jueves, 16 de febrero de 2017

Influencia de los Padres/Encargados en el proceso de alimentación

Junto al valor nutricional ideal o deseable de los alimentos, también deben considerarse los aspectos concernientes a la forma de entregar esos alimentos a un sujeto completamente dependiente como es un niño en esta edad.
Es importante entonces reconocer que muchas de las acciones a implementar dependen de la actitud (disposición y disponibilidad) de la persona encargada, con frecuencia la madre del niño. Las conductas de alimentación del encargado deben ser apropiadas para asegurar que los alimentos sean ofrecidos y aceptados por el niño.
Para llevar a cabo estas actividades de alimentación, los padres, encargados o maestros de Educación Inicial, precisan de recursos adecuados o por lo menos no tener limitaciones para atender al niño y así, en base a sus conocimientos, llevar adelante el proceso de alimentarlo. El tiempo necesario para realizar esas actividades es considerable y debe ser contemplado en la planificación de las actividades que realiza la madre o la maestra.
UNICEF ha reconocido la importancia de las conductas de los encargados de los niños, considerando que tanto la supervivencia del niño como su crecimiento y desarrollo están afectados directamente por la ingesta de nutrientes y la salud, y estos a su vez por factores subyacentes como seguridad alimentaria doméstica, disponibilidad de servicios de salud y salubridad del ambiente.
Cuidado del niño” se refiere a todas las acciones y conductas realizadas por el encargado que resultan en la ingesta apropiada de alimentos, favoreciendo la salud y el desarrollo cognitivo y psicosocial del niño.
Si bien existen grupos sociales con la capacidad socio-económica para afrontar sin limitaciones cualquier recomendación, aun constituyen mayoría en el área los grupos menos favorecidos, para quienes puede ser dificultosa no solo la disponibilidad de los alimentos más adecuados para la Alimentación Complementaria de sus hijos, sino también la disponibilidad de tiempo de la madre del niño, quien con frecuencia debido a las necesidades familiares tiene que salir del hogar y contribuir al presupuesto familiar a través de actividades laborales que pueden interrumpir la Lactancia Materna y el cuidado directo del lactante.
Hoy día cada vez es más constante la participación de la mujer en actividades laborales, con frecuencia en el sector informal o con empleos de baja renta y dudoso beneficio económico global. Eso se traduce en hogares en los que cada vez es menor el tiempo de las madres para la atención de los hijos y la necesidad de involucrar a terceras personas en la atención de los niños. Además, debemos contemplar la problemática social de separación familiar, madres solteras, madres adolescentes, bajo nivel de escolaridad e instrucción, pobre nivel socio-económico, etc., que hacen de la Alimentación Complementaria una actividad de difícil planificación.
Factores que afectan la capacidad de la madre o encargado para proporcio­nar la Alimentación Complementaria
A nivel del hogar y la comunidad, los principales fac­tores que pueden limitar la capacidad de la o las per­sona(s) para realizar la Alimentación Complementaria son:
·Educación, conocimiento y creencias de la persona responsable de la alimentación complementaria
·Carga de trabajo y tiempo disponible para la alimentación complementaria
·Salud y estado nutricional de la persona
·Salud mental, nivel de estrés y seguridad en sí mismo
·Autonomía, control de recursos y asignación intrafamiliar
·Soporte social de parte de la familia y la co­munidad

Se habla del “encargado” de administrar la alimentación complementaria porque si bien es la madre en la mayoría de las culturas la que inicia la alimentación del niño, con frecuencia una vez el niño comienza a caminar, suele quedar bajo la “tutela” de sus hermanos o familiares mayores. Por otra parte, la mujer cada vez está más involucrada en actividades laborales que implican su salida del hogar por períodos variables, que hacen que se interrumpa no solo la Lactancia Materna sino su participación en la alimentación complementaria, pudiendo de igual forma quedar el niño a cargo de familiares o “amigos” no siempre con la capacidad, la dedicación y el tiempo necesarios para realizar esta actividad
Dentro de los factores enumerados, es obvio que si la persona a cargo no tiene los conocimientos adecuados para cumplir a cabalidad el lineamiento de alimentación complementaria o si sus creencias o antecedentes culturales riñen con la misma, no la va a llevar a cabo en forma satisfactoria. De igual manera, si esa persona no dispone del tiempo, la voluntad, el estado de salud o un nivel mínimo de confianza y seguridad en sí mismo, no va a poder llevar a cabo el cuidado del niño. Es evidente entonces que más allá de la presencia de una persona “encargada”, ésta debe tener ciertos requisitos básicos para efectuar adecuadamente las funciones requeridas (edad, educación, madurez, disposición de tiempo, de ánimo y de recursos).
Conducta de la persona encargada ante la alimentación complementaria
Es muy importante no solo ofrecer los alimentos sino interactuar con el lactante para asegurar la adecuada introducción y efectividad de la alimentación complementaria. En ese entendido debe facilitarse:
• La adaptación del método de alimentación a las habilidades motoras del niño: por ejemplo a su ca­pacidad para sujetar una cuchara, la habilidad para morder y masticar, para agarrar alimentos con los dedos, etc., ofertando los alimentos en la consis­tencia, textura y presentación idónea a la capacidad actual del niño.
• Actitud y empatía de la persona que alimenta: es­tímulo para que el niño coma, oferta adicional de comida si el niño muestra deseo, etc.
• Compenetración del alimentador en el proceso: es­tablecimiento de una relación afectiva entre el niño y su encargado; disponibilidad de tiempo para interac­tuar y ofrecer la comida de una forma estimulante y agradable para el niño; promover una interacción positiva, evitando forzar al niño, contrariarlo o establ­ecer conductas de aversión a la comida.
• Asegurar la seguridad y el entorno de la alimentación: organizar las comidas en un local adecuado, establecer una frecuencia y regularidad apropiada a la edad y necesidades del niño, supervisar y proteger al niño mientras se alimenta; evitar distractores durante las comidas.
Muchos casos de niños con retardo en el crecimiento no orgánico, han comprobado la importancia de la interrelación apropiada entre el niño y el encargado de alimentarlo, tanto en lo referente a la organización del tiempo de comida como en los factores asociados a la misma. En caso que estos factores influyan en forma negativa, se puede establecer un pobre crecimiento del lactante aun cuando exista una adecuada disponibilidad de comida.
Con frecuencia los niños con problema para crecer presentan el antecedente de tiempos de comida basados en un enfoque autoritario y coer­citivo por parte de la persona que lo alimenta, en­foque que puede anular el sistema regulatorio interno de hambre y saciedad del niño.
De igual forma, una baja sensibilidad y percepción materna de las señales de apetito – saciedad del niño; familias con pobre interacción afectiva, aislamiento social, pobres lazos de familiaridad, no percepción de problemas sutiles orales/motores o retraso en el desarrollo del niño para la alimentación, en resumen, condiciones capaces de generar una ruptura en la relación afectiva entre el niño y la persona que lo alimenta.
El desarrollo de conductas de alimentación más “ac­tivas” para el niño por parte de los encargados, se asocia a incremento en la ingesta dietética e incre­mento en los índices antropométricos. Esas conduc­tas alimenticias “positivas” pueden tener un poderoso impacto en la cantidad de comida ingerida.
La optimización de la alimentación complementaria implica además de asegurar la calidad nutricional de los alimentos ofrecidos y su seguridad higiénica, pre­star atención a las conductas específicas en torno al proceso de alimentación y a eventuales problemas que puedan interferir con el cuidado del niño.
En resumen, la evidencia actual sugiere que las intervenciones prag­máticas para mejorar la alimentación complementaria probablemente no son tan exitosas si no toman en consideración factores conductuales y los problemas y dificultades que pueden surgir en torno al cuidado del niño. Por ello, los factores económicos y dificultades domésti­cas en el hogar pueden influenciar el tipo y la canti­dad de alimentos ofrecidos y recibidos por el niño.

Fuente:
Asociaciones de Pediatría de Centro América (2013). Primer consenso Centroamericano alimentación en el primer año de vida. Sociedad Centroamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.


1 comentario:

  1. Es importante la buena alimentacion que recibe el niño desde temprana de edad por parte de sus padres, ya que estos deben responder a una de las necesidades principales que presenta el niño y el adulto es el encargado de solventar dicha necesidad, el niño para tener un buen desarrollo en todos los aspectos debe estar bien alimentado, y la influencia principal en esta aliemtacion son los padres, pero, en la actualidad cada vez es mas dificil ya sea por problemas personales o economicos que afectan al hogar, ya no son los mismos alimentos, ya no es la misma cantidad que quizas antes se podia consumir. Genesis Camargo- IUJO

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