos de
Desarrollo.
Objetivo 1: Erradicar la
pobreza extrema y el hambre
Objetivo 2: Lograr la
educación primaria universal
Objetivo 3: Promover la
igualdad de géneros y la autonomía de la mujer
Objetivo 4: Reducir la
mortalidad infantil
Objetivo 5: Mejorar la
salud materna
Objetivo 6: Combatir el
VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
Objetivo 7: Garantizar la
sostenibilidad del medio ambiente
Objetivo 8: Establecer
una alianza mundial para el desarrollo
Crear un
entorno protector a la infancia
Un entorno protector que abarque todos los ámbitos de la
vida social –en el cual las leyes, los servicios, los comportamientos y las
prácticas minimicen la susceptibilidad de los niños a los riesgos y fortalezcan
su capacidad de recuperación puede ayudar a prevenir muchas modalidades de
violencia, explotación y abuso.
En 2008, UNICEF adoptó una nueva Estrategia de Protección
del Niño que describe minuciosamente los componentes que debe tener un entorno
protector. Esta estrategia insta a utilizar enfoques sistemáticos y a poner en
marcha iniciativas que conduzcan a modificar las actitudes, las costumbres y
las prácticas sociales que conllevan a la violación de los derechos de los
niños.
La estrategia se basa en el amplio marco internacional sobre
protección de la infancia y en las recomendaciones pertinentes que figuran en
el Estudio del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia
contra los Niños, las Niñas y los Adolescentes. Hace hincapié en la
responsabilidad que tienen los gobiernos de implantar los mejores sistemas
posibles para proteger a los niños, independientemente de la edad, las
discapacidades, el origen étnico y la religión.
La estrategia propone cinco fórmulas para crear un entorno
general favorable a la infancia:
3.1. Mejorar los sistemas
de protección de la infancia
3.2. Promover el
cambio social
3.3. Reforzar la
protección de los niños en situaciones de emergencia
3.4. Fomentar las
asociaciones para lograr mejores resultados.
3.5. Fortalecer la
base de datos empíricos
Adicionalmente, hay pocas metodologías rigurosas de
evaluación e investigación, sobre todo para apreciar las consecuencias de las
intervenciones de carácter preventivo.
Pese a lo anterior, se han registrado notables progresos.
Las encuestas por hogares son una herramienta útil para obtener información
pormenorizada, al menos sobre algunos de los aspectos más relevantes de la
protección de la infancia, y UNICEF reúne datos a nivel mundial sobre diversos
temas. (Como podemos desde las
Universidades reflexionar, visibilizar y revertir la situación de nuestro país.
Es un compromiso ineludible.)
Fuente
Antonio Sáez Crespo, Miguel Fuentes Rodríguez,
Ricardo Becerro de Bengoa, Marta Losa Iglesias. (Editores. 2012). Los derechos de los escolares y los jóvenes
a la salud. 4to Forum de Salud. Asociación Española de Medicina y Salud Escolar y Universitaria.
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