miércoles, 27 de enero de 2021

¿Existe relación entre lo trastornos alimentarios y el autoconcepto físico en los niños?

 

La imagen corporal es una de las preocupaciones más extendidas en la actualidad. Esta lucha por alcanzar un canon de belleza impuesto por la cultura de la delgadez, conlleva a realizar conductas de riesgo que desembocan en una serie de trastornos y enfermedades relacionadas con la alimentación.


Es por ello que los trastornos de conducta alimentaria (TCA) se han convertido en los últimos años en un serio problema de salud pública que afecta en mayor medida a la población joven de los países desarrollados, provocando numerosos efectos negativos a nivel orgánico y psicológico.


Una vez más, la escuela es uno de los principales conductos para poder hacer frente a este problema, ya que pretende garantizar la formación integral del alumnado. Concretamente, el área de Educación Física posee un valor educativo muy importante, puesto que se trata de un espacio idílico y dinámico que otorga al niño situaciones y contextos variados que le permiten adquirir competencias relacionadas con la salud, influyendo así en la adquisición de la personalidad.


Los autores refieren que los desórdenes alimentarios están presentes en la sociedad desde hace siglos pero su aparición ha aumentado en los últimos años debido a los cambios en los conceptos de salud y de ideal estético. Además históricamente la delgadez era sinónimo de debilidad pero actualmente, atrae a seguidores de diferentes clases sociales, etnias y géneros. El ideal de belleza muestra a mujeres delgadas y a hombres vigorosos esta apreciación llevada a los medios de comunicación y a la moda, representa en la sociedad un concepto de belleza artificial y perjudicial.


En la actualidad, el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 2014) clasifica los trastornos alimentarios en: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastornos de atracones y otros trastornos no específicos. Cabe destacar que la obesidad no se incluye como un trastorno mental, puesto que es un exceso de consumo calórico frente a un bajo gasto energético.


A partir de los años 70, surgen diversos modelos del autoconcepto, clasificándose en físico, personal, social y académico. El autoconcepto físico guarda una estrecha relación con los trastornos de conducta alimentaria, por su alto carácter físico que influye considerablemente en la satisfacción corporal del individuo.


La baja autoestima y autoconcepto es un factor que puede desembocar en desarrollar TCA en la infancia, puesto que se trata de una etapa en la que el infante comienza a desarrollar su identidad, siendo más vulnerables debido a los numerosos cambios psíquicos, sociales y físicos a los que se somete. Por el contrario si se posee un autoconcepto elevado, permite tener una identidad definida y reducir considerablemente el riesgo de padecer TCA. Por ello, si se refuerza el autoconcepto, se puede obtener un buen ajuste psicosocial y evitar posible problemas psicológicos y pedagógicos.


Tal y como afirman los autores existen estudios que vinculan los TCA a factores psicológicos como ansiedad, trastornos de personalidad, trastorno obsesivo-compulsivo, perfeccionismo y baja autoestima, entre otros, los cuales actúan a lo largo del tiempo como elementos predisponentes y precipitantes. Esta sobrevaloración de la figura, el peso y su control es la pieza clave en el mantenimiento del problema como un núcleo psicopatológico.


El autoconcepto físico se conoce como una representación mental sobre la realidad corporal que tiene una persona. Este presenta cuatro subdominios: competencia deportiva, condición física, atractivo físico y fuerza. El autoconcepto físico se consolida en el autoconcepto global y en el fortalecimiento de la autoestima, factor que conforma el carácter, la personalidad y la conducta humana.


Los autores afirman que uno de los constructos que asume un papel decisivo en la prevención de los TCA es el autoconcepto, ya que se trata de la base para un buen funcionamiento personal y social. De ahí que ese logro socioafectivo se debe consolidar en la etapa de Educación Primaria. Otros investigadores apoyan esta idea afirmando que el self comienza a emerger hacia los 9-10 años y finaliza con la adolescencia. Aquí el ámbito educativo junto con el familiar y la atención primaria, es uno de los principales medios para establecer estrategias de prevención de TCA.


La actividad física guarda una relación directa y bidireccional con el autoconcepto, convirtiéndose de este modo la educación física en un pilar fundamental para reforzar y trabajar este constructo. Así mismo la satisfacción con la vida y el autoconcepto son dos elementos clave para lograr el bienestar psicológico, aspecto de especial interés en las sociedades industrializadas.


Una de las finalidades principales del área de la Educación Física (EF), es promover un estado de salud y bienestar físico, social y mental, así como respeto hacia el propio cuerpo, ya que actualmente la sociedad vive sumergida en una revalorización de lo físico, siendo imprescindible que se refuerce el autoconcepto en edades tempranas para que cada alumno/a adquiera hábitos saludables que posibiliten sentirse satisfechos con su propia identidad corporal.


Los hallazgos en las investigaciones en niños y niñas de educación primaria apuntan a que existe una relación significativa entre el subdominios de condición física y los trastornos de conducta alimentaria, interpretándose como una tendencia a padecer estos trastornos si el nivel de condición física es desfavorable.

Por otro lado, se ha demostrado que a medida que la actividad física y el autoconcepto aumentan, los niveles de TCA disminuyen, hacho que permiten identificar factores de riesgo por quienes no practican deporte.

 

Fuente:

Natalia Duran López y Raúl Castro López (2020). Relación entre el autoconcepto físico y los trastornos de conducta alimentaria en el alumnado de Educación Primaria. Trances. Revista de Transmisión del Conocimiento Educativo y de la Salud. Nº 12(3): 203-228. Disponible en:  https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7508415

miércoles, 20 de enero de 2021

Importancia de los Prebióticos en nuestra dieta

 

Como parte de un estilo de vida saludable es importante que mantengamos una buena alianza con nuestra alimentación, esto nos ayudará a optimizar la capacidad de respuesta de nuestro sistema inmune ante cualquier amenaza externa como bacterias, parásitos o virus.


Al hablar de defensas y de alimentación nos referimos, en esta oportunidad, a la ingesta de prebióticos: ingredientes no digeribles de los alimentos, que son fermentados selectivamente en el intestino grueso, y producen cambios en la composición y actividad de la microbiota intestinal, que es un conjunto de microorganismos que existen naturalmente dentro del intestino grueso, y que confieren efectos beneficiosos para la salud.


Actualmente se conoce que los prebióticos más allá de sus características nutricionales sirven en la estimulación, directa o indirecta, del sistema inmune a través del aumento de la población de microorganismos intestinales benéficos, llamados probióticos o del aumento en la producción de sustancias que previenen la inflamación, como las citoquinas, cuyo mecanismo de inducción está relacionado con la interacción de los ácidos grasos de cadena corta (acetato, butirato, propionato) originados a partir de la digestión de los prebióticos por parte de la microbiota y la mucosa intestinal, favoreciendo la inhibición significativa de la producción de citoquinas proinflamatorias como interferón gamma (IFN–γ) e interleucina 2 (IL-2) y el aumento en la producción de citoquinas antiinflamatorias como IL-10.


Estas interacciones conducen a una serie de eventos en cadena que causan la producción de citoquinas para mediar una apropiada respuesta inmune.

Durante la primera infancia la colonización intestinal por bacterias beneficiosas es fundamental para establecer la barrera de la mucosa intestinal, promover la maduración del sistema inmunitario y la prevención de infecciones.


El tipo de parto, la prematuridad, el uso de antibióticos y la práctica eficaz de la lactancia materna son algunos de los muchos factores que influyen en la colonización temprana. De hecho, los beneficios para la salud de la lactancia materna se explican, en parte, por la presencia de abundantes sustancias con efecto prebiótico e inmunomodulador que ayudan a dar forma a la microbiota en desarrollo y al sistema inmune innato en el intestino del lactante, alcanzando efectos antiadhesivos, modulación de la respuesta de las células de la mucosa intestinal, protección contra diarreas y mejor desarrollo cerebral del niño.

¿Dónde encontramos estas sustancias que ayudan a protegernos?


Los prebióticos más conocidos son la inulina, los fructo-oligosacáridos (FOS) y los galacto-oligosacáridos (GOS) y están presentes en:

  • Leche materna, en la cual se han descrito más de 150 tipos de oligosacáridos. La cantidad y combinación de los oligosacáridos es única para cada madre.

  • Cereales (como parte de la fibra dietética soluble): avena, cebada, pan y arroz integral, plátano, tubérculos tales como papa, yuca y batata, leguminosas como caraotas blancas y lentejas.
  • Frutas: mango, cambures, naranjas, piña, durazno, guayaba.
  • Vegetales crudos como espinacas, brócoli, zanahoria, pepino con concha, lechuga, coliflor y ajo, así como algunas especias de uso culinario como canela, orégano, jengibre, pimienta.

Para un buen aporte de prebióticos es importante que estas fuentes sean combinadas y estén presentes en cada comida principal y en al menos dos meriendas por día de manera sostenida.

Fuente:

Samuel González (2017). Los Prebióticos que son donde encontrarlos. CANIA. Disponible en: https://cania.org.ve/articulo/prebi%C3%B3ticos%2C-d%C3%B3nde-encontrarlos

miércoles, 13 de enero de 2021

Cocina de aprovechamiento. Una alternativa en estos tiempos.

 

La cocina de aprovechamiento es una técnica culinaria basada en sacar el máximo beneficio a los alimentos, reutilizando el excedente para preparar nuevos platos y utilizando aquellas partes que normalmente se desecharían, como las cáscaras o semillas. También se hace cocina de aprovechamiento cuando la preparación se ajusta al número de comensales, y así no se desperdician alimentos.


Parte importante de la cocina de aprovechamiento es garantizar la calidad e inocuidad de las preparaciones excedentes, por eso debes:

  • Guardarlas en envases limpios y herméticos, evitando que se mezclen con alimentos crudos
  • Evitar dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente por más de dos horas para que así no se descompongan.
  • Consumir la comida refrigerada antes de 3 días. Es importante observar las características de la preparación y sobretodo el olor, ya que si este es desagradable debes desecharla.

  • Al momento de comerla debes recalentarla de manera correcta, es decir, durante el tiempo suficiente para que todas las partes del alimento se calienten de manera uniforme a altas temperaturas. Una vez transcurrido este proceso, tapa la preparación para mantener la humedad y recuerda no consumirla luego de 4 horas.

  • En el caso de las preparaciones o alimentos congelados, los cuales pueden durar hasta 2 meses en el congelador, debes pasar al refrigerador y esperar el deshielo para luego ser recalentados –si se requiere- o consumidos inmediatamente. Se recomienda no volver a congelar para evitar la proliferación de microrganismos y la modificación de su composición nutricional.

Algunas ideas para practicar la cocina de aprovechamiento:


  • El arroz del día anterior lo puedes usar para realizar una tortilla, croquetas o arroz con vegetales (arroz a la jardinera).
  • Si lo que sobró fue una pieza de pollo, puedes conservarla en nevera, luego la desmenuzas y aliñas, y la usas para el relleno de empanaditas o arepas.

  • Si la sopa de verduras con hortalizas te rindió, no más allá del segundo día de refrigerada, puedes licuarla y servirla como crema bien caliente.
  • Las lentejas refrigeradas hace dos días, puedes prepararlas tipo hamburguesas agregando arroz, avena o vegetales.
  • Con las cáscaras de las parchitas que habitualmente de desechan, puedes preparar cascos de parchita.

Si aprendes a no desperdiciar los alimentos, mejorará tu presupuesto familiar, contribuirás con la disponibilidad de alimentos para el resto de la población y estarás evitando el cambio climático en el planeta.

Fuente:

María E. Montilla (2020) Cocina de Aprovechamiento. CANIA. https://cania.org.ve/articulo/cocina-de-aprovechamiento

miércoles, 6 de enero de 2021

La dieta “Portafolio” y los beneficios de una dieta rica en alimentos de origen vegetal

 

Ensayos clínicos y estudios observacionales han encontrado pruebas de que una dieta basada en plantas puede mejorar la salud del corazón. En 2011 se publicó un estudio realizado con 351 participantes con hiperlipidemia (137 hombres y 214 mujeres post-menopaúsicas) siguiendo un riguroso diseño experimental. Este estudio fue contundente y marcó un hito mundial por la importancia de sus resultados en términos de salud cardiovascular asociada a un patrón de alimentación.

En ese estudio se presentó un “portafolio” de cuatro alimentos que demostraron reducir el colesterol y el riesgo de enfermedades cardíacas y se recomendaba incluirlos en el régimen alimentario regular. En el estudio se demostró que una dieta vegetariana que incluía un “portafolio” de alimentos reductores del colesterol resultó mucho más efectiva para reducir las lipoproteínas de baja densidad (el colesterol “malo”), que una dieta vegetariana con bajo contenido de grasas saturadas.

La investigación trajo de vuelta a la mente de los pacientes la importancia de la dieta y el estilo de vida como el principal medio para reducir los lípidos séricos y el riesgo de enfermedad coronaria, que la introducción de estatinas a finales de la década de 1980 puso de alguna manera de lado, ante la “comodidad” de la medicación.


Sin embargo, los cardiólogos y la comunidad médica y científica han propuesto paradigmas dietéticos alternativos y han realizado esfuerzos para mejorar la capacidad y eficiencia de la terapia dietética convencional para reducir el colesterol sérico, y lo han hecho mediante la inclusión de alimentos o componentes alimenticios específicos con propiedades conocidas para reducir el colesterol. El consumo de estos componentes dietéticos ha demostrado reducir el colesterol sérico de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C) a un nivel similar de lo que hacen las estatinas.


Cada uno de estos alimentos tiene una declaración de propiedades saludables aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), para reducir el colesterol o reducir el riesgo cardiovascular.

¿Cuáles son estos alimentos?

1. Nueces

2. Proteína vegetal obtenida de: Alimentos a base de soya como tofu, leche de soya u otros sustitutos de la carne a base de soya Legumbres como frijoles, guisantes, garbanzos o lentejas

3. Fibra soluble viscosa, como avena, cebada, psyllium, berenjena, okra, manzanas, naranjas o bayas

4. Margarina mejorada con esteroles vegetales, o compuestos “similares al colesterol” que se pueden encontrar en frutas, verduras, nueces y cereales.


 

Sí, no se sorprenda, margarina con adición de esteroles. También pueden ser otros alimentos procesados enriquecidos con esteroles: leche, yogurt, y cereales de desayuno. La industria de alimentos utiliza estos productos como vehículo de esteroles para coadyuvar la salud cardiovascular, aunque las personas estén medicadas, lo cual deben igualmente consultar con su cardiólogo.


Los esteroles vegetales (fitosteroles, fitostanoles y sus ésteres de ácidos grasos) son sustancias parecidas al colesterol que se producen naturalmente en niveles bajos en frutas, verduras (hortalizas), nueces y cereales.

Cuando se consumen en la cantidad recomendada, entre 2 y 3 gramos por día, los esteroles vegetales pueden reducir los niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL) (colesterol malo) en nuestra sangre. Lo hacen al ser sustancias similares al colesterol y se absorben en lugar de colesterol LDL. Sin embargo, comer más de tres gramos por día no reduce aún más el colesterol LDL.


Los autores insisten en que los patrones de ingesta dietética en Canadá, Estados Unidos y Europa no cumplen los objetivos de los componentes alimentarios del patrón dietético Portafolio: ≥45 g / día de nueces, ≥50 g / día de proteína de origen vegetal, ≥20 g / día de fibra viscosa y 2g / día de esteroles vegetales.


Estos investigadores concluyen que “la evidencia actual demuestra que el patrón dietético Portafolio conduce a mejoras clínicamente significativas en colesterol LDL así como a otros factores de riesgo cardiometabólico establecidos y al riesgo estimado de 10 años de enfermedad coronaria”

Fuente:

Marisol Tapia (2018). La dieta portafolio. Publicado por: Mirador Salud. Fecha: junio 12, 2018. En: Nutrición, Salud y Vida. https://miradorsalud.com