Comer no sólo responde a una necesidad fisiológica. Además
de proporcionar los nutrientes necesarios para nuestra supervivencia, los
alimentos también actúan como “anestésicos emocionales”. Recurrir a la comida
para encontrar alivio, paliar las carencias afectivas o combatir la tristeza
puede convertirse en la forma más rápida de desarrollar trastornos de la
alimentación.
La función emocional de los alimentos depende en gran medida
del aprendizaje que se ha realizado dentro del seno familiar y de los mensajes
positivos o negativos a los que están asociados. Así, en ocasiones la comida es
utilizada “para tranquilizar y reconfortar, como premio o castigo, para
chantajear o inducir culpa, e incluso como prueba de amor en el caso de las
madres que se preocupan en exceso por la alimentación”, explica la
nutricionista Yolanda Vélez de León, que ha abordado el problema de la influencia
de los alimentos en las emociones.
La comida también es utilizada para curar el dolor emocional
producido por la tristeza y la soledad o permite esconder ciertos rasgos de la
personalidad. No obstante, el papel reconfortante de los alimentos en los casos
de ansiedad o depresión parece estar directamente relacionado con el correcto
funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales.
En la década de los años 70 (siglo XX), Richard Wurtman,
director del Centro de Investigaciones Clínicas del Instituto Tecnológico de
Massachussets (MIT), desarrolló la teoría de la “adicción a los carbohidratos”.
Wurtman demostró que la ingesta de carbohidratos aumentaba los niveles de
serotonina, un neurotransmisor esencial para la comunicación entre las neuronas
y que interviene también en la regulación del estado de ánimo, la agresividad,
el sueño, o la conducta alimentaria.
Más tarde, Wurtman, también investigadora del MIT, especuló
con la posibilidad de que la sobre ingesta de carbohidratos durante el periodo
premenstrual tuviera el objetivo de elevar los niveles de serotonina así el estado de ánimo, los sentimientos
depresivos y la irritabilidad en las mujeres. Estos fueron los primeros
indicios de que los trastornos del estado de ánimo podrían estar relacionados
con una regulación inadecuada de la serotonina.
Para comprobar esta teoría los investigadores administraron
a mujeres fármacos específicos para favorecer la producción de serotonina o
preparados dietéticos especiales con carbohidratos. “En ambos casos mejoraron
los síntomas, lo que nos hace pensar que, aparentemente, las mujeres emplean el
consumo de alimentos ricos en carbohidratos a modo de tratamiento.
Sin embargo, recurrir a los carbohidratos para regular la
producción de serotonina y mejorar así nuestro estado de ánimo no parece una
buena idea. La mayor parte de los alimentos ricos en carbohidratos simples
suelen tener un alto contenido de grasa, por los que la ingesta excesiva de
estos productos puede favorecer el desarrollo de obesidad, hipertensión, trastornos
cardiovasculares, diabetes, hiperglucemia o enfermedades de la vejiga.
Además, cuando desaparece el efecto de los carbohidratos,
reaparece la sensación de tristeza, la irritabilidad o los sentimientos
depresivos que se intentaban evitar con la comida, lo que favorece los
atracones para volver a sentir bienestar.
Este mecanismo de la serotonina también explicaría por qué
algunas dietas pobres en carbohidratos, son difíciles de mantener.
Por lo tanto, el bienestar pasajero que proporciona la
comida puede llevar a cierta adicción y en el caso de los dulces, al
hiperinsulinismo, que consiste en una secreción excesiva de insulina. Eso hace
que las células no sean capaces de asimilar la glucosa, por lo que la demanda
continuamente y cuando más consumen más piden.
Cuando no se pueden controlar los impulsos a resulta
imposible evitar el atracón, una buena alternativa podría ser la elección de
carbohidratos mucho más sanos que los dulces y los azúcares, como los productos
ricos en féculas, almidón y bajos en grasas saturadas. Es el caso del arroz, el
pan o las papas -patatas-. De hecho, se estima que 30 gramos de arroz bastan
para alcanzar un pico máximo de serotonina.
Fuente:
Gran éxito con este proyecto.Es de gran interés para el desarrollo de las potencialidades intelectivas la alimentación balanceada. Sin embargo, un cuadrito pequeño de chocolate en horas de la mañana activa potencialmente los procesos cognitivos de alto nivel en el ser humano que realiza trabajo intelectual.
ResponderBorrarGracias, gracias, gracias por esta iniciativa.
Miles de contribuciones, gozo y gloria lleguen a ustedes estimados colegas y amigos.