jueves, 26 de noviembre de 2015

La inactividad física y su relación con la obesidad infantil

La obesidad infantil causa una amplia gama de serias complicaciones y aumenta el riesgo prematuro de enfermedades y muerte mas tarde en la vida. Durante las últimas dos décadas la prevalencia de obesidad en niños se ha incrementado considerablemente. Debido a su rápida evolución, la epidemia de obesidad infantil en poblaciones genéticamente estables, puede atribuirse primordialmente a factores ambientales adversos.
Se supone que la actividad física protege a los individuos de la obesidad al aumentar el gasto energético así como la rata metabólica en reposo y favorece una mejor utilización del combustible. A los 5 años la obesidad se relaciona con la disminución de la participación en deportes y el aumento del tiempo destinado a ver televisión, pero no con una disminución en el nivel del patrón de actividad física; a los 10 años la obesidad está asociada con una disminución en la participación en deportes, aumento del tiempo dedicado a ver televisión y una disminución en el nivel del patrón de actividad física, sugiriendo que la disminución en el nivel del patrón de actividad física es más bien una consecuencia de la obesidad.
Los niños dedican una gran porción de su vida a ver la televisión; los investigadores han relacionado este hecho con la obesidad infantil desde tres puntos de vista: desplazamiento de la actividad física, aumento de la ingesta calórica mientras se mira la televisión ó causada por los efectos de la publicidad y una reducción de la tasa metabólica en reposo.
La prevención de la obesidad infantil a través una promoción de la actividad física fundamentada en la base teórica apropiada para cada cultura, a partir del colegio, la familia y la comunidad, es probable que sea exitosa; así como la incorporación de los niños en programas controlados de ejercicios en los colegios ha reportado ser una beneficiosa estrategia en la prevención de la obesidad infantil.

Recomendaciones actuales de actividad física para niños
La importancia de un estilo de vida activo en reducir la morbi-mortalidad se ha documentado extensamente. Con el fin de estimular la adopción de estilos de vida saludables, diversas instituciones como el American College of Sports Medicine (ACSM) y Centers for Disease Control and Prevention (CDC), han elaborado unas guías acerca de la cantidad de actividad física que tanto niños como adultos requieren para obtener efectos saludables.
En mayo de 1996 la Conferencia Internacional en Nutrición y Salud que se reúne cada cuatro años, elaboró su Declaración en función al concepto de salud positiva enunciada por Hipócrates, basado en la interacción de la genética y la actividad física. En su punto número 2, establece que cada niño y adulto necesita el suficiente alimento y la actividad física para expresar su potencial genético de crecimiento, desarrollo y salud. A partir de 2007 las Guías de Alimentación para Venezuela (El Trompo de los Grupos de Alimentos, INN, 2007) enfatiza la importancia de la actividad física.
Para los niños se recomienda 60 minutos de actividad moderada a vigorosa al menos 5 días a la semana, complementada con actividades regulares que promuevan fuerza, flexibilidad y huesos fuertes, al menos cinco días a la semana. En la infancia se pueden recomendar diversas intensidades de actividad física. Existe un consenso general en relación a que el incremento mínimo en el gasto cardíaco para producir efectos aeróbicos saludables es de 50%. Sin embargo, es posible que a menores niveles de intensidad se puedan obtener beneficios de salud significativos.
Considerando que probablemente sea la actividad física por si misma más que el desempeño aeróbico, el factor asociado con los beneficios en la salud; puede ser más importante, el volumen de actividad física a cualquier intensidad y el establecimiento de metas reales, que el fijar valores arbitrarios que determinen una intensidad beneficiosa de actividad física. A medida que la intensidad de la actividad disminuye, aumenta el tiempo requerido para consumir la misma cantidad de energía. La recomendación sería de actividades más intensas y vigorosas que reducen el tiempo destinado para la actividad.
Reforzar los patrones naturales de actividad física puede ser más efectivo que promover los programas estructurados que requieren que los niños se involucren en ejercicios de larga duración y alta intensidad.
Consideraciones que se deben tomar en cuenta al momento de elaborar recomendaciones de actividad física para los niños:
Un aspecto importante a considerar al hacer las recomendaciones es que los niños son más activos de manera intermitente que de manera continua. Insistir en la necesidad de disminuir el tiempo que se dedica a actividades y juegos sedentarios durante el día. Buscar opciones para la sustitución de actividades sedentarias por otras moderadas o vigorosas. Ahondar en los estilos de vida de los niños. Averiguar si los niños que cumplen con las recomendaciones son realmente más saludables que aquellos que no lo hacen. Conocer si existe algún tipo de actividad transitoria para los niños sedentarios que les permita ser más activos. Elaborar guías que se basen en la cantidad de actividad necesaria para producir los cambios psicológicos y culturales deseados.
La actividad física tiene categorías según el objetivo que se persigue, y así se tiene:
Educación física: que es la ciencia de la educación que educa al hombre a través del movimiento, desde y en lo psicomotor, hacia lo cognitivo - socioafectivo en función del diseño de hombre al cual tiende y al cual va construyendo
Ejercicio físico: que se define como una sub categoría de la actividad física, planeada, estructurada y que resulta en la mejoría o mantenimiento de una o más facetas de la aptitud física: fuerza y resistencia abdominal, brazos y hombros, piernas; flexibilidad; agilidad y velocidad; composición corporal y/o cardiorespiratoria o aptitud aeróbica.
Deporte formal: actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.
Deporte recreativo: es aquel practicado por placer y diversión, sin ninguna intención de competir o superar a un adversario, únicamente por disfrute o goce.
Deporte competitivo: es decir aquel practicado con la intención de vencer a un adversario o de superarse uno mismo.
Deporte educativo: es aquel cuya pretensión fundamental es colaborar con el desarrollo armónico del individuo y potenciar sus valores.
Deporte salud: es aquel cuyo objetivo fundamental es colaborar con el desarrollo de una mejor calidad de vida, a través de la promoción de la salud.
Deporte informal: recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.
¿Cómo se relacionan estos términos con los niños?
Antes de tomar la decisión de cuál de estas categorías sería la más adecuada para un niño, se debe considerar EL JUEGO como la primera opción. Jugar es natural, humano, recreativo, educativo y hasta competitivo, además carece de edad y de horario. El juego propicia la libertad y la espontaneidad, no tiene reglas prefijadas, permite la posibilidad de creación, exploración y expresión, brinda al que juega la oportunidad de ver como las cosas y las relaciones humanas no tienen que ser así como son. El juego inicia la construcción de habilidades motoras básicas que le permitirán al niño y al adolescente construir habilidades motoras más complejas como las necesarias para el deporte formal.
Intensidad de los juegos
Juegos sedentarios: Mínimo movimiento corporal sentado o recostado: cartas, legos, carros miniaturas, muñecas, rompecabezas, manualidades, juegos electrónicos.
Juegos de actividad moderada: De pie con mediano nivel de esfuerzo: paletas de playa, hula hula, lanzar y recibir pelotas.
Juegos de actividad vigorosa: De pie con alto nivel de esfuerzo: saltar la cuerda, football, basketball, patinar, bicicleta
El cuidador y las recomendaciones
Muchos de los padres limitan la actividad física de sus hijos al observar el medio ambiente que los rodea: el tamaño de las viviendas, la inseguridad en las calles, el poco tiempo que tienen para compartir con sus hijos, ya sea por actividades de trabajo fuera del hogar o las actividades propias del hogar, el cansancio físico que disminuye el deseo de incorporarse a otras actividades, el hábito de ver televisión. Y las limitadas condiciones económicas del grupo familiar que no permiten la participación del niño en deportes formales.
Estas razones constituyen un factor causal del aumento de la inactividad; no solo en los niños sino en sus padres. En estos casos es importante recordar los conceptos de ejercicio físico y deporte informal. Existen ejercicios físicos que pueden realizarse en el hogar y que no ameritan de mucho espacio, solo de constancia y dedicación: abdominales, flexiones tipo plancha o lagartija, saltos amplios o verticales, estiramientos que mejoran la flexibilidad, trote en el sitio y hasta saltar la cuerda y bailar.
El niño se verá más estimulado si estos se practican junto con los otros miembros del grupo familiar y de jugar pueden pasar a competir. Aquellos días libres ofrézcale la oportunidad de estar al aire libre y observe la creatividad que se desata en los niños. Exija que el colegio donde estudia el niño cuente con una adecuada cátedra de educación física.
El colegio y las recomendaciones
El colegio tradicionalmente ha sido responsable de impartir la educación física. Pero mientras en otras esferas crece la preocupación por el aumento de la inactividad y su relación con la salud y la calidad de vida, muchas de las instituciones educativas dedican poco espacio físico y tiempo para este tema. Queda a los especialistas en la materia y a los representantes de los niños, exigir reformas que apoyen la salud futura de la población, contando con profesionales mejor preparados que reclaman el entrenamiento apropiado de niños y adolescentes.
Muchos padres se preguntan cuándo deben iniciar sus hijos la práctica deportiva y que tan exigentes deben ser en cuanto a su desempeño y el tiempo que le dedican. Con este nombre se conoce el tiempo en que el niño comienza a aprender en forma específica la práctica de uno o varios deportes. El momento ideal para la iniciación deportiva tiene varias tendencias: Muchos especialistas piensan que una preparación deportiva debe fundamentarse en una educación física general, expresando que el deporte carece de significado para los niños antes de los 9 años, no están de acuerdo con los esfuerzos o especialización deportiva prematura y la polivalencia en la preparación deportiva.
De lo anterior, lo importante es que el niño cuente con el suficiente tiempo para realizar todas las actividades de su edad incluyendo el descanso, se sienta contento con su desempeño y mantenga un crecimiento y desarrollo adecuados.

Fuente:

Magda García (2004). Actividad Física. CANIA. Año 6. N°11, p.23-33

No hay comentarios.:

Publicar un comentario