El
comedor escolar como entorno educativo dinámico puede jugar un papel
fundamental en la transmisión de conceptos y conocimientos nutricionales y en
su aplicación directa constituyendo, desde este punto de vista, un medio
formativo complementario a los conocimientos adquiridos en el aula.
Evidentemente,
el logro de este propósito requiere de un esfuerzo suplementario en la
planificación y funcionamiento del servicio, pues no se tratará ya solo de que
el comedor suministre menús agradables y sanos, sino también de crear y
mantener medios a través de los cuales se comunique información nutricional al
alumno, de forma que esta quede asociada al funcionamiento habitual y normal
del comedor.
En
este sentido, será fundamental por supuesto, la participación del profesorado,
para la elaboración de estrategias, soportes y formas de comunicación y
contenido de los mensajes nutricionales, así como el trabajo conjunto con los
responsables de los comedores escolares.
Para
este fin existen básicamente tres tipos de estrategias entre las que se destacan:
· Suministrar información nutricional
relacionada con los alimentos concretos que son servidos y ligada al mismo acto
de servicio
· Utilización del espacio del comedor
para la exposición de carteles u otros medios gráficos con mensajes y conceptos
nutricionales
· Utilización durante el acto de comer
de materiales especialmente diseñados para transmitir el mensaje nutricional
La
primera opción es de especial utilidad cuando la modalidad del comedor es un
espacio físico exclusivo para tal fin, aunque no se limita a esta, pues permite
asociar la información nutricional a la exposición de los alimentos en las
mesas y bandejas.
Dicha
información puede tener distintas manifestaciones y niveles según los casos. La
más general, y quizás una de las más útiles para fomentar una adecuada
estructuración de la dieta en los niveles educativos elementales y medios es la
de separar alimentos energéticos, plásticos y reguladores, e identificar cada
grupo con un color determinado que quede claramente ligado al alimento expuesto
en la bandeja o el plato. En nuestro país las franjas de los grupos de
alimentos expuestos se corresponden con los presentados en el trompo de los
alimentos (INN, 2007).
Por
supuesto el nexo elegido entre colores determinados y tipo de concepto debe ser
más o menos constante para conseguir su fin y, en caso de desear el uso de
colores para expresar informaciones de distinta naturaleza habrá, lógicamente,
que utilizar colores manifiestamente distintos.
La
presentación de información ligada al servicio de los alimentos puede, no
obstante, ser utilizada para introducir información más específica, según el
nivel educativo y los objetivos de formación. Por ejemplo, en lugar del sistema
de colores ligados a clasificaciones generalistas, los alimentos pueden ser
presentados con una tarjeta o cartel anexo en el comedor, donde se especifican
características relevantes como el aporte vitamínico, mineral o calórico.
Lógicamente,
en la mayoría de los casos, la información deberá ser bastante elemental y, en
su contenido, nivel y redacción, es fundamental la intervención del
profesorado. También es muy importante el aspecto estético de estos mensajes en
tarjetas y carteles. La presentación debe ser atractiva para el alumno y
gráficamente bien elaborada, utilizando imágenes de calidad como ilustración de
los mensajes escritos, por ejemplo, fotografías vistosas de los alimentos
aludidos.
Así,
la segunda opción es utilizar la propia estructura, entorno y diseño” del
comedor escolar como “soporte de la información nutricional”. En este sentido,
la propia “decoración” el comedor puede cumplir un importante papel. La
disposición de cuadros o carteles con fotos gráficamente atractivas de
alimentos puede crear un entorno más cálido y agradable y a la par “sugerir”
comportamientos alimentarios, influyendo sobre las preferencias de los
escolares.
En
la actualidad son numerosos los carteles y formatos gráficos que pueden cumplir
este papel, disponibles en las distintas administraciones sanitarias, o incluso
sociedades científicas del ámbito de la nutrición, (Instituto Nacional de
Nutrición), que aborden la vía educativa y divulgativa.
No
obstante, es preciso que la información así expuesta cumpla una serie de
requisitos. En primer lugar, el contenido escrito ha de ser breve y orientado
más a alentar determinados comportamientos alimentarios que a suministrar
información precisa y compleja de los alimentos. Igualmente, es de suma
importancia que los materiales elegidos destaquen por su atractivo gráfico para
los escolares.
Por
último, la tercera opción es utilizar materiales especiales en la propia mesa
donde son consumidos los alimentos por los niños. Podemos mencionar varios
ejemplos: manteles individuales de papel o plástico donde aparece el trompo de
los alimentos, porta vasos, platos o servilleteros de distintos colores, según
la naturaleza nutricional del alimento servido, servilletas de papel con
impresiones de mensajes nutricionales sencillos, etc. Esta opción es,
generalmente, algo más costosa, pero potencialmente factible.
Fuente:
Carlos
de Arpe Muñoz y Antonio Villarino Marín (2012). La nutrición y el comedor
escolar: su influencia sobre la salud actual y futura de los escolares. En Nutrición en el ámbito escolar. Jesús
Román Martínez Álvarez (Editor). Cap 4, p. 45-58. España
El comedor escolar es un excelente aporte a la comunidad estudiantil, aquí se apoya a la buena nutrición y se aprende a todo lo que se refiere a la sana alimentación, aunque la realidad de nuestro país es otra y no hay quien haga lo máximo por solucionar y gestionar para que funcione como debe ser. Niurka Echeverría
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