La obesidad infantil causa una amplia gama de serias
complicaciones y aumenta el riesgo prematuro de enfermedades y muerte mas tarde
en la vida. Durante las últimas dos décadas la prevalencia de obesidad en niños
se ha incrementado considerablemente. Debido a su rápida evolución, la epidemia
de obesidad infantil en poblaciones genéticamente estables, puede atribuirse
primordialmente a factores ambientales adversos.
Se supone que la actividad física protege a los
individuos de la obesidad al aumentar el gasto energético así como la rata
metabólica en reposo y favorece una mejor utilización del combustible. A los 5
años la obesidad se relaciona con la disminución de la participación en
deportes y el aumento del tiempo destinado a ver televisión, pero no con una
disminución en el nivel del patrón de actividad física; a los 10 años la
obesidad está asociada con una disminución en la participación en deportes,
aumento del tiempo dedicado a ver televisión y una disminución en el nivel del
patrón de actividad física, sugiriendo que la
disminución en el nivel del patrón de
actividad física es más bien una consecuencia de la obesidad.
Los niños dedican una gran porción de su vida a ver la
televisión; los investigadores han relacionado este hecho con la obesidad
infantil desde tres puntos de vista: desplazamiento de la actividad física,
aumento de la ingesta calórica mientras se mira la televisión ó causada por los
efectos de la publicidad y una reducción de la tasa metabólica en reposo.
La prevención de la obesidad infantil a través una
promoción de la actividad física fundamentada en la base teórica apropiada para
cada cultura, a partir del colegio, la familia y la comunidad, es probable que
sea exitosa; así como la incorporación de los niños en programas controlados de
ejercicios en los colegios ha reportado ser una beneficiosa estrategia en la
prevención de la obesidad infantil.
Recomendaciones
actuales de actividad física para niños
La importancia de un estilo de vida activo en reducir
la morbi-mortalidad se ha documentado extensamente. Con el fin de estimular la
adopción de estilos de vida saludables, diversas instituciones como el American
College of Sports Medicine (ACSM) y Centers for Disease Control
and Prevention (CDC), han elaborado unas guías
acerca de la cantidad de actividad física que tanto niños como adultos
requieren para obtener efectos saludables.
En mayo de 1996 la Conferencia Internacional en
Nutrición y Salud que se reúne cada cuatro años, elaboró su Declaración en
función al concepto de salud positiva enunciada por Hipócrates, basado en la
interacción de la genética y la actividad física. En su punto número 2,
establece que cada niño y adulto necesita el suficiente alimento y la actividad
física para expresar su potencial genético de crecimiento, desarrollo y salud. A
partir de 2007 las Guías de Alimentación para Venezuela (El Trompo de los Grupos de
Alimentos, INN, 2007) enfatiza la importancia de la actividad física.
Para los niños se recomienda 60 minutos de actividad
moderada a vigorosa al menos 5 días a la semana, complementada con actividades
regulares que promuevan fuerza, flexibilidad y huesos fuertes, al menos cinco
días a la semana. En la infancia se pueden recomendar diversas intensidades de
actividad física. Existe un consenso general en relación a que el incremento
mínimo en el gasto cardíaco para producir efectos aeróbicos saludables es de
50%. Sin embargo, es posible que a menores niveles de intensidad se puedan
obtener beneficios de salud significativos.
Considerando que probablemente sea la actividad física
por si misma más que el desempeño aeróbico, el factor asociado con los
beneficios en la salud; puede ser más importante, el volumen de actividad
física a cualquier intensidad y el establecimiento de metas reales, que el
fijar valores arbitrarios que determinen una intensidad beneficiosa de
actividad física. A medida que la intensidad de la actividad disminuye, aumenta
el tiempo requerido para consumir la misma cantidad de energía. La
recomendación sería de actividades más intensas y vigorosas que reducen el
tiempo destinado para la actividad.
Reforzar los patrones naturales de actividad física
puede ser más efectivo que promover los programas estructurados que requieren
que los niños se involucren en ejercicios de larga duración y alta intensidad.
Consideraciones
que se deben tomar en cuenta al momento de elaborar recomendaciones de actividad
física para los niños:
Un aspecto importante a considerar al hacer las
recomendaciones es que los niños son más activos de manera intermitente que de
manera continua. Insistir en la necesidad de disminuir el tiempo que se dedica
a actividades y juegos sedentarios durante el día. Buscar opciones para la
sustitución de actividades sedentarias por otras moderadas o vigorosas. Ahondar
en los estilos de vida de los niños. Averiguar si los niños que cumplen con las
recomendaciones son realmente más saludables que aquellos que no lo hacen.
Conocer si existe algún tipo de actividad transitoria para los niños
sedentarios que les permita ser más activos. Elaborar guías que se basen en la
cantidad de actividad necesaria para producir los cambios psicológicos y
culturales deseados.
La actividad física tiene categorías según el objetivo
que se persigue, y así se tiene:
Educación física: que
es la ciencia de la educación que educa al hombre a través del movimiento,
desde y en lo psicomotor, hacia lo cognitivo - socioafectivo en función del
diseño de hombre al cual tiende y al cual va construyendo
Ejercicio físico: que se define como una sub
categoría de la actividad física, planeada, estructurada y que resulta en la
mejoría o mantenimiento de una o más facetas de la aptitud física: fuerza y
resistencia abdominal, brazos y hombros, piernas; flexibilidad; agilidad y
velocidad; composición corporal y/o cardiorespiratoria o aptitud aeróbica.
Deporte formal: actividad física, ejercida como
juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.
Deporte recreativo: es
aquel practicado por placer y diversión, sin ninguna intención de competir o
superar a un adversario, únicamente por disfrute o goce.
Deporte competitivo: es decir aquel practicado con la
intención de vencer a un adversario o de superarse uno mismo.
Deporte educativo: es aquel cuya pretensión
fundamental es colaborar con el desarrollo armónico del individuo y potenciar
sus valores.
Deporte salud: es
aquel cuyo objetivo fundamental es colaborar con el desarrollo de una mejor
calidad de vida, a través de la promoción de la salud.
Deporte informal: recreación, pasatiempo, placer,
diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.
¿Cómo se
relacionan estos términos con los niños?
Antes de tomar la decisión de cuál de estas categorías
sería la más adecuada para un niño, se debe considerar EL JUEGO como la primera opción. Jugar es
natural, humano, recreativo, educativo y hasta competitivo, además carece de
edad y de horario. El juego propicia la libertad y la espontaneidad, no tiene
reglas prefijadas, permite la posibilidad de creación, exploración y expresión,
brinda al que juega la oportunidad de ver como las cosas y las relaciones
humanas no tienen que ser así como son. El juego inicia la construcción de
habilidades motoras básicas que le permitirán al niño y al adolescente
construir habilidades motoras más complejas como las necesarias para el deporte
formal.
Intensidad
de los juegos
Juegos sedentarios: Mínimo movimiento corporal
sentado o recostado: cartas, legos, carros miniaturas, muñecas, rompecabezas,
manualidades, juegos electrónicos.
Juegos
de actividad moderada: De
pie con mediano nivel de esfuerzo: paletas de playa, hula hula, lanzar y
recibir pelotas.
Juegos
de actividad vigorosa: De
pie con alto nivel de esfuerzo: saltar la cuerda, football, basketball,
patinar, bicicleta
El
cuidador y las recomendaciones
Muchos de los padres limitan la actividad física de
sus hijos al observar el medio ambiente que los rodea: el tamaño de las
viviendas, la inseguridad en las calles, el poco tiempo que tienen para
compartir con sus hijos, ya sea por actividades de trabajo fuera del hogar o
las actividades propias del hogar, el cansancio físico que disminuye el deseo
de incorporarse a otras actividades, el hábito de ver televisión. Y las
limitadas condiciones económicas del grupo familiar que no permiten la
participación del niño en deportes formales.
Estas razones constituyen un factor causal del aumento
de la inactividad; no solo en los niños sino en sus padres. En estos casos es
importante recordar los conceptos de ejercicio físico y deporte informal.
Existen ejercicios físicos que pueden realizarse en el hogar y que no ameritan
de mucho espacio, solo de constancia y dedicación: abdominales, flexiones tipo
plancha o lagartija, saltos amplios o verticales, estiramientos que mejoran la
flexibilidad, trote en el sitio y hasta saltar la cuerda y bailar.
El niño se verá más estimulado si estos se practican
junto con los otros miembros del grupo familiar y de jugar pueden pasar a
competir. Aquellos días libres ofrézcale la oportunidad de estar al aire libre
y observe la creatividad que se desata en los niños. Exija que el colegio donde
estudia el niño cuente con una adecuada cátedra de educación física.
El
colegio y las recomendaciones
El colegio tradicionalmente ha sido responsable de
impartir la educación física. Pero mientras en otras esferas crece la
preocupación por el aumento de la inactividad y su relación con la salud y la
calidad de vida, muchas de las instituciones educativas dedican poco espacio
físico y tiempo para este tema. Queda a los especialistas en la materia y a los
representantes de los niños, exigir reformas que apoyen la salud futura de la
población, contando con profesionales mejor preparados que reclaman el
entrenamiento apropiado de niños y adolescentes.
Muchos padres se preguntan cuándo deben iniciar sus
hijos la práctica deportiva y que tan exigentes deben ser en cuanto a su desempeño
y el tiempo que le dedican. Con este nombre se conoce el tiempo en que el niño
comienza a aprender en forma específica la práctica de uno o varios deportes.
El momento ideal para la iniciación deportiva tiene varias tendencias: Muchos
especialistas piensan que una preparación deportiva debe fundamentarse en una
educación física general, expresando que el deporte carece de significado para
los niños antes de los 9 años, no están de acuerdo con los esfuerzos o
especialización deportiva prematura y la polivalencia en la preparación
deportiva.
De lo anterior, lo importante es que el niño cuente
con el suficiente tiempo para realizar todas las actividades de su edad
incluyendo el descanso, se sienta contento con su desempeño y mantenga un
crecimiento y desarrollo adecuados.
Fuente:
Magda García (2004). Actividad Física. CANIA. Año 6. N°11, p.23-33
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