jueves, 13 de febrero de 2020

La comida emocional


Comer no sólo responde a una necesidad fisiológica. Además de proporcionar los nutrientes necesarios para nuestra supervivencia, los alimentos también actúan como “anestésicos emocionales”. Recurrir a la comida para encontrar alivio, paliar las carencias afectivas o combatir la tristeza puede convertirse en la forma más rápida de desarrollar trastornos de la alimentación.
La función emocional de los alimentos depende en gran medida del aprendizaje que se ha realizado dentro del seno familiar y de los mensajes positivos o negativos a los que están asociados. Así, en ocasiones la comida es utilizada “para tranquilizar y reconfortar, como premio o castigo, para chantajear o inducir culpa, e incluso como prueba de amor en el caso de las madres que se preocupan en exceso por la alimentación”, explica la nutricionista Yolanda Vélez de León, que ha abordado el problema de la influencia de los alimentos en las emociones.
La comida también es utilizada para curar el dolor emocional producido por la tristeza y la soledad o permite esconder ciertos rasgos de la personalidad. No obstante, el papel reconfortante de los alimentos en los casos de ansiedad o depresión parece estar directamente relacionado con el correcto funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales.
En la década de los años 70 (siglo XX), Richard Wurtman, director del Centro de Investigaciones Clínicas del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), desarrolló la teoría de la “adicción a los carbohidratos”. Wurtman demostró que la ingesta de carbohidratos aumentaba los niveles de serotonina, un neurotransmisor esencial para la comunicación entre las neuronas y que interviene también en la regulación del estado de ánimo, la agresividad, el sueño, o la conducta alimentaria.
Más tarde, Wurtman, también investigadora del MIT, especuló con la posibilidad de que la sobre ingesta de carbohidratos durante el periodo premenstrual tuviera el objetivo de elevar los niveles de serotonina así  el estado de ánimo, los sentimientos depresivos y la irritabilidad en las mujeres. Estos fueron los primeros indicios de que los trastornos del estado de ánimo podrían estar relacionados con una regulación inadecuada de la serotonina.
Para comprobar esta teoría los investigadores administraron a mujeres fármacos específicos para favorecer la producción de serotonina o preparados dietéticos especiales con carbohidratos. “En ambos casos mejoraron los síntomas, lo que nos hace pensar que, aparentemente, las mujeres emplean el consumo de alimentos ricos en carbohidratos a modo de tratamiento.
Sin embargo, recurrir a los carbohidratos para regular la producción de serotonina y mejorar así nuestro estado de ánimo no parece una buena idea. La mayor parte de los alimentos ricos en carbohidratos simples suelen tener un alto contenido de grasa, por los que la ingesta excesiva de estos productos puede favorecer el desarrollo de obesidad, hipertensión, trastornos cardiovasculares, diabetes, hiperglucemia o enfermedades de la vejiga.
Además, cuando desaparece el efecto de los carbohidratos, reaparece la sensación de tristeza, la irritabilidad o los sentimientos depresivos que se intentaban evitar con la comida, lo que favorece los atracones para volver a sentir bienestar.
Este mecanismo de la serotonina también explicaría por qué algunas dietas pobres en carbohidratos, son difíciles de mantener.
Por lo tanto, el bienestar pasajero que proporciona la comida puede llevar a cierta adicción y en el caso de los dulces, al hiperinsulinismo, que consiste en una secreción excesiva de insulina. Eso hace que las células no sean capaces de asimilar la glucosa, por lo que la demanda continuamente y cuando más consumen más piden.
Cuando no se pueden controlar los impulsos a resulta imposible evitar el atracón, una buena alternativa podría ser la elección de carbohidratos mucho más sanos que los dulces y los azúcares, como los productos ricos en féculas, almidón y bajos en grasas saturadas. Es el caso del arroz, el pan o las papas -patatas-. De hecho, se estima que 30 gramos de arroz bastan para alcanzar un pico máximo de serotonina.
Fuente:

1 comentario:

  1. Gran éxito con este proyecto.Es de gran interés para el desarrollo de las potencialidades intelectivas la alimentación balanceada. Sin embargo, un cuadrito pequeño de chocolate en horas de la mañana activa potencialmente los procesos cognitivos de alto nivel en el ser humano que realiza trabajo intelectual.
    Gracias, gracias, gracias por esta iniciativa.
    Miles de contribuciones, gozo y gloria lleguen a ustedes estimados colegas y amigos.

    ResponderBorrar