El Día Mundial de la Alimentación (DMA) se celebra
cada año el 16 de octubre para promover acciones y la sensibilización a escala
mundial sobre aquellos que sufren hambre y la necesidad de garantizar la
seguridad alimentaria, y dietas nutritivas para todos. Se organizan eventos
hasta en 150 países de todo el mundo, lo que lo convierte en uno de los días
más celebrados del calendario de las Naciones Unidas.
Una combinación de dietas poco saludables y
estilos de vida sedentarios ha
disparado las tasas de obesidad, no solo en los países desarrollados, sino
también en los países de bajos ingresos, donde el hambre y la obesidad a menudo
coexisten. Ahora, más de 672 millones de adultos y 124
millones de niñas y niños (de
5 a 19 años) son obesos, y más de 40 millones de niños menores de cinco años
tienen sobrepeso, mientras que más de 800
millones de personas padecen
hambre.
Alcanzar el Hambre Cero en el año 2030 no es solo
alimentar a las personas hambrientas, sino también nutrir a la población,
mientras se cuida del planeta. Este año el DMA demanda acciones
en distintos sectores para
hacer que las dietas saludables y sostenibles sean asequibles
y accesibles para todos.
Al mismo tiempo reclama que todos empecemos a pensar en lo que comemos.
Llamamientos a la acción
Todos nosotros necesitamos reducir la sal, el
azúcar y las grasas trans, y saturadas, y hacer que la alimentación sana y el hambre-cero
sean parte de la vida diaria. Usted puede familiarizarse con las guías
alimentarias de su país, cambiar su forma de comer, aprender a entender las
etiquetas nutricionales, convertirse en un consumidor crítico, impulsar la
disponibilidad de alimentos más sanos en su trabajo o en su comunidad, realizar
actividad física y ser más consciente de su huella de carbono ocasionada por el
transporte de alimentos.
Los Gobiernos deben invertir en nutrición y promulgar las
políticas adecuadas para proporcionar una alimentación más sana y sostenible a
un precio asequible. Estas políticas deberían ayudar a los pequeños productores
y agricultores a diversificar la producción y contribuir a sistemas
alimentarios sostenibles, educar al público y a los profesionales de la
nutrición, y orientar las intervenciones tales como la alimentación y la
nutrición escolares, la asistencia alimentaria, la compra institucional de alimentos
y la normativa sobre comercialización, etiquetado y publicidad de los
alimentos.
Los pequeños agricultores deben influir en la
variedad de alimentos disponibles mediante la diversificación de la producción
y la adopción de métodos agrícolas sostenibles para preservar los recursos
naturales, al mismo tiempo que aumentan la productividad y los ingresos.
Las poblaciones rurales vulnerables deben
empoderarse uniendo y formando cooperativas locales para compartir conocimientos
y obtener acceso a la financiación, y las tecnologías modernas. Los
agricultores también pueden aumentar sus ingresos y reducir los precios para
los consumidores al encontrar maneras de mantener la calidad y la frescura, y
reducir las pérdidas posteriores a la cosecha.
Las empresas alimentaria privadas deben introducir
alimentos más nutritivos y cumplir con las leyes, y normas relacionadas con la
nutrición en lo que se refiere a la producción y venta de alimentos, la
reformulación de productos alimenticios, (etiquetado de los alimentos que
informe claramente a los consumidores sobre el contenido de grasa, azúcar o
sal) y comercialización y publicidad de alimentos, en particular cuando están
dirigidos a niños. También es fundamental que se compartan los avances
importantes en tecnologías innovadoras, sobre todo con los países de bajos
ingresos.
Los jóvenes también pueden convertirse en creadores
de cambio y defensores del hambre-cero. En el Libro de
actividades del DMA 2019, se explica
la importancia de una dieta saludable en un lenguaje que es divertido y
comprensible para los niños, y ofrece una serie de acciones para alentar a los
jóvenes a comprometerse. Puede consultarlo en la página web oficial de la FAO.
¿SABÍA
QUE…?
• Más de 150
millones de niños menores
de cinco años sufren
retraso
del crecimiento.
• Las dietas
poco saludables, combinadas con estilos de vida sedentarios, han superado al hábito de fumar
como el factor de
riesgo principal de
muerte y
discapacidad en
el mundo.
• La mayoría de la población
mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad matan a
más personas que
el hambre.
• Las
diferentes formas de malnutrición pueden coexistir dentro del mismo hogar e incluso dentro del mismo
individuo durante toda su vida y pueden transmitirse de una
generación a otra.
• Cada año se gastan alrededor
de USD dos
billones para
tratar los problemas de salud ocasionados por la obesidad.
• Miles de
millones de
personas carecen de los nutrientes que sus cuerpos necesitan
para llevar una vida sana y activa.
• El daño
ambiental ocasionado
por el sistema alimentario podría aumentar del 50 al 90 por ciento, debido al mayor consumo de
alimentos procesados, carne y otros productos de origen animal en países de
ingresos bajos y medianos.
• De unas 6 000 especies
de plantas cultivadas
para obtener alimentos a
lo largo de la historia de la humanidad, hoy solo ocho suministran más
del 50 por ciento de nuestras calorías diarias. Necesitamos consumir una amplia variedad de
alimentos nutritivos.
• El cambio
climático amenaza
con reducir tanto la calidad como la cantidad de los cultivos, disminuyendo las
cosechas. El aumento de las temperaturas también está exacerbando la escasez de
agua, cambiando la relación entre plagas, plantas y patógenos, y reduciendo el tamaño
del pescado.
Fuente:
FAO:
http://www.fao.org/3/ca5466es/ca5466es.pdf
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