La situación
de salud y la seguridad alimentaria son precarias en los países de América
Latina, donde reina la extrema pobreza, las malas condiciones de salubridad, la
insuficiente producción de alimentos, la baja disponibilidad y el elevado
precio de los productos alimentarios que impide el acceso a los mismos por
parte de la población de forma segura y estable.
Agudizándose
esta situación, aún más con el aumento de la población y los bajos ingresos de
los sectores pobres. La desnutrición está presente en estos lugares donde no
hay una seguridad alimentaria y nutricional, lo que trae consigo enfermedades
como las infecciones respiratorias, diarreicas, que están estrechamente
vinculadas a las condiciones ambientales de las viviendas, la carencia de agua
potable y los inadecuados hábitos higiénicos.
Todo esto
repercute en el aprovechamiento biológico de los nutrientes. El mal uso de los
alimentos disponibles y la toma de decisiones incorrectas sobre el consumo de
los mismos está propiciado por factores socioculturales como: las tradiciones,
los hábitos de vida, costumbres, por las condiciones económicas, políticas
sociales y culturales que repercuten en el problema de la alimentación y junto a
ello tenemos la carencia de una educación alimentaria que promueva estilos de
vida saludables.
Todos nos
alimentamos es por ello que se hace imprescindible conocer, comprender y
entender las relaciones que se establecen entre el hombre y los alimentos en el
que predominan la socialización, las formas de economía, las tradiciones
conservadas a lo largo de los años, resaltando la importancia de los alimentos
en el contexto sociocultural en el que se desenvuelven los sujetos.
La
alimentación desde el punto de vista sociocultural:
Nivel social:
Posiciones y relaciones entre individuos, en cierto contexto espaciotemporal.
Implica también ciertos roles o papeles y normas asociados a ellos, así como la
composición de una sociedad en distintos grupos (conjuntos con conciencia y
reconocidos como tal), categorías (de etnia, raza, edad o género).
Dicha
composición según categorías y grupos nos lleva a hablar de estructura social
(diferenciación de posiciones de los sujetos)… En el nivel social nos fijaremos
en las relaciones sociales, y con ello en las formas de comensalidad.
Nivel cultural:
Este nivel incluye los conocimientos y concepciones del mundo social y natural
así como de la tecnología. También incorpora la relación y vínculos entre
sociedades distintas. Las culturas son puestas en práctica por grupos humanos
específicos (de clase o de etnia entre otros) en un determinado contexto
sociohistórico. Todo lo social tiene algo de cultural. Lo de específico que
tiene es que se trata como de su vertiente simbólica. De lo que da significado,
a todo lo que se dice, se hace y se piensa en una determinada sociedad.
Nivel
económico: El de la esfera de la producción, distribución y
consumo de bienes y servicios. En nuestro caso, lo aplicamos a la alimentación.
Nivel político:
En un sentido restringido atañe a la lucha por el poder, y al ejercicio de éste
con una autoridad más o menos legítima. Tiene que ver con la administración y
dirección de los bienes y servicios públicos, particularmente a través de
leyes. En un sentido amplio, todo intento de tener poder en el espacio público,
por parte de individuos, así como las formas de resistencia o consentimiento
individual de la aplicación de dispositivos de poder (legal, militar, político,
educativo, de género) es político. En el caso de la alimentación, ciertas
decisiones
El proceso de
alimentación es una cadena de hechos que incluye el cultivo, producción,
distribución y consumo de los mismos, así como una serie de leyes y políticas
que pueden favorecer o afectar las esferas antes mencionadas. Tiene asociado
toda una serie de elementos culturales y sociales como tradiciones, costumbres,
religión, raza, etnias, formas de comensalidad. Tiene una carga de
significados, valores y permite la socialización entre los diferentes grupos.
Teniendo en
cuenta lo planteado por Guerrero (2003), la alimentación es determinante para
la supervivencia del hombre y asociado a ello existen toda una serie de
elementos objetivos y subjetivos que forman parte de la identidad de cada
pueblo y tienen sus raíces en la historia de cada uno de ellos.
Por su parte, Moreno
(2003), en su estudio sobre Cultura Alimentaria plantea que el alimento es “un
elemento de funcionalidad o disfunción dado que establece la sociabilidad,
contribuye a la armonía entre algunos grupos e individuos, además de que
representa valores, costumbres y tradiciones, y en algunos grupos o sociedades
se distingue como un símbolo que en sus diversidades y características
representa unidad, tradición, estatus, distinción, en ciertos casos conlleva
una carga de significados espirituales o de éxito al ser considerado un
elemento de transferencia de actitudes, sentimientos negativos o positivos para
con los demás”.
Es por ello,
que en el marco de la Educación Alimentaria y Nutricional, la alimentación –o
situación nutricional- constituye una de las múltiples actividades de la vida
cotidiana, que por su especificidad y evolución, adquiere un lugar protagónico
en la caracterización e interpretación de las dimensiones biológicas, social,
psicológica, simbólica, económica, religiosa y cultural de las poblaciones
humanas.
Fuente:
Barrial Martínez, A. y Barrial
Martínez, A. M., (2011). La educación
alimentaria y nutricional desde una dimensión sociocultural como contribución a
la seguridad alimentaria y nutricional. Contribuciones a las Ciencias Sociales. Dic de 2011. Eumed.net. Universidad de Málaga. http://www.eumed.net/rev/cccss/16/bmbm.html
Guerrero
Rivera, T.,
(2003). El estudio antropológico de cultura y alimentación (primera parte). Revista Virtual Gastronómica. http://www.uaemex.mx
Moreno
García, D.,,
(2003). Cultura Alimentaria. Revista
Salud Pública y Nutrición. Vol.4, No.3, julio-septiembre. http://www.respyn.uanl.mx
Excelente artículo.es una radiografía de la situación del país.
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