En el inicio y desarrollo de muchas enfermedades crónicas
del adulto: obesidad, hipertensión, aterosclerosis, diabetes y osteoporosis; los factores ambientales son
importantes, aunque ellos no tengan una relación causa-efecto específica. La
dieta desempeña un papel importante como variable ambiental. Hoy en día, no se
discute el efecto de la alimentación sobre la condición de salud o enfermedad
del ser humano, en las distintas etapas de su vida.
Durante la vida intrauterina y la lactancia materna, el
metabolismo materno es el procesador del flujo alimentario. El destete precoz
guarda relación con riesgos nutricionales tanto de deficiencias como de
excesos. Se ha planteado que la introducción de sólidos antes de los cuatro
meses de edad, aumenta el riesgo de alergias alimentarías y favorecen las
alteraciones en el apetito que pueden inducir a la sobrealimentación y el
aumento del apetito infantil por el azúcar y la sal que después se ve en el
adulto.
En la edad preescolar el patrón de preferencias es muy
cambiante, muchas veces caracterizado por lo limitado de la variedad de
alimentos aceptados por el niño, por tales razones el niño come menos lo cual
puede afectar psicológicamente a la madre y prepara el terreno para que ella
acepte con alegría que el niño coma cualquier cosa y llega a ser manipulada
para que se le ofrezca un dieta a base de gelatina, compotas, gaseosas, entre
otras.
También el alimento puede ser usado con fines no
nutricionales – premio o castigo- lo cual afecta la conducta alimentaria en
edades posteriores. En esta edad se inicia el proceso de socialización en la
alimentación; aumenta el consumo de alimentos entre comidas, de alta
concentración de azúcares y bajo valor nutricional
En la edad escolar, el niño tiende a comer lo que le gusta
entre los alimentos disponibles en el hogar y los que adquiere en la escuela,
según su criterio y especialmente según el juicio de su grupo de amigos, se
hace cada vez más independiente de la influencia de sus padres. Surge aquí el
problema de la cantina escolar y, de las ventas ambulantes en el perímetro de
la escuela.
La adolescencia es una etapa de aumento de la
independencia y toma de decisiones, así como de grandes influencias ejercidas
por las modas y por el grupo de amigos. El adolescente puede usar el alimento
como parte de ese proceso de individualización y toma perfiles importantes.
Muchos de los alimentos populares entre los adolescentes tienen un alto contenido
de sodio y grasas saturadas. En los mayores de 15 años las comidas rápidas
llegan a convertirse en el elemento básico de la ingesta diaria. Este estilo
alimentario no es el más ventajoso nutricionalmente. Se incorporan a este grupo
de edad, otros factores de riesgo por la iniciación en el hábito de fumar,
abuso de bebidas alcohólicas y el uso de anticonceptivos orales.
Como puede deducirse de estas consideraciones, los
factores de riesgo vinculados a la alimentación, durante la etapa de
crecimiento y desarrollo humano, van a estar en relación con: las
características biológicas de la madre y el niño y el efecto que ejerce el
ambiente familiar, escolar y de la comunidad en general, sobre el estilo o
patrón alimentario.
Fuente:
Hernández de V., Y.(1991). Factores de riesgo durante
el crecimiento y aparición de enfermedades crónicas. En La nutrición ante
la salud y la Vida. Simposio Fundación CAVENDES. Ediciones Fundación CAVENDES,
Caracas.
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