El apetito de los niños en la edad preescolar es
muy variable, siendo frecuente que coman pocas cantidades y de forma irregular.
Una de las causas es que, a partir de los 2 años, los niños crecen más
despacio. Durante el primer año de vida el crecimiento es muy rápido. El peso
al nacer se duplica a los 5 meses, se triplica al año y se cuadriplica a los
dos años. Sin embargo, a partir de esta edad, la velocidad de crecimiento es
más lenta, con un aumento de unos 2 kilos por año hasta que llega la pubertad,
que es cuando se produce “el estirón”.
Por lo tanto, a partir de los 2 años las necesidades
de alimento son menores. Además, a esta edad ya tienen mucha autonomía y
estarán más interesados en el mundo que les rodea que en permanecer sentados en
la mesa para comer. Los niños desarrollan sus gustos, la apetencia por determinadas
comidas puede variar y pueden dejar de comer transitoriamente algunos alimentos
que tomaban.
Como no crecen de forma continua, y además la
velocidad a la que crecen es menor, hay temporadas que tienen más apetito y
otras en las que “no comen nada”. Respetar estas fases, en lugar de intentar
que coman cantidades que no desean, contribuye a prevenir el sobrepeso y la
obesidad.
La hora de la comida
Los padres pueden estar preocupados porque los
niños comen pocas cantidades. A veces, a la hora de
las comidas los padres se desesperan y se sienten impotentes, cuando sus hijos
no quieren sentarse en la mesa, o cuando al ponerles la comida dicen frases
como: “esto no me gusta”, “esto no lo quiero”, “yo quiero esto otro”… Pero no hay que
olvidar que la adquisición de buenos hábitos y el conseguir que consuman una
dieta equilibrada es cuestión de tiempo y mucha paciencia.
Los padres pueden utilizar diferentes estrategias
para que la hora de la comida sea un momento agradable y relajado:
·Al niño se
le puede explicar que el cuerpo, para crecer, necesita una alimentación
variada.
·Es muy útil
establecer una rutina diaria en cuanto a horarios y normas sencillas en la
mesa.
·Los niños
aprenden imitando lo que ven, así que será de ayuda que coman en compañía de
los padres o con otros niños.
·El apetito
de la mayoría de los niños es suficiente para suplir sus necesidades por lo que
no hay que tener, ni mucho menos demostrar, preocupación acerca de la cantidad
de comida que toman.
·La cantidad la debe
decidir siempre el niño, según su apetito y necesidades, y no los adultos. Por lo tanto, es
mejor poner poca cantidad en su plato y dejarle que pida más si lo desea. Esto
evitará peleas para que termine la comida o que se desperdicien los alimentos.
·Los gustos y
desagrados del niño por la comida deben ser respetados dentro de lo razonable: no hace falta “comer de todo” desde los 2 años,
sino que tome algún alimento de cada grupo (alguna fruta, verdura etc.). Poco a
poco se pueden ir añadiendo nuevos alimentos y animar al niño a probarlos.
·A los dos
años están muy interesados en hacer las cosas por sí mismos. Pueden comer ellos solos, aunque
se manchen, y poco a poco irán aprendiendo las normas en
la mesa.
·El menú se
puede adaptar de forma razonable a los gustos de los niños. Pero el menú lo
eligen los padres y es importante no cambiarlo ante el rechazo del niño a la
comida porque aprendería que, tras sus quejas, él decide lo que quiere comer.
·El que coma
cuando está distraído, ya viendo la televisión o entreteniéndole, conlleva que
el niño no desarrolle un control sobre lo que come y puede ingerir más de lo
que necesita. Además no contribuye a crear buenos hábitos sino únicamente a que
“se coma” todo lo que le ponemos.
Actitudes a evitar
·No se debe utilizar
ninguna treta para que el niño coma (fuerza,
amenazas, castigos o sobornos).
·No dejarlo
que deambule por la casa mientras come, persiguiéndole con la cuchara o
entreteniéndole con la televisión.
·Si no
quiere comer, se le debe dejar sin alimento hasta la siguiente comida. De forma
tranquila. No hay que decirle que es malo, ni castigarle, pues simplemente no
ha comido y ya lo hará en otra ocasión.
·No insistir
en que tome un alimento en particular, es mejor animarle a que pruebe, o
ponerlo en la mesa para que él mismo lo coja.
·Un niño
puede decir “esto no me gusta”, “esto no lo quiero” y está afirmando su
personalidad. Los padres pueden decir, de manera tranquila, que es la comida
que hay, que si no quiere comerlo lo puede dejar y que no habrá otra cosa para
comer hasta la siguiente comida.
·Cuidado con
los alimentos lácteos ya que puede no querer ningún alimento más que leche o
derivados. Con medio litro de leche o derivados al día es suficiente y si toma
mucha cantidad dejará de probar otros alimentos.
· Hay niños
que comen con mucha lentitud. Al niño no hay que
meterle prisas para comer. El adulto establece qué tiempo
se le va a dar al niño para comer y explicárselo. Cuando finalice, se ha de
retirar la mesa de forma tranquila y decirle que puede ir a jugar.
En resumen, los
padres son los encargados de que los alimentos sean variados y nutritivos, pero la cantidad
siempre la deciden los niños. Esta actitud ayudará a prevenir la obesidad,
además de conseguir que toda la familia disfrute con las comidas.
Fuente:
Mª Paz
González Rodríguez (2017). Mi niño no
come: La alimentación de los niños pequeños. Artículo publicado el
6-9-2011,
revisado por última vez el 5-12-2017. https://enfamilia.aeped.es/edades-etapas/mi-nino-no-come
saludos cordiales
ResponderBorrarEl tema de que lo niños no quieran comer no es porque así lo desean simplemente el gusto por comidas nuevas no le apetece en vez de preocuparnos si quiere o no comer.
deberíamos es preocuparnos por hacer agradable la hora de las comidas y explicarle con amor que para su crecimiento sea bueno te recomiendo que comas frutas, verdura y vegetales es necesario. como también llevarlo al supermercado para que escojan alimentos nutritivos con la superposiciones de los padres y evitar las apetencias por dulces que no tienen el valor nutritivo para nuestro niños. como también explicarle que no vamos aceptar malcriadeces para obtener lo que desea comer, también debemos entender que su crecimiento y apetito es lento que a la edad de 2 años en adelante es de imitar al adultos y recordando que los hijos es el reflejo de los padres. si queremos conseguir que se alimenten debemos esforzarnos por dedicarle tiempo y amor y observar que coman. eso ayudara que traigan posibles consecuencias en el futuro por ello padres debemos establecer tiempo un horario fijo para nuestros niños coman y variar le las comidas sea apetecibles y un buen escenario harán la diferencia.
castillo Inlene marilin
Es de suma importancia este tema, muy controversial tambien. No solo los niños sino adolescentes y personas adultas debemos de tener una hora y una delicadez al comer, tomarnos nuestro tiempo equilibrado. Yoharlys Espejo.
ResponderBorrarLa alimentación de los hijos es una de las principales preocupaciones de los padres. Muchos padres y madres de todo el mundo se encuentran angustiados al darse cuenta de que su hijo no come nada o no lo suficiente, pero ¿cómo saber si lo que comen no es suficiente?, ¿realmente no comen absolutamente nada? En la mayoría de los casos, el niño come, aunque sea poco pero come a pesar de que los padres consideren que eso no es suficiente. Por ello, es necesario saber que es común que los niños y la comida no se lleven siempre bien y que al igual que nos ocurre a los adultos, ellos también atraviesan temporadas en las que comen mejor que otras. Para poder dar respuesta a la interrogante que se hacen muchos padres “mi hijo no come nada: ¿que puedo hacer?”, es necesario tomar en cuenta algunas cuestiones relacionadas con el crecimiento y la alimentación de los niños. Partiendo de ahí, se pueden llevar a cabo una serie de pautas a seguir para lograr que los niños coman mejor. Yuvelis Sosa.
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