jueves, 29 de octubre de 2015

La Actividad Física y su importancia en la salud integral del niño

En los últimos años se le ha conferido al ejercicio y al deporte, en sus manifestaciones recreativas, educativas o competitivas, un importante papel en la preservación y desarrollo de la salud del ser humano. Es en la infancia que se pueden producir cambios en el nivel de actividad que modifican positivamente la salud para años más tarde.
¿Qué es actividad física?
La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que resulta en un gasto de energía. El movimiento es natural en los niños, y de hecho se dice que son inseparables. Moverse les permite a los niños conquistar su medio ambiente a la vez que promueve su desarrollo integral.


Fisiología del ejercicio aplicada en niños
Mediante cambios fisiológicos particulares los niños como los adultos se adaptan al ejercicio ocasional o regular. El organismo responde de forma metabólica, cardiovascular y respiratoria.
La respuesta metabólica es aeróbica y anaeróbica. El nivel del metabolismo aeróbico se ve reflejado por el consumo máximo de oxígeno (VOMAX) y depende de la masa corporal, por ello, la potencia aeróbica está menos desarrollada en niños, que en jóvenes y adultos. La potencia aeróbica aumenta con la edad en los niños hasta los 18 años y en las niñas hasta los 14 años.
La eficiencia mecánica, por el contrario, es mayor en los niños haciendo que el costo del ejercicio sea mayor en los más jóvenes. El ejercicio regular disminuye el costo energético del esfuerzo, aumentando la eficiencia mecánica. Por ejemplo los niños son mejores en carreras largas de menor velocidad, pero su poca concentración no les permite competir. La capacidad anaeróbica de los niños es menor que la de los jóvenes y los adultos, principalmente por una menor reserva de glucógeno y menor capacidad enzimática glucolítica.
El niño es mejor en esfuerzos breves de alta  intensidad, como el juego. Por ello, niveles de exigencia elevados en niños pequeños carece de sentido debido a la falta de predisposición metabólica, que se expresa por la baja capacidad de producir lactato.
Respuesta cardiovascular
El gasto cardíaco está estrechamente relacionado con el consumo de oxígeno y el gasto energético. Similar al comportamiento del consumo de oxígeno, el gasto cardíaco es menor en niños. El gasto cardíaco máximo es menor en niños más pequeños en valores absolutos, lo que determina una disminución del poder transportador de oxígeno que se encuentra compensado en parte, por una mayor capacidad de extracción del mismo. El volumen sistólico es menor en todos los niveles del ejercicio. La frecuencia cardíaca compensa en parte el volumen sistólico, ya que siempre es mayor en todos los niveles del ejercicio. Los valores máximos de la frecuencia cardíaca disminuyen con la edad.
Los niños tienen un mayor flujo sanguíneo muscular que favorece la distribución de sangre durante el ejercicio. El valor de la presión arterial es menor con la edad. En ejercicios dinámicos la presión arterial sistólica aumenta con el gasto cardíaco y con la frecuencia cardíaca, manteniéndose la diastólica por la baja resistencia periférica. En ejercicio estático la presión arterial sistólica y diastólica aumentan directamente con la intensidad y duración del esfuerzo. El niño activo aumenta su volumen cardíaco, siguiendo las mismas leyes de adaptación del adulto; el ejercicio aeróbico en el prepúber estimula el aumento de la red vascular periférica, disminuyendo la carga presora en años posteriores.
Los niños pueden alcanzar frecuencias de 200 o más latidos por minuto, con curvas ascendentes y descendentes del pulso. Esta diferencia en el comportamiento del pulso se debe a un predominio del sistema simpático adrenérgico que en el músculo esquelético estimula la glucogenólisis y la síntesis de lactato, y reduce la absorción de glucosa circulante. Con el entrenamiento aeróbico los niños incrementan su consumo de oxígeno en valores relativos y su silueta cardíaca, y reducen la frecuencia cardíaca para igual esfuerzo sub máximo; pero su menor contenido de hemoglobina, su menor eficiencia cardíaca, menor estructura mecánica y menor porcentaje de masa muscular, hacen difícil que aunque estén entrenados tengan desempeños similares a los adultos.
Respuesta respiratoria
Cuantitativamente existen algunas diferencias entre niños y adultos. La ventilación pulmonar máxima en valores absolutos aumenta con la edad mientras que la ventilación pulmonar sub máxima disminuye, lo que sugiere una menor reserva ventilatoria en los más pequeños. El cociente respiratorio del niño representa una ventilación antieconómica porque debe mover más aire por litro de oxígeno consumido. Al comparar la respuesta del ejercicio de los niños con jóvenes y adultos, se observa una frecuencia respiratoria alta y una ventilación superficial. El niño más activo posee volúmenes pulmonares mayores debido a una coordinación neuromuscular que determina un mejor uso del diafragma.

¿Qué beneficios representan estas adaptaciones fisiológicas para la salud presente y futura del niño?
Mejora la fuerza y la resistencia corporal. Ayuda en la formación de músculos y huesos sanos.
Ayuda a controlar el peso. Mejora la tensión arterial y los niveles de colesterol. Reduce la sensibilidad a la insulina. Es divertida, ya que la realizan con amigos, desarrollan habilidades, se ponen en forma y se ven mejor. Reduce la ansiedad y el estrés, fortalece la auto estima y las relaciones sociales. La actividad durante la infancia también puede producir cambios que modifiquen la salud más tarde en la vida.

¿ Por qué algo tan bueno y natural se somete a revisión?
Los niños son por naturaleza el sector más activo de la población. A pesar de ello, muchos opinan que no obtienen toda la actividad que requieren. El nivel de actividad física en los niños es muy variable y se ve influenciado por factores fisiológicos, psicológicos, socioculturales y ambientales; está relacionado con su desarrollo, se reduce con la edad y también es afectado por la actividad física de los padres. Se dice que los niños que habitan y crecen en ambientes libres son naturalmente activos. Las condiciones de espacio, inseguridad y estilo de vida de los padres de los niños que crecen en zonas urbanas y suburbanas, limitan el estímulo necesario para desarrollarse naturalmente activos.
En décadas recientes se ha observado que los niños se han hecho menos activos físicamente. A medida que las atracciones y las oportunidades de actividades de disfrute sedentarias han aumentado, ellos están más ocupados y puede ser desafiante encontrar tiempo para la actividad física, acarreando una disminución en el gasto energético de 600 Kcal/día comparándolo con el de niños 50 años atrás.
La inactividad como el verdadero problema
La inactividad se ha convertido en un serio problema en la sociedad a nivel mundial. Prevalece más entre aquellos de menores ingresos y menor nivel educativo, especialmente en las zonas urbanas, se inicia temprano en la vida, se incrementa en la adolescencia, progresando negativamente en la edad adulta y afecta más al sexo femenino que al masculino.
Estudios en los Estados Unidos reflejan que dicha condición es más dramática en niñas que en niños; a los 13 años solo 6 al 7% de los adolescentes no reportan actividad física, pero a los 19 años este número es de 25 y 20% para los sexos femenino y masculino respectivamente. Lo anterior indica que la adolescencia es un factor de riesgo para la inactividad. Dado que el patrón de inactividad se inicia temprano en la vida, es imperativo promover la actividad física en niños y jóvenes, con el fin de que logren desarrollar adhesión a la actividad física y adoptar conductas de estilo de vida que mantengan cuando sean mayores.

La inactividad se relaciona con el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles: obesidad, hipertensión, cáncer, diabetes, cardiopatía. La niñez es un período crítico, es decir como bien señala J. Baur (1991) es un "período en el cual se adquieren muy rápidamente modelos específicos de comportamiento vinculados con el ambiente y en los cuales se evidencia una elevada sensibilidad del organismo hacia determinadas experiencias"; pero igualmente se puede considerar un período más sensible a errores y carencias.
No ofrecer la atención adecuada al aspecto motor durante la infancia tiene efectos duraderos en las demás áreas del desarrollo integral, por lo tanto se debe incentivar, organizar y dirigir de manera temprana y adecuada la actividad motriz del niño, con el fin de estimular el desarrollo multilateral de su personalidad.
Fuente:

Magda García (2004). Actividad Física. CANIA. Año 6. N°11, p.23-33

2 comentarios:

  1. La combinación de una buena educación alimentaria,práctica regular de acctividad física,te garantiza una mejor calidad de vida

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    1. Totalmente de acuerdo con Usted apreciado Prof. Carmelo. Mantendremos un artículo en este tema de forma regular en nuestro Blog. Cualquier aporte estamos a su orden.

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