El calcio es un mineral esencial para la salud ósea,
el cual es importante durante toda la vida de la persona, con especial énfasis
en la adolescencia. Dada su importancia en la prevención de osteoporosis, gran
número de países, han incrementado sus recomendaciones para la población.
El calcio es uno de los principales minerales del
hueso y el 99% del calcio corporal se encuentra en el esqueleto. El calcio
constituye el 39% del contenido total mineral óseo, es decir, es el mineral
dominante en el hueso y el más comúnmente deficiente en la dieta, especialmente
en los adolescentes. El metabolismo del calcio es mantenido por las hormonas reguladoras
del calcio, como la hormona paratiroidea, calcitonina y vitamina D (1,25
dihidroxi vitamina D).
El calcio se absorbe en el intestino de forma pasiva
y activa, siendo la forma activa la más importante cuando el consumo de calcio es
sub-óptimo. La habilidad para responder ante un consumo bajo en calcio es
limitada, por lo que la absorción activa no compensa la baja ingesta de calcio.
En estas situaciones, el calcio es extraído de los huesos para mantener el 1%
del calcio contenido en la sangre, músculo y otros tejidos que ejercen
funciones vitales en el cuerpo. Si la ingesta de calcio es persistentemente
baja, los huesos se van haciendo cada vez más frágiles, lo cual puede conducir
a la osteoporosis.
La osteoporosis es un grave problema de salud
pública en el mundo. Es una enfermedad crónica y multifactorial que puede
progresar en forma silente por décadas hasta que ocurra una fractura. Se
caracteriza por una baja densidad mineral ósea (DMO) y por un deterioro de la microarquitectura
ósea, lo cual produce una mayor vulnerabilidad de sufrir fracturas,
principalmente en la muñeca, cadera y espina dorsal. La osteoporosis es una
enfermedad juvenil, ya que es en la adolescencia cuando se adquiere la mayor
parte de la masa ósea, lo cual determinará si la persona tendrá riesgo de
sufrir fracturas en los próximos años.
Se estima que en el mundo más de 200 millones de personas
tienen osteoporosis, y según proyecciones, el número de fracturas de cadera al
año aumentará de 1,66 millones en 1990 a 6,26 millones en el 2050. En Venezuela,
no se conoce bien la magnitud del problema.
Según un estudio prospectivo realizado en el Centro
de Investigaciones de Litiasis Renal y Enfermedades Metabólicas (Unilime), la
incidencia de fracturas de cadera en Venezuela ha sido estimada en 9,6
fracturas por día (16,3/100000 hab.), con una mortalidad de 17% en los primeros
4 meses, con una proyección de 67 fracturas de cadera por día para el 2030.
La importancia del calcio varía según la edad del
individuo y la etapa biológica:
Niños: La adquisición de la masa ósea es lenta durante la
niñez. En esta etapa, el calcio es importante para evitar su deficiencia y por
consecuencia enfermedades como raquitismo. Además, para asegurar buenos hábitos
de consumo de este minera para las siguientes etapas de la vida.
Un estudio en niños de 3-5 años demostró que el
aumentar el consumo de calcio de 500 a 1200 mg/d incrementó la absorción de
calcio, aunque modestamente. Un estudio en niñas pre-puberales mostró que la
suplementación de calcio, en conjunto con ejercicio por 1 año aumentó significativamente
la masa ósea en 6,3%. Este beneficio no se observó en el grupo con
suplementación de calcio solamente. Lo que revela la importancia del ejercicio
físico en el metabolismo de este mineral.
Adolescentes: La adolescencia es un período de rápido desarrollo
óseo. En esta etapa del crecimiento, en donde la fase de formación ósea es
mayor a la fase de resorción ósea, se denomina modelamiento óseo, dando como resultado
la acumulación de masa ósea. La masa ósea se acumula hasta llegar a un límite,
llamado Pico de Masa Óseo (PMO) y
puede continuar hasta los 26-30 años aproximadamente. Una insuficiencia en este
pico contribuye significativamente al riesgo de osteoporosis más tarde en la
vida. Hay varios factores que influyen en el desarrollo y adquisición del PMO.
Algunas son programadas genéticamente, algunas bajo la influencia hormonal y
otras por los estilos de vida.
El pico de la tasa de acumulación de calcio se
adquiere alrededor de los 12,5 años en niñas y a los 14 años en niños. Durante
el período de 3 a 4 años de adquisición de la masa ósea en la adolescencia, un
40% del total de masa ósea es acumulado. Así, para los 17 años de edad la adolescente
femenina ha adquirido el 90% de su masa ósea, a los 19,8 años el 95% y a los
22,1 años el 99% de su masa ósea. Es decir, que después de los 22 años la mujer
básicamente ya tiene formada su masa ósea.
Aunque el proceso de la adquisición de la masa ósea está
determinado en un 60%-80% por la genética del individuo, existen factores
modificables que afectan este proceso, como son la ingesta de calcio, actividad
física y el estilo de vida.
Si en la adolescencia el individuo no consume una
ingesta adecuada de calcio, no llegará al pico máximo de masa ósea y el
individuo entrará en la etapa adulta con una DMO inferior a su potencial
genético. Cuando comience el período de rápida pérdida de la masa ósea, lo que
se corresponde con la menopausia, este individuo podría llegar a presentar fracturas.
También se ha demostrado que la actividad física contribuye
significativamente al aumento en la masa ósea. Estudios en adolescentes
demuestran que la suplementación con calcio o lácteos junto con actividad física
tienen un efecto mayor en la DMO, comparado con la suplementación de solo
calcio.
Adultos: En la etapa adulta el calcio dietético sigue
siendo importante para mantener la masa ósea adquirida durante la adolescencia
y evitar la pérdida de masa ósea. En esta etapa se inicia el remodelamiento
óseo, el cuál continúa durante toda la vida e involucra las fases de formación
y resorción. La fase de resorción ósea es llevada a cabo por las células
osteoclastos, mientras que la formación por los osteoblastos, los cuales llenan
los espacios vacíos dejados en el hueso por el osteoclasto.
Durante la etapa reproductiva o pre-menopáusica, el remodelamiento
óseo se mantiene constante, es decir, las fases de resorción y formación están
en equilibrio. Durante la etapa reproductiva o pre-menopáusica, el remodelamiento
óseo se mantiene constante, es decir, las fases de resorción y formación están
en equilibrio.
Alrededor de la menopausia, entre los 40-50 años, la
resorción ósea es mayor a la formación, llevando a la pérdida de masa ósea.
Este desequilibrio entre ambos procesos se debe a que la actividad de los
osteoblastos no pueden mantener el ritmo acelerado de la actividad osteoclástica.
El consumo de calcio es importante en esta etapa para reponer el calcio perdido
durante la resorción.
Sin embargo, los estudios han mostrado que durante
los primeros años de la post-menopausia la masa ósea no responde tanto a la
suplementación con calcio, por la rápida reabsorción ósea. Después de varios
años de menopausia, alrededor de 5 años, los estudios han mostrado que la
suplementación con calcio si favorece la masa ósea.
Ancianos: En ancianos también se ha observado que la intervención
con calcio favorece la salud ósea. La mayoría de los estudios hechos en esta
población han sido enfocados en la reducción del riesgo de fracturas.
El establecimiento de los requerimientos y/o recomendaciones
de calcio para la población tiene una larga historia, de más de 30 años. Se han
estado revisando en diversos países, pero es difícil establecer el requerimiento
de calcio debido a varias razones. Primero, no hay suficientes estudios en todos
los grupos de edad y en diferentes poblaciones y los que se han publicado usan
diferentes métodos y objetivos. Segundo, se ha establecido el requerimiento de
calcio como un nutriente aislado, y no como un nutriente que interactúa y se ve
afectado por el consumo o status de otros nutrientes (magnesio, vitamina D,
fósforo y proteínas entre otros).
Para Venezuela, las recomendaciones de calcio fueron
actualizadas en el año 2000, basadas en las recomendaciones dietéticas (DRI)
para Estados Unidos de América (EUA). Estas a su vez fueron publicadas por el Consejo
de Alimentos y Nutrición de la Academia Nacional de Ciencias en 1999, después
de una exhaustiva discusión y revisión de estudios.
Los niveles se establecieron para promover el
desarrollo del pico de masa ósea durante la etapa de crecimiento y para
prevenir la pérdida ósea en las siguientes etapas de la vida, tomando en cuenta
la máxima retención de calcio, la ingesta en donde no hay posibles beneficios
en retención, dentro del potencial genético.
Recomendación de calcio (mg/d),
por grupo de edad.
Infantes: 210-600
Niños: (~ 1-3 años) 350-800
Niños: (~ 4-8 años) 450-800
Adolescentes: (9-18 años)
800-1300
Adultos: 20-50 años 700-1200
Adultos: >50 años 700-1500
Embarazo: 800-1300
Lactancia: 750-1300
En Venezuela urge realizar estudios de consumo de
nutrientes nacionales, no sólo de calcio, sino también de otros nutrientes que interaccionan
con el calcio. Además, se necesitan estudios epidemiológicos que relacionen el
consumo habitual de calcio con la masa ósea y el índice de fracturas en los diferentes
grupos de edad, así como también, estudios clínicos de balance y de
suplementación para conocer el metabolismo del calcio en esta población. Estos
datos permitirán determinar recomendaciones más adecuadas para la población
venezolana.
Fuente:
Cristina
Palacios (2007). Lo nuevo en los requerimientos de calcio, propuesta para
Venezuela. Anales Venezolanos de Nutrición. 2007; 20 (2): 99-107.
Nuevamente le doy las buenas tardes. Gracias por la información. Yoharlys Espejo
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