Son más de 600 millones de personas en todo el mundo las que
en la actualidad cuentan con más de 60 años. Una alimentación precaria en
algunas ocasiones, y la vulnerabilidad del organismo agudiza este proceso, que
se puede retrasar simplemente con una dieta adecuada. La vitamina E, gracias a
sus propiedades antioxidantes, es una importante arma a la hora de combatir el
deterioro cognitivo de este grupo de personas, según explica un estudio
publicado en The Journal of Nutrition y avalado por la Sociedad Americana de
Nutrición.
La llegada de la vejez significa una producción mayor de
radicales libres, causantes en parte del deterioro de los distintos órganos,
por lo que la ingesta de la vitamina E se hace imprescindible para “limpiar”
las células de estas moléculas con un potencial oxidativo y tóxico elevado.
En dolencias relacionadas con el envejecimiento, como
cataratas, se ha demostrado que aquellos que no toman una cantidad adecuada de
esta vitamina tienen un 12% más de posibilidades de padecerla que aquellos que
tienen una dieta equilibrada y rica en nutrientes.
Según Ana Requejo Marcos, catedrática de Nutrición de la
Universidad Complutense, de Madrid, consumiendo al menos 12 miligramos diarios
de esta sustancia a través de una dieta equilibrada, se puede relentizar el
deterioro cognitivo ligado a la población de edad avanzada además de procesos
oxidativos en el sistema nervioso o músculo-esquelético.
Aceites vegetales, pescado, frutas y verduras son los grupos
de alimentos donde la vitamina E se puede encontrar principalmente, pero
también son los menos consumido, no superando en algunas ocasiones la mitad de
la cantidad recomendada. “Si a través de la dieta no se llega a los niveles
adecuados de nutrientes en el organismo, no sólo de esta vitamina, se debería
recurrir a la suplementación, entre otras cosas porque en la edad anciana la
absorción de sustancias en el organismo se hace más complicada”, señala el Dr.
Requejo.
Entre un 20% y un 30% de estas personas requieren de alguna
ayuda para realizar las actividades básicas diarias. La mayoría de estas
dependencias son moderadas o severas, lo que implica que surja con fuerza la
figura del cuidador. “Es importante que ese grupo de población no coma sola, de
esta manera se está evitando su desnutrición y la consiguiente falta
vitamínica, que predispone a trastornos como infecciones o fracturas, explica
el doctor José Manuel Ribera Casado, jefe del servicio de geriatría del
Hospital San Carlos de Madrid.
Mientras que el nivel calórico ideal de un hombre de 35 años
ronda las 3.000 kilocalorías (kcal), cuando éste llega a los 75 años, la
ingesta adecuada se reduce hasta las 2.100 kcal, con la consiguiente reducción
de nutrientes, que en esta edad debería ser superior, o al menos igual que en
una persona joven.
Aunque cuando se habla de vejez se relaciona con la tercera
edad, esta degeneración comienza a efectuarse a partir de los 30 años y de
manera progresiva en todos los órganos del cuerpo. El sistema nervioso central
también sufre este proceso, aumentando la vulnerabilidad de la persona según va
cumpliendo años, produciéndose pérdidas de memoria, de aprendizaje o de
capacidad de adaptarse al medio “El riesgo de demencia también se acentúa con
la edad. Mientras que a los 65 años sólo uno por ciento la padece, a los 95
años, la probabilidad se incrementa hasta casi el 35 por ciento.
Fuente:
Muy importante,mantener una dieta equilibrada consumiendo muchas frutas y verduras que contengan vitamina E,para el mejoramiento de la salud fisica y poder ayudar a otras personas que lo necesiten.att karen
ResponderBorrar