El Sindrome Metabólico (SM) se está convirtiendo en uno de los
principales problemas de salud pública del siglo XXI. Su diagnóstico implica
aumentar en cinco veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y en dos a tres
veces el de enfermedad cardiovascular. El SM comprende alteraciones
antropométricas, clínicas y metabólicas, que predisponen el desarrollo de
enfermedades cardiometabólicas en etapas posteriores de la vida.
Entre los principales factores de riesgo en los niños y adolescentes se
mencionan: Edad de inicio y persistencia de la obesidad, peso bajo y alto al
nacer, sedentarismo y el consumo de comidas y jugos industrializados. Entre los
antecedentes familiares, cabe destacar la diabetes tipos 1 y 2, cuando uno de
los padres es obeso la probabilidad de que el niño también lo sea es de 50% y
alcanza 70% cuando ambos padres son obesos; así como también la enfermedad
cardiovascular a edades tempranas en familiares de primer grado. Diversos
estudios han reportado que el SM tiene su origen en la infancia, por ello la
identificación temprana de los factores de riesgo cardiometabólico en sus
etapas incipientes, justifica la intervención precoz para prevenir su
progresión y la aparición de complicaciones.
Existe la hipótesis de que tanto factores ambientales como genéticos
participan en la variabilidad a la susceptibilidad de las complicaciones
metabólicas mediadas por la obesidad. Los avances en el conocimiento de las
variaciones en el genoma humano, han llevado a la identificación de genes que
contribuyen a la susceptibilidad de la obesidad y las comorbilidades asociadas.
Se considera que el SM es el resultado de la interacción de factores genéticos
y ambientales, mediados por mecanismos epigenéticos.
Estudios recientes sugieren que la dieta materna y la alimentación
neonatal desempeñan un papel fundamental en la aparición a largo plazo de los diferentes
componentes del SM, mediados por mecanismos epigenéticos; la malnutrición
materna tanto por déficit como por exceso podrían regular la expresión de genes
involucrados en la regulación del metabolismo de lipídico y de los
carbohidratos. La nutrición en el periodo postnatal temprano es vital para la
salud del adulto por su impacto sobre el desarrollo y función de la microbiota
intestinal.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York conducido por
el investigador venezolano Antonio Convit, evaluaron a 111 adolescentes obesos
no diabéticos con edades entre 14 y 20 años, aquellos con criterios de sindrome
metabólico mostraron menores habilidades aritméticas, del deletreo, atención y
flexibilidad mental y mayores probabilidades de un desempeño inadecuado en las
evaluaciones cognitivas que sus pares saludables. Tenían menores volúmenes del
hipocampo, el cual podría estar afectado en estadios pre diabéticos, y dar lugar
a complicaciones cerebrales a corto plazo.
Los investigadores concluyeron que aunque la obesidad puede no ser
suficiente para “poner en acción” a los padres y a veces a los mismos médicos,
los resultados de este estudio apelan a realizar intervenciones tempranas y
proponen que la función cerebral sea introducida entre los parámetros a ser
evaluados cuando se considere un tratamiento precoz de la obesidad infantil
El retardo en el crecimiento fetal junto con un crecimiento postnatal
acelerado actúan en forma sinérgica, más evidente en los niños pre-término y a término
nacidos pequeños para la edad gestacional (PEG). La velocidad de peso durante
los dos primeros años de vida y un crecimiento acelerado desempeñan un papel
importante en la etiología de la adiposidad central, ligada a respuestas
metabólicas causantes de resistencia a la insulina y cambios metabólicos en la glicemia
y en el perfil lipídico.
De modo tal que estos mecanismos en conjunto, explican el mayor riesgo
de enfermedad cardiovascular y SM en los pretérmino (PEG) que posteriormente
presentan sobrepeso y tienen menor capacidad para adaptarse a condiciones
metabólicas adversas.
La ingestión alimentaria materna de los ácidos grasos ώ-3 y ώ-6 en la
gestación y durante el periodo de lactancia determinan las cantidades y los
tipos de ácidos grasos ώ-3 y ώ-6 transferidos a través de la placenta,
secretados en la leche materna y acumulados en los tejidos de los niños en fase
de desarrollo.
De acuerdo a los resultados de estudios recientes de Novak et al, se ha
planteado que un suministro bajo de ácidos grasos ώ -3 y un suministro elevado
de ácidos grasos ώ -6 durante el desarrollo inicial, se asocia a características
posteriores del SM, como dislipidemias, resistencia a la insulina e hiperfagia.
Debe prestarse atención adicional a la posibilidad de que los ácidos grasos ώ
-3 y ώ -6 en el comienzo de la vida produzcan efectos que se extienden, mas
allá de sus funciones en el desarrollo neural y visual, a funciones complejas
en el metabolismo energético, con implicaciones para la propensión al SM.
En niños y adolescentes obesos se ha descrito un adelanto fisiológico de
indicadores de maduración sexual y ósea. En niñas, se ha reportado que el
aumento de grasa corporal afecta la regulación hormonal durante la pubertad,
con un aumento de la actividad de la aromatasa y una mayor conversión de
andrógenos en estrógenos, lo cual puede promover un desarrollo mamario
temprano. En los niños y adolescentes obesos se ha reportado una edad ósea
adelantada hasta los 14 años, sin embargo, usualmente se encuentra normal a
partir de esta edad.
No existe tratamiento global para el SM, es necesario tratar cada uno de
los componentes que estén presentes y especialmente, realizar la prevención de
los que aun no se hayan desarrollado. Múltiples estudios han demostrado que el
ejercicio físico por sí solo, puede modificar favorablemente el perfil lipídico
en niños y adolescentes, ya que la etapa de la niñez es la mejor época para
intervenir y evitar la hiperlipidemia, recomendando modos de vida saludables
para que se mantengan a largo plazo.
Fuente:
Coromoto
Macías de Tomei. Sindrome metabólico en niños y adolescentes: ¿Qué hay de
nuevo? Anales Venezolanos de Nutrición. Volumen 27, No.1, Año 2014. Disponible:
http://anales.fundacionbengoa.org/2014/1/?i=art14.
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