jueves, 20 de febrero de 2020

Nutrientes críticos en los primeros 1000 días de vida


Los 1000 primeros días de vida son días de oportunidades para el niño, donde tenemos en cuenta desde el momento de la gestación hasta los 2 años. En este periodo de tiempo se encuentran afectados el crecimiento y desarrollo del niño.
Por ello es importante establecer estrategias de prevención para promover el crecimiento apropiado, que aseguren el completo potencial de desarrollo físico y neurocognitivo y disminuyan el riesgo de desarrollo de enfermedad metabólica.
Todos los órganos son particularmente susceptibles durante este período a factores externos, como el entorno fisiológico materno en el útero, la leche materna y la incorporación de alimentos.
El aumento acelerado, en el presente siglo, de las enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, la diabetes y la obesidad, no sólo resultan de inadecuados estilos de vida en escolares y adultos, sino también un reflejo de la influencia de factores que operan en el ambiente intrauterino y las primeras etapas de la vida, que de alguna manera “programan” la respuesta fisiológica y el comportamiento humano ante los retos del mundo moderno a lo largo de la vida.
Hay algunos estudios que demuestran que los adultos que sufrieron bajo peso o desnutrición en los primeros mil días, tienen menos estatura, como así también otras mediciones antropométricas. En muchos estudios se ha hallado que el hecho de haber sufrido desnutrición, en las primeras etapas de la vida, se asocia con menor capital humano.
Es por lo anteriormente dicho que es tan importante la nutrición durante la gestación, teniendo en cuenta la necesidad de cada nutriente en la etapa adecuada de crecimiento intrauteruino.
Existen distintas deficiencias de micronutrientes que tienen un impacto en el desarrollo neurológico: la deficiencia de folato en el período periconcepcional puede causar defectos de nacimiento graves conocidos como defectos del tubo neural, con retraso mental y alta mortalidad.
Alrededor del 35% de las personas de todo el mundo están en riesgo de deficiencia de yodo. La deficiencia grave de yodo durante el embarazo puede causar bocio, abortos involuntarios, aumento del riesgo de mortalidad infantil y anomalías congénitas como el cretinismo, afectando la función y el desarrollo cognitivo, por lo que es la principal causa de daño cerebral prevenible en el mundo.
La deficiencia de hierro es la carencia nutricional más común en el mundo. El rápido crecimiento del feto neonatal humano tiene una elevada exigencia de hierro y es más vulnerable que el crecimiento del cerebro en la infancia tardía. Los datos últimos, y no muy recientes de Argentina, muestran un alto porcentaje de mujeres embarazadas con anemia. Situación que se repite en varios países de Latinoamérica.
Muchos estudios en seres humanos han encontrado que la deficiencia de hierro tiene un efecto perjudicial sobre el aprendizaje, la memoria y el comportamiento afectivo y social. La OMS recomienda que los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna los primeros 6 meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos. De acuerdo a la OMS, en el mundo, los niños/as de seis meses alimentados exclusivamente con leche materna no llegan al 40%.
Hay beneficios de la lactancia sobre el capital humano ya que algunos estudios la asocian de manera consistente con un mayor rendimiento en las pruebas de inteligencia en niños y adolescentes. Se sabe que la Lactancia materna y el líquido amniótico comparten patrones de sabor con los alimentos ingeridos por la madre, lo que sugiere que la leche humana podría ser un “puente” entre las experiencias con los sabores in utero y los alimentos sólidos.
Estudios realizados durante el embarazo (líquido amniótico) y lactancia (LH) mostraron que la exposición temprana a estos alimentos determinarían su preferencia a futuro. La variedad de sabores habla de mayor variabilidad en la dieta y su contenido nutritivo, lo que lleva a lograr una alimentación más balanceada. La alimentación complementaria oportuna tendrá sus consecuencias si se inicia prematuramente o tardíamente.
Fuente:
María Cecilia Llaver Mucarcel (2019). Nutrición en los primeros 1000 días de vida.

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