El proceso de nutrición humana
implica la participación de diferentes sistemas (digestivo, neurológico, renal,
inmunológico y otros), que si bien comienzan a desarrollarse estructural y
funcionalmente durante la vida fetal, no completan su maduración hasta los
primeros años de vida.
Es crucial conocer este proceso
evolutivo a fin de establecer recomendaciones para la introducción segura de
diferentes alimentos acorde a la edad y el momento de maduración biológica de
un niño en particular y especialmente, para no incurrir en acciones que
sobrepasen la capacidad digestiva y metabólica de los lactantes en general.
Cuando el inicio de la Alimentación Complementaria se realiza en torno a
los 6 meses de vida, el lactante humano presenta un aparato digestivo
prácticamente listo para adaptarse a la ingestión, digestión y absorción de los
macronutrientes que esta supone., pues a excepción de la dentición que apenas
se inicia en esta edad, el niño ya ha desarrollado los mecanismos funcionales
que le permiten ingerir alimentos en las texturas apropiadas (blandos, húmedos,
machacados, etc.).
La actividad rítmica de masticación
se inicia junto a la erupción dentaria alrededor del primer semestre de vida;
de hecho, al inicio el niño mastica solo con las encías y tiene la capacidad de
triturar alimentos de consistencia blanda. La fuerza y la eficacia con la que
la mandíbula corta y tritura los alimentos maduran también con la edad. Por esa
razón, es fundamental ir modificando gradualmente la consistencia de los mismos
a medida que aumenta la capacidad masticatoria.
A esta edad ya desaparecieron los
reflejos primarios de búsqueda y extrusión y aparece la deglución voluntaria,
que le permite recibir a su antojo alimentos a partir de un utensilio –cuchara–
y tragarlos cuando así lo desea. De igual forma el niño ha mejorado el tono del
esfínter esofágico inferior, por lo que presenta un mínimo de reflujo gastro-esofágico
funcional, así como una buena contractilidad antro-duodenal que favorece un
mejor vaciamiento gástrico, comparado con los meses previos.
La capacidad del estómago del
recién nacido a término es 30 ml y aumenta hasta ~300 ml al año de vida. En el
curso de los primeros 6 meses, el niño va aumentando gradualmente su capacidad
gástrica, lo que le permite ingerir mayor cantidad de alimentos. La motilidad
intestinal suele ya estar establecida.
Desde el punto de vista digestivo,
hay presencia de amilasa salival, existe una buena secreción de ácido
clorhídrico y se ha establecido la secreción biliar y pancreática a plenitud,
con el consiguiente incremento de la secreción de bilis, sales biliares,
enzimas proteolíticas pancreáticas, etc., por lo que el consumo de lípidos no
implica riesgos. Las disacaridasas están presentes desde el nacimiento: la
digestión de los carbohidratos de la leche no supone un problema para el
lactante.
El lactante humano tiene una
evolución neurológica y de adaptación al entorno muy dinámica y cambiante
durante el primer año de vida; eso condiciona en gran medida su capacidad de
adaptarse a la alimentación. Previo al 6º mes de vida, el niño no tiene la
condición de manifestar su deseo de ser alimentado o su rechazo a la comida, salvo
cuando llora porque desea ser amamantado.
No es sino hasta que logra ciertos
hitos de desarrollo y maduración neurológica que puede expresar su interés por
alimentarse. Esos hitos no solo permiten evaluar el grado de maduración
neurológica del lactante, también favorecen que el niño se pueda adaptar a los
retos que implica ingerir alimentos que no sean líquidos.
En el lactante normal, al final del
primer semestre asistimos a la desaparición gradual de reflejos como los de
búsqueda, succión, deglución y protrusión de la lengua. Alrededor del 5º mes de
vida el reflejo de protrusión desaparece y el niño es capaz de aceptar
alimentos que no sean líquidos en la parte anterior de la lengua. Igualmente es
capaz de fijar su visión sobre un objeto que se aproxima, lo que le permitiría
manifestar su deseo a la oferta de alimento.
Después del 6º mes es capaz de
mantenerse un tiempo sentado con ayuda y de pasar un objeto de una mano a otra.
Luego a los 7 meses de edad, lleva objetos a su boca y los chupa, condición que
permite ofrecer alimentos que puedan ser manipulados por él. Mordisquea y a
través de movimientos laterales de la lengua es capaz de colocar la comida
cerca de los dientes e intentar una masticación que todavía no es efectiva.
Durante el segundo semestre
evoluciona notablemente la pinza digital. A partir de los 12 meses de vida, la
aparición de movimientos masticatorios y rotatorios de la mandíbula, permiten
triturar los alimentos en texturas más sólidas.
Pautas madurativas del lactante de 0-12 meses y sus implicaciones en la
alimentación.
En resumen, a los 6 meses el niño
se encuentra apto para iniciar el proceso de adaptación a los alimentos sólidos.
Si ese proceso se intenta previo a ésta edad, especialmente si se realiza antes
de los 3 meses, el niño se verá en serios problemas digestivos, afrontará el
riesgo de asfixia y/o aspiración pulmonar de alimentos y se incrementa el
riesgo de alergias, intolerancias e infecciones, dado que todos los procesos de
digestión y absorción mencionados aun no son funcionales.
Fuente:
Asociaciones
de Pediatría de Centro América (2013). Primer
consenso Centroamericano alimentación en
el primer año de vida.
Sociedad Centroamericana de
Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
Este artículo habla sobre el proceso nutrición humana implica la participación de los diferentes sistemas (digestivo, neurológico, renal, inmunológico entre otros) que si bien comienzan a desarrollarse estructural y funcionalmente durante la vida fetal, no completan su maduración hasta los primeros años de vida. El lactante humano tiene una evolución neurológica y adaptación al entorno muy dinámica y cambiante durante el primer año de vida; eso condiciona en gran medida su capacidad de adaptarse en su alimentación. Después de los seis meses el bebé es capaz de mantenerse sentado en un tiempo de ayuda con un objeto de una mano a otra, luego a los siete meses de edad lleva los objetos a su boca y los chupa y que puedan ser manipulados sobre él.
ResponderBorrarYuvelis Sosa
el presente articulo habla de un tema muy importante sobre Bases fisiológicas para la Alimentación complementaria en el primer año de vida del niño, donde intervienen la participación de diferentes sistemas (digestivo, neurológico, renal, inmunológico entre otros, cabe mencionar que el proceso de nutrición es uno de ello el cual es el proceso biológico mediante el cual los organismos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el mantenimiento y el crecimiento de sus funciones vitales.en los primeros años de vida del ñino desdes que nace su alimentacion es la leche materna, luego tiene una evolución neurológica y de adaptación al entorno muy dinámica y cambiante durante el primer año de vida, Pero para los 4 a 6 meses de edad, la mayoría de los bebés están listos para comenzar a consumir alimentos sólidos.
ResponderBorrarYennifer rojas