El tema de las enfermedades crónicas no transmisibles
y la nutrición humana es de enorme interés en la actualidad. Está ya claramente
establecido el vínculo que existe entre estos dos problemas: la malnutrición y
las enfermedades crónicas no transmisibles, desafortunadamente estas relaciones
son extremadamente complejas.
Dentro del enorme complejo de las enfermedades
cardiovasculares, entre las que se encuentran las enfermedades arterogénicas,
las trombogénicas y las hipertensivas, no hay duda de esta relación y también
hay claras vinculaciones entre la nutrición y enfermedades como el cáncer,
padecimientos relacionados con problemas mentales de agresividad y enfermedades
relacionadas con el tejido conectivo, como la artritis.
Lo anterior, conduce a plantear otro problema, si bien
conocemos las conexiones entre la malnutrición por exceso y las enfermedades
cardiovasculares, ahora estamos ante el reto de saber por qué en los países
pobres también existe esa alta prevalencia para estas patologías. Cada vez más,
se piensa que la desnutrición en las primeras etapas de la vida hace a las
personas más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares en la edad
adulta. De allí el enorme interés que tiene el problema de la desnutrición en
la infancia y su relación con las enfermedades crónicas no transmisibles.
Vale destacar que los países industrializados habiendo
detectado el problema y los nexos, han tenido la voluntad política de
prevención, logrando resultados muy alentadores; en cambio en países como el
nuestro donde se confronta el problema cada vez con más intensidad, todavía no
se conocen bien los nexos y adicionalmente no hay el mismo esfuerzo ni la misma
voluntad política para la prevención.
Está claro que en los países pobres el cortejo de
problemas que conducen a un incremento de las enfermedades cardiovasculares
está muy relacionado con una frecuencia creciente de la obesidad, la cual está
ligada a un aumento creciente de la sedentariedad, un mayor consumo de calorías
vacías (comida chatarra), alimentos muy ricos en carbohidratos no refinados y
en grasas. Estas personas poseen unas peculiaridades nutricionales que tenemos
que detectar y estudiar con un poco de profundidad y hacer énfasis en un aspecto
de gran importancia, como lo es la prevención.
Venezuela
y su panorama actual
Desde el punto de vista de la crisis económica actual,
ésta nos puede empezar a impactar en el sentido de que cada vez un mayor número
de niños van a estar sometidos a desnutrición durante sus primeros años de vida
y sobre todo no solamente niños, sino mujeres embarazadas, lo que afecta la
conformación genética del feto.
Esos niños que fueron desnutridos en su desarrollo
embrionario son más susceptibles a enfermedades como la obesidad, esta
interrelación aunque no se conoce bien, está allí y en la medida que se
investigue, se va a precisar mejor. En todo caso la desnutrición infantil y la
desnutrición de la madre embarazada son una verdadera catástrofe para la
sociedad. Tal vez una de las consecuencias más deplorables de la crisis
económica, es el impacto que tiene la desnutrición sobre la vida del ser humano
en general, no solamente sobre su estructura física, sino también sobre el
desarrollo mental.
La altísima frecuencia en que se presenta en Venezuela
la deficiencia de hierro es aterradora, en función del efecto de la misma sobre
la capacidad de aprendizaje de los niños y su posibilidad de preparación para
una vida futura productiva. Si no se actúa con rapidez, sobre todo en las
madres embarazadas y en los niños menores de dos años, la crisis económica
actual va a tener un enorme impacto en la sociedad futura y en la proliferación
de enfermedades crónicas no transmisibles.
Se debe
enfrentar la falta de conocimientos
Indudablemente una de las cosas que con seguridad
podría decir cualquier persona con gran experiencia en los temas de nutrición y
alimentación humana, es que si se pudiera llevar al seno de las familias más
desfavorecidas por los factores económicos, los conocimientos ya existentes en
materia de alimentación y nutrición, se podrían lograr cambios sustanciales con
mínimos recursos. Para exponer un solo ejemplo, es algo realmente dramático que
una familia pobre venezolana gaste dinero en bebidas gaseosas de alto costo,
que no le dejan absolutamente nada a los niños desde el punto de vista
nutricional, aparte de las calorías, cuando, ese dinero pudiera ser utilizado
en otros alimentos más nutritivos.
Esto mismo ocurre con muchas personas que por leer
revistas y oír mensajes destinados a personas con problemas patológicos le
quitan la piel al pollo, botando una gran cantidad de calorías y proteínas por
las que pagó, es cierto que la piel tiene más grasa que el músculo, pero en la
piel hay colágeno que es una proteína magnífica, hay una buena cantidad de
calorías muy útiles, vitaminas y ácidos grasos esenciales para la alimentación
de niños y jóvenes por lo que no hay ninguna razón de quitarle la piel al pollo
que ellos consumen. Otra cosa es, que a las personas con hipercolesterolemia se
les recomiende no consumir la piel del pollo, pero son dos circunstancias muy
distintas y no hemos sido capaces de hacer llegar ese tipo de información, de
manera adecuada, al seno de la familia.
Es mejor
prevenir que curar
Es importante destacar que las enfermedades crónicas
no transmisibles tienen una gama de posibilidades de diagnóstico muy fáciles y
muy a la mano. Hay datos muy concretos que todo adulto debiera conocer con
exactitud, por ejemplo, la relación entre el peso y la talla, es decir el
índice de masa corporal, que de una manera sencilla permite conocer a cualquier
adulto si está en el límite de sobrepeso o definitivamente en obesidad, y ahí
se tiene una primera señal de alarma. Un
valor de cintura mayor de 100cm en los hombres o mayor de 80cm en las mujeres
ya amerita consultar para saber si se está en riesgo de tener problemas
metabólicos silentes y serios que deben atacarse.
También es necesario conocer cómo está la tensión
arterial y de vez en cuando saber cuál es la tensión sistólica y diastólica en
la mañana y en la tarde, es una variable fácil de medir, que debería hacerse
más accesible a las personas en mercados, en farmacias, jornadas en las
comunidades, etc. Además todo adulto debería saber cuáles son sus niveles de
colesterol, triglicéridos y de las lipoproteínas de alta densidad en el plasma.
El valor de la glicemia en ayuno es una
medida que los adultos por lo menos una vez al año debieran conocer, mucho más
sofisticado sería saber la cantidad de insulina en ayunas. También se podría
identificar el patrón de ejercicio de manera muy sencilla, realizando
cuestionarios en las comunidades que indiquen si la actividad de las personas
es muy escasa, mediana o adecuada. Todos deberíamos saber las catastróficas
consecuencias del hábito de fumar.
Los conocimientos actuales que hay sobre estas
enfermedades permiten la prevención con bastante precocidad, lo cual hace
factible una acción efectiva antes de que ocurran los problemas más serios que
son los que se ocasionan cuando las arterias ya se han obstruido.
Desgraciadamente la poca atención que la población le da a este tema, hace que
empiecen a interesarse cuando ya tienen el problema, cuando empieza a aparecer
el dolor al caminar o cuando definitivamente han tenido un infarto y han
perdido el funcionamiento de una parte del corazón.
La
atención debe ser integral
Un aspecto importante donde se ha fallado es pensar
que sólo se debe acudir a los especialistas, un experto en lípidos, un
cardiólogo o un endocrinólogo, ya que la mayoría de los conocimientos que
tenemos en estos momentos podrían ser manejados por el médico general, quien es
el que está más a la mano del paciente. También ha fallado la educación médica
en ese sentido; hay necesidad de abrir espacios para la acción que es adecuar
la educación médica a la realidad epidemiológica, de modo que el médico general
sea el que actúe con más frecuencia en la acción preventiva porque es quien
está más cerca del paciente y porque el número de personas que están siendo
afectadas es tan grande, que si se tratara de dirigir eso hacia los
especialistas en metabolismo o en cardiovascular, no habría capacidad de
atención.
Se debería tomar una acción política general y decidir
actuar globalmente sobre los factores de riesgo de un país y por otra parte,
acercar más la asistencia técnica a la población actuando a través de médicos
de familia o médicos generales. Los ambulatorios deberían ser lugares donde se
debería manejar esta problemática.
Otro nivel que no se toca con frecuencia es el
empresarial, los empresarios que manejan gran cantidad de personal. El gerente
moderno reconoce que el valor más grande de una empresa es la gente y debería
esforzarse en proteger la salud de su personal. Sin embargo uno ve la
indiferencia que hay en el control de la salud de los empleados y obreros, de
allí la importancia de todas las empresas propiciar la atención de su personal
a través de un sistema de prevención de salud y accidentes.
De tal modo, que sí hay una enorme posibilidad de
acción, medidas que están ahí, que no hay que inventarlas, que han demostrado
ser efectivas, factibles y poco costosas. Lo único que se requiere es voluntad
de acción.
Fuente:
Virgilio Bosch (2003) La
Nutrición y las Enfermedades Crónicas No Transmisibles. CANIA. Año 4. N°9, mayo 2003, p.60-68.
Han sido de reflexión, los planteamientos abordados en dicho blogs. Gracias.
ResponderBorrarMuchas gracias mi estimada Lisbeth, Recomendamos visitar el link del Centro de Atención Nutricional Infantil de Antímano. Tiene interesantes artículos en su boletín sobre hábitos y características de la alimentación de los niños. Gracias por sus comentarios
ResponderBorrarEsto es un gran llamado de atención al sedentarismo y la mala nutrición la verdad que esta herramienta está muy interesante para la reeducación alimentaria y la buena información en cuanto a la salud integral se refiere. Niurka Echverría
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