Una línea de
investigación en el estudio de la obesidad ha profundizado en la conexión entre
el apetito, el autocontrol y el cerebro. Cassandra Lowe, becaria postdoctoral
de BrainsCAN en la Western University de Ontario, Canadá, lideró al equipo de
científicos que examinaron el vínculo entre la obesidad y el área del cerebro
que típicamente asocian con el autocontrol: la
corteza prefrontal.
Lowe y sus
colegas se preguntaron si había variaciones individuales en la estructura y
funcionalidad de la corteza prefrontal que podrían "predisponer" a
alguien a consumir demasiados "alimentos ricos en calorías". Por otro
lado, cuestionaron si la obesidad conduce a cambios en la estructura y
funcionalidad de esta área del cerebro.
Como Lowe y
sus colegas explican en su investigación, los estudios neurocientíficos
existentes se han centrado hasta ahora en los mecanismos de procesamiento de
recompensas y en las áreas del cerebro. Es decir, el "cuerpo estriado,
cerebro medio, amígdala y corteza orbitofrontal", así como el estriado
dorsal liberador de dopamina ha sido el foco de mucha investigación.
Sin embargo,
los autores de la última revisión explican que la corteza prefrontal puede ser
igual de crucial. Esta área es importante para la función ejecutiva, la toma de
decisiones complejas y la planificación de acciones futuras; El área también
actúa como un "filtro" que ayuda a una persona a expresar la
respuesta adecuada a una situación social.
Estos
investigadores afirman que existe una
gran cantidad de investigaciones que sugieren que las personas que tienen menos
actividad de la corteza prefrontal, al tomar una decisión, también pueden ser
propensas a desear alimentos más ricos en calorías. Estas personas también
pueden ser más vulnerables a las señales de los alimentos, como los anuncios de
alimentos. Tales comportamientos dicen que los investigadores, a su vez, pueden
conducir a cambios en el cerebro que luego conducen a un consumo excesivo de
alimentos en una relación que se refuerza mutuamente entre la obesidad y la
corteza prefrontal.
"Se ha
demostrado que el ejercicio aumenta la actividad en nuestra corteza
prefrontal", sugiere Lowe, "que a su vez nos permite ignorar mejor
los antojos de alimentos, yendo mucho más allá de su función tradicional como
un simple medio para deshacerse del exceso de calorías". Además, "Al
concentrarnos en la salud y las consecuencias a largo plazo de los alimentos
que ingerimos en lugar de solo saborear, podemos tomar mejores decisiones
alimenticias".
La coautora
del estudio Amy Reichelt, explica el papel de la corteza prefrontal en los
hábitos alimenticios de los adolescentes. "Crear buenos hábitos
alimenticios durante nuestra infancia formativa y en la adolescencia podría
conducir a una alimentación saludable de por vida y garantizar que la corteza
prefrontal funcione correctamente".
Fuente:
Medical
News Today. Publicado el 28 de febrero de 2019
Para más
información: https://www.medicalnewstoday.com/articles/324560.php
Saludos cordiales!!! Wao, quien diria la gran importancia que tienen los alimentos para que funcione absolutamente todo en nuestro sistema. ¡Gracias por la información! valoro sus aportes. Yoharlys Espejo.
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