Los niños que realizan
ejercicio aeróbico presentan cambios estructurales de la materia blanca de su
cerebro, que permiten una mayor capacidad y velocidad de comunicación y
conexión entre las distintas regiones de este órgano, lo cual mejora
significativamente el desarrollo de las funciones cognitivas.
Así lo señala un estudio realizado por un equipo de investigadores de la
Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, EE.UU., y publicado en la revista Frontiers of Neuroscience, el 19 de agosto de
2014.
Los hallazgos de estudios previos han demostrado que los niños con buenas
aptitudes aeróbicas presentan un mayor volumen y desarrollo de la materia gris
del cerebro, la cual se relaciona con los procesos de aprendizaje, razonamiento
y memoria. El estudio que nos ocupa es el primero en su género en explorar el
efecto de la actividad aeróbica en la materia blanca del cerebro de los niños.
Materia gris y materia
blanca
Las neuronas son las
células básicas del sistema nervioso. Presentan un cuerpo celular o soma del
cual se originan unas prolongaciones cortas llamadas dendritas, y una
prolongación única y larga denominada axón que conduce el impulso nervioso
desde el soma hacia otra neurona, con la que se conecta a través de una unión
funcional conocida como sinapsis.
A través de estas
conexiones se forman redes complejas de circuitos neuronales en el sistema
nervioso central, ya que cada neurona es capaz de comunicarse con muchas otras
células nerviosas similares.
La corteza cerebral, que
corresponde a la estructura más compleja del sistema nervioso, está constituida
por materia gris (sustancia gris), la cual está integrada principalmente por
los somas o cuerpos de las neuronas y las dendritas y está relacionada con los
procesos de aprendizaje, razonamiento y memoria.
La materia blanca
(sustancia blanca) esta compuesta por axones que están cubiertos por la
mielina, una sustancia rica en grasas, que le proporciona a la materia blanca su
color y, por otra parte, actúa como un aislante, al igual que la cobertura de
los cables eléctricos.
El calibre de los axones
y el grosor de la mielina que los recubre juegan un papel importante en la
velocidad de la trasmisión de las señales nerviosas.
Por lo tanto, la
integridad y las características de la estructura de la materia blanca son
importantes para la trasmisión eficiente y veloz de los impulsos nerviosos
entre las distintas áreas de la materia gris, así como para la integración de
diferentes regiones del cerebro.
La materia gris carece
de mielina y, por lo tanto, no es capaz de trasmitir rápidamente los impulsos
nerviosos como lo hace la materia blanca.
Se ha investigado muy
poco sobre la plasticidad de las fibras nerviosas de la sustancia blanca o su
susceptibilidad a la intervención durante el desarrollo, a través de factores
externos como, por ejemplo, el ejercicio aeróbico.
En vista de que se
desconocía el efecto del entrenamiento aeróbico, durante la infancia, en la
estructura de los trayectos de la sustancia blanca, los autores del estudio que
nos ocupa decidieron investigar esa relación.
La tecnología demuestra
la importancia de un cerebro bien conectado
Para lograr su objetivo
los investigadores reclutaron 24 preadolescentes entre 9 y 10 años, de los
cuales 12 presentaban muy buenas aptitudes aeróbicas, mientras que los otros
participantes tenían una capacidad aeróbica muy baja.
Los autores
seleccionaron niños que provenían de un estatus social y económico similares,
un coeficiente intelectual parecido y descartaron los candidatos que
presentaban problemas importantes de aprendizaje como el trastorno de
hiperactividad con déficit de atención (THDA), así como aquellos que
presentaban incapacidades físicas, trastornos neurológicos o consumían
medicamentos que influían en las funciones del sistema nervioso central.
Los investigadores
realizaron estudios de imágenes por resonancia magnética de difusión (diffusion MRI). Este método analiza la difusión del
agua en los tejidos. En el caso de la materia blanca, una menor difusión del
agua significa que el tejido es más fibroso y compacto, ambos rasgos deseables
y positivos, ya que garantizan conexiones más eficientes y veloces.
El ejercicio mejora la
comunicación entre regiones distantes del cerebro
Los autores analizaron
la estructura de varios trayectos de sustancia blanca que comunican regiones
distantes como el que conecta la corteza cerebral con tallo cerebral, el lóbulo
parietal con el temporal o el que va del hemisferio izquierdo al derecho. Todos
estos trayectos de materia blanca juegan un papel importante en las funciones
de atención y memoria.
Los niños que reportaron
un elevado desempeño aeróbico presentaron en el estudio de imágenes una mejor
estructura de los trayectos de la materia blanca (más compacta y fibrosa), en
comparación con aquellos de baja aptitud aeróbica.
Los investigadores no
realizaron pruebas de función cognitiva, sin embargo, en un estudio previo habían demostrado una asociación entre la
mejora de la aptitud aeróbica y las ganancias de la función cognitiva en tareas
específicas y en el ámbito académico.
Estos hallazgos son
sumamente importantes, ya que actualmente los niños y adolescentes son cada vez
más sedentarios y el ejercicio aeróbico que realizan, con frecuencia, es
insuficiente y de baja intensidad.
Igualmente, se ha
observado una tendencia, por parte de algunos educadores y padres, a reducir o
eliminar las actividades físicas programadas durante la jornada escolar, para
favorecer el tiempo destinado a los temas académicos. Sin embargo, se ha
demostrado que esta medida es contraproducente.
De hecho, se ha
encontrado que un trayecto de materia blanca conocido como corona radiata, que conecta la corteza cerebral
con el tallo cerebral (ubicado entre la parte posterior del cerebro y la médula
espinal) se relaciona con el rendimiento de las matemáticas en el aula.
Por lo tanto, la
eliminación o reducción de las oportunidades para practicar ejercicio físico
aeróbico durante la jornada escolar, de acuerdo con los hallazgos del presente
estudio, podría tener efectos perjudiciales en la estructura de los trayectos
de materia blanca, y, por ende, desmejorar potencialmente el rendimiento
escolar.
Conclusiones
Los niños que
practicaron ejercicio aeróbico vigoroso regularmente presentaron una buena
estructura e integridad de la materia blanca, lo cual facilita una mayor
velocidad de trasmisión de las señales nerviosas entre las distintas regiones
de la materia gris. Estos niños se destacaron en el desempeño de diferentes
funciones cognitivas y en el rendimiento académico, en comparación con sus
pares menos entrenados para el ejercicio aeróbico.
Igualmente, es
importante recordar que otros factores como la obesidad, dormir pocas horas y
otras afecciones que se observan cada vez con más frecuencia entre los niños y
adolescentes como la hipertensión y la diabetes tipo 2 podrían afectar el
desempeño cognitivo y el rendimiento académico.
Estudios previos han demostrado que los hábitos de vida
saludables que incluyen el ejercicio físico regular, una dieta saludable y dormir entre 8
y 9 horas al día mejoran significativamente el rendimiento escolar y las
funciones cognitivas en niños y adolescentes.
Los hallazgos de este
estudio refuerzan la importancia del ejercicio durante el desarrollo y son una
razón más para que los padres y maestros estimulen la actividad física
programada dentro y fuera del entorno escolar.
Fuente:
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian
Mirador
Salud. 02
septiembre, 2014
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