miércoles, 28 de julio de 2021

Declaración por la nutrición y la cultura alimentaria en el siglo XXI

Somos conscientes de que no estamos globalmente en el mejor momento en varios ámbitos de la nutrición; que no hemos sido capaces todavía de vencer el problema del hambre y la desnutrición y que, al mismo tiempo, nos enfrentamos al problema de la obesidad, más frecuente entre los más desfavorecidos en términos de educación y equidad social.


La alimentación y los estilos de vida se han convertido en la causa fundamental de factores de riesgo, enfermedades y de patologías -obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes- que tienen como consecuencia no solo un empeoramiento en la salud de los ciudadanos y su calidad de vida, sino que también generan unos elevados costes económicos en la atención sanitaria.


Por otro lado, comer es también un placer y la resultante de una riquísima herencia sociocultural y patrimonial como son los hábitos alimentarios, entendidos no solo como la frecuencia de consumo de alimentos, sino también como la forma en la que estos alimentos se producen, elaboran, transportan y consumen y, por ello, Gastronomía y Nutrición pueden y deben entenderse e imbricarse ahora más que nunca.


La presente Declaración, por tanto, reconoce y pone en valor lo que la cultura mediterránea –dieta mediterránea- ha aportado al mundo, desde Grecia hasta nuestros días, un modelo de libertad en lo político, en lo social, en lo artístico, en lo cultural, en la alimentación, y en los singulares estilos de vida. Constituye un verdadero legado patrimonial, que tenemos la obligación de preservar y promover a muy diferentes niveles.


En definitiva, se trata de recuperar las esencias y las tradiciones de la Dieta Mediterránea, trasladándolas a un esquema contemporáneo con la ayuda de las nuevas tecnologías. Igualmente, se debe promocionar la preparación y realización de las comidas en familia, para mejorar los hábitos alimentarios y contribuir a desarrollar los hábitos culinarios, y a que las comidas sean un momento placentero, de encuentro y de salud. Es decir, que se estudien y protejan en todo lo posible los aspectos sociales de nuestro modelo alimentario por excelencia. Invoca, además, la necesidad de establecer medidas a muy diferentes niveles que supongan cumplir con la afirmación de que “comer bien y de forma saludable y sostenible no significa necesariamente comer caro”.


Se solicita que se favorezca y reconozca, a través de diferentes acciones, la producción alimentaria sostenible, variada, de calidad y en cantidad suficiente. Se requiere un fortalecimiento de los esfuerzos para evitar el desperdicio de alimentos a nivel industrial, en el ámbito de la restauración colectiva, de ocio, y en los hogares, utilizando estrategias combinadas de campañas comunicacionales y legislación específica.


Al mismo tiempo, considera el etiquetado como parte esencial en la promoción de una información nutricional clara, completa y veraz que permita realizar al consumidor una elección responsable y adecuada de alimentos y bebidas, con el objetivo final de garantizar una alimentación diaria correcta, debiendo estar armonizado para todos los países miembros de la Unión Europea.


La monitorización del patrón de adherencia revela, sin embargo y de manera preocupante, que las poblaciones mediterráneas se han alejado progresivamente de este sistema alimentario, sobre todo entre los más jóvenes, que debieran ser el objetivo preferencial en las campañas y acciones de concienciación, educación y capacitación. La causa de esta erosión progresiva de nuestro modelo alimentario viene en gran medida determinado por crecimiento del modelo alimentario occidental, con una clara tendencia globalizadora.


Entiende que la educación alimentaria-nutricional consiste en formar a los ciudadanos en lo concerniente a la relación entre alimentos, sostenibilidad alimentaria y salud. Por ello, destaca que debe contar con la participación de las familias, la comunidad docente, los canales de información y todos los profesionales involucrados en la educación y la salud.


En este sentido, se insta a las Administraciones, con diferentes responsabilidades, a incorporar al sistema educativo de manera definitiva los conocimientos y las habilidades relacionadas con la alimentación, nutrición, la gastronomía y la educación del gusto, y siempre en sintonía con la evidencia científica del modelo de Dieta Mediterránea en todas sus manifestaciones. Además, y a pesar de su importante función educativa, en la mayor parte de los casos, el comedor escolar no se contempla en el proyecto educativo del centro, situación que debería revertirse con carácter de urgencia.


Una educación adecuada en materia de alimentación y nutrición evitaría el confusionismo existente en todo lo relacionado con esta materia, acentuado, a veces, por las discrepancias que puedan existir entre algunos expertos y, en la mayoría de los casos, por la forma incompleta y contradictoria en que los conocimientos y avances científicos llegan a las personas, a menudo a través de las redes sociales.


Plantea igualmente la necesidad de generar mensajes y recomendaciones responsables por parte de los profesionales de la salud, sin ánimo de crear mundos alternativos o de imposible cumplimiento por parte de la población, a quien se genera desconfianza en el sistema y en otras prescripciones de salud.


Reconoce que determinados hábitos y conductas sociales influyen de manera negativa en una correcta alimentación y calidad de vida. Entre otros, podemos destacar: la obsesión por adelgazar (que conlleva graves trastornos alimentarios y mentales), el hábito tabáquico, el sedentarismo y la ingestión excesiva de alcohol, entre otros, y de manera especial entre los más jóvenes.


Considera que la alimentación en el entorno laboral no ha sido suficientemente tratada, a pesar de su reconocida y creciente importancia. Pide, por ello, mayor sensibilización al sector empresarial sobre la oportunidad de intervenir fomentando una alimentación saludable junto a otros estilos de vida entre sus trabajadores, e igualmente una adecuación de la legislación relacionada con los comedores en centros de trabajo a la realidad actual, como por ejemplo con el creciente número de trabajadores por turnos o con requerimientos especiales por motivos de salud.


Debe hacerse un reconocimiento del papel destacado y de la responsabilidad que tiene la industria y la distribución alimentaria, así como la alimentación institucional y de ocio en la evolución de la situación alimentaria y nutricional de la población. En este sentido, pide que se incrementen aún más las acciones para la mejora de la composición cualitativa y el procesado de los alimentos, de manera especial en relación con el contenido energético, de grasas saturadas y trans, azúcares, y sal, fundamentalmente en los denominados alimentos ultra procesados.


Señala que la práctica deportiva y la actividad física deben ser reforzadas en todas las etapas educativas, incluida la universitaria; pero fundamentalmente solicita el compromiso de llevar acciones a muy diferentes niveles, que faciliten llevar a cabo una vida activa y social, característica del entorno mediterráneo.

Solicita la aplicación de políticas públicas urbanas que aborden la seguridad alimentaria y nutricional, así como la salud ambiental, y unos entornos más facilitadores para su puesta en marcha y sostenibilidad.


Considera imprescindible fomentar e invertir en investigación en nutrición, tanto básica como aplicada, como garantía de contar con evidencia científica suficiente que permita establecer una política alimentaria y nutricional adecuada para los ciudadanos. Ruega, en definitiva, aumentar la importancia de la nutrición y la cultura alimentaria en las estrategias, las políticas, los planes de acción y los programas nacionales para garantizar una alimentación saludable, satisfactoria y sostenible, durante todo el ciclo vital, y con especial atención a los grupos más vulnerables de población, como los niños, las personas mayores o personas con necesidades especiales.


La presente Declaración de Madrid NUTRIMAD 2018 debe considerarse como un compromiso firme de la sociedad en su conjunto, para conseguir una mayor calidad de vida, una sociedad más feliz y un envejecimiento positivo, activo y saludable, en la generación presente, pero de manera muy especial, en las generaciones venideras.

Fuente:

En Madrid a 27 de octubre de 2018, con motivo del IV World Congress of Public Health Nutrition y el XII Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Rev Esp Nutr Comunitaria 2018; 24(4). Disponible: https://www.renc.es/imagenes/noticias/NUTRICION%20COMUNITARIA%204-2018%20(ALTA).pdf

miércoles, 21 de julio de 2021

La contaminación atmosférica, el tabaco y el entorno influyen en la obesidad infantil

La Universidad del Sur de California, ha liderado el primer gran estudio que ha relacionado una multitud de contaminantes y factores ambientales con el riesgo de obesidad infantil. 


Los resultados del estudio, que publica el 24 de junio de 2020, la revista "Environmental Health Perspectives", demuestran el papel destacado de la polución, el tabaco y vivir, por ejemplo, en áreas densamente pobladas, en el desarrollo de este problema de salud infantil.

Hasta ahora varios estudios habían abordado el efecto de los contaminantes ambientales, el estilo de vida y las características del entorno urbano en la obesidad infantil, pero siempre se había estudiado cada exposición individual por separado. 


Ahora, los investigadores han aplicado el concepto de exposoma, que implica un cambio de perspectiva en la investigación, y, en lugar de analizar por separado las consecuencias que cada exposición podría tener en la salud, estudian el conjunto de las diferentes exposiciones a las que una persona está sujeta desde la concepción hasta la muerte.


Esta investigación, que forma parte del Proyecto HELIX, partió de los datos de más de 1.300 niños y niñas de 6 a 11 años de cohortes de nacimiento de España, Francia, Grecia, Lituania, Noruega y Reino Unido. Por un lado, recogieron datos relacionadas con el sobrepeso y la obesidad de los niños: índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura, grosor de los pliegues cutáneos y niveles de grasa corporal, y también les hicieron análisis de sangre y de orina, tanto a los menores como a sus madres durante el embarazo.


Los investigadores estimaron la exposición a contaminantes del aire, las características del entorno construido, el acceso a espacios verdes, el tabaquismo y contaminantes químicos (contaminantes orgánicos persistentes, metales, ftalatos, fenoles y pesticidas).


La investigadora de ISGlobal que coordina el Proyecto HELIX y primera autora del estudio, Martine Vrijheid, ha destacado que "las tasas de obesidad infantil están aumentando a niveles alarmantes en todo el mundo, y puede que durante el confinamiento por la COVID-19 se hayan incrementado todavía más". Los resultados del estudio, con datos anteriores al confinamiento, muestran similitudes con las cifras mundiales: una prevalencia de sobrepeso y obesidad general del 29 %, con unos porcentajes más altos en las cohortes de España (43 %) y Grecia (37 %).


Las conclusiones mostraron que la exposición al tabaco –al humo materno durante el embarazo y al pasivo durante la infancia–, a la contaminación atmosférica (partículas en Parte por Millón: PM2.5 y PM10, y dióxido de nitrógeno [NO2], tanto en el interior de las viviendas como en el exterior) y las características del entorno construido se asociaban con un índice de masa corporal mayor en la infancia.


El estudio no halló que las diferencias en el nivel socioeconómico influyeran en los resultados. "Los niños y niñas que vivían en áreas densamente pobladas y que iban a escuelas en zonas que contaban con pocos servicios e instalaciones tenían más riesgo de sufrir obesidad", ha añadido Leda Chatzi, última autora del estudio e investigadora de la Universidad del Sur de California. 


Esta relación entre la obesidad y las características del entorno construido "van en la línea de estudios anteriores y podría ser explicada por las pocas oportunidades que tienen los niños y niñas de caminar y desarrollar actividad física en el exterior", según la investigadora.

Fuente:

Heraldo (2020). Disponible: https://www.heraldo.es/noticias/salud/2020/06/24/polucion-tabaco-y-entorno-influyen-en-la-obesidad-infantil-1382189.html

Full Text https://ehp.niehs.nih.gov/doi/full/10.1289/EHP5975

 

miércoles, 14 de julio de 2021

Programa para incentivar el consumo de frutas y hortalizas

Múltiples son los beneficios declarados por la comunidad científica y el sector salud sobre el consumo de frutas y hortalizas (F y H), a pesar de ello, el consumo de estos productos en el mundo es bajo, ya que la mayoría de la población no alcanza la recomendación de una ingesta mínima de 5 raciones al día.


En este sentido, el déficit de vitaminas y minerales se ha asociado a complicaciones durante el parto y retardo en el crecimiento infantil, anemias e infecciones. Adicionalmente, el desarrollo de enfermedades crónicas de tipo cardiovascular, diabetes o cáncer también se han relacionado con un bajo consumo de F y H.


Consumir F y H frescos diariamente en la porción adecuada nos proporciona además de vitaminas y minerales, otros compuestos y sustancias que traen beneficios para la salud, pudiendo mencionar: la fibra alimentaria, pues cuando consumimos F y H frescos estas nos proporcionan tanto fibra soluble como insoluble contribuyendo al mantenimiento de los niveles de colesterol en sangre, modificación en la absorción de grasas y azúcares, y regulación del tránsito intestinal.


Así mismo, la vitamina C y el beta caroteno presente en las F y H, tienen capacidad antioxidante al captar los radicales libres y evitar el daño celular; el beta caroteno al convertirse en vitamina A, puede actuar junto con la vitamina C en la diferenciación celular y estimulación del sistema inmune, disminuyendo la severidad y complicaciones de infecciones, especialmente virales. El ácido fólico, previene la aparición de anemia megaloblástica, y en las embarazadas es un nutriente crítico para evitar defectos del tubo neural del feto.


Por otro lado, minerales como el hierro intervienen en la formación de hemoglobina y mantenimiento del sistema inmune; sin embargo, este hierro de origen vegetal (hierro nohem), se absorbe mejor cuando se consumen junto a frutas y vegetales ricos en vitamina C. El calcio, favorece la mineralización de los huesos e interviene en la adecuada contracción muscular e impulso nervioso. El selenio y el magnesio tienen un rol importante como antioxidantes, manteniendo a raya a las sustancias oxidantes del cuerpo.


Otros compuestos no nutrientes pero muy importantes como los flavonoides, y fitoquímicos azufrados tienen capacidad antioxidante contribuyendo a la neutralización y eliminación de radicales libres que dañan la secuencia de ADN; esto retarda el proceso de envejecimiento celular y previene la formación de todo tipo de cáncer, formación de cataratas y daño neurológico degenerativo como la enfermedad de Párkinson y el Alzheimer.


Por estas razones, a nivel de salud pública se hacen campañas y se brinda educación nutricional para promover el consumo de F y H y evitar los perjuicios a la salud, sin embargo, pareciera no ser suficiente; quizás por los altos costos y el poco acceso que tiene algunos grupos de personas a este rubro de alimentos.

En este sentido, Wholesome Wave, una organización sin fines de lucro orientada a mejorar el acceso a alimentos nutritivos, creó un programa denominado “prescripción de frutas y hortalizas” o “Fruit and vegetables récipes” (FVRx, por sus siglas en inglés). El cual está dirigido a la población de bajos recursos que necesita mejorar sus hábitos de alimentación. 


El enfoque del programa es muy original y se basa en tratar al alimento como una medicina, por lo cual los médicos prescriben un récipe formal con la indicación de F y H; dicha indicación es individualizada y la acompaña una serie de indicaciones de alimentación y metas a ser alcanzadas por el paciente. Las personas que ingresan a este programa y adquieren sus récipes los canjean a los minoristas, fruterías o mercados de agricultores, que previo acuerdo, estén participando.


Esa idea es muy innovadora y permite que las personas accedan a las F y H y puedan aumentar su consumo; por ello la inclusión de los minoristas y mercados de agricultores es fundamental, ya que se encuentran en cada localidad y facilitan la disponibilidad para las personas de bajos ingresos, sin necesidad de trasladarse hasta las zonas donde se ubican los grandes supermercados. Esto es perfecto para la situación actual por la pandemia de COVID-19.

¿Cómo saber si el programa funciona? una vez que se le da el récipe a los pacientes, los encargados de coordinar el programa hacen seguimiento de los récipes y los médicos hacen seguimiento de la evolución de los pacientes.


Este programa se implementó inicialmente en 10 estados de USA, con cohortes entre 2011 y 2015; un total de 8.400 pacientes y familiares.  Al evaluar el impacto del programa se encontró que alrededor del 70% de los participantes refirieron que su consumo de F y H aumentó, y el 45% tuvo una disminución de su peso y en consecuencia de su IMC. Además, casi la mitad de los hogares participantes mencionaron un aumento en la seguridad alimentaria durante el período del programa.

En este punto, surge una pregunta importante, ¿Cómo se financia el programa?, el mismo fue concebido para mantenerse mediante donaciones, bien sea donación de los productos por parte de los minoristas y agricultores o mediante el pago de los productos con fondos donados.


Por supuesto, la aplicación de este programa debe adaptarse a las condiciones de cada país. En el caso particular de Venezuela, sería ideal la implementación de este tipo de programas dirigido a las personas de bajos recursos, sin embargo el financiamiento debe manejarse de forma estratégica con la inclusión de las grandes cadenas de supermercados y no sólo de los mercados y minoristas ya que estos últimos son un grupo bastante golpeado por la crisis económica, en todo caso, los mercados de agricultores y minoristas podrían beneficiarse del programa si se les cancela mediante fondos externos los productos recetados y canjeados.


Los posibles beneficios que pudiéramos tener con la implementación del programa “prescripción de frutas y hortalizas” consiste en: aumento en el consumo de F y H entre la población venezolana, especialmente los más vulnerables desde el punto de vista nutricional, aumento en la ingesta de nutrientes, disminución de posibles deficiencias nutricionales subclínicas, disminución de la susceptibilidad a contraer infecciones por el reforzamiento del sistema inmune, contribución para mejorar el estado de seguridad alimentaria, aumento en el consumo de fibra y disminución del riesgo o control de enfermedades crónicas.


Estos beneficios ya se han visto en algunos estudios, uno de ellos fue realizado en 883 niños y adolescentes entre 2 y 18 años de edad con sobrepeso y obesidad, los cuales participaron en el programa de prescripción de  F y H durante 4 y 6 meses. En el mismo se encontró que estos niños y adolescentes aumentaran su consumo de F y H gracias a su participación en el programa.

De igual modo, en otra investigación, un grupo de pacientes adultos con diabetes no controlada de bajos recursos participaron en el programa de prescripción de frutas y hortalizas por 13 semanas, encontrando al final del periodo de estudio, que mejoraron sus niveles de hemoglobina glicosilada debido al aumento en el consumo de FyH.


El programa de prescripción de F y H pareciera ser una buena estrategia que pudiera ser implementada en Venezuela (inicialmente con una muestra piloto), con el fin de brindar una alimentación saludable a familias con una menor disponibilidad y acceso a estos productos. Este programa podría contribuir a frenar en cierta medida la doble carga nutricional, pues si bien hay un aumento en la prevalencia de desnutrición y de “hambre oculta” (desnutrición subclínica), también es verdad que aún existe un porcentaje importante de la población con obesidad y riesgo de padecer enfermedades crónicas. Otro beneficio adicional, es el apoyo económico que se les da a los pequeños y medianos agricultores y minoristas que participen en el programa, favoreciendo su crecimiento como empresarios y fomentando la agricultura local y sustentable.

Fuente

Pablo Hernández y Claret Mata (2020). Récipes para frutas y hortalizas. Publicado por: Mirador Salud. Fecha: noviembre 24, 2020. En: Nutrición, Salud y Vida2

Disponible: https://miradorsalud.com

miércoles, 7 de julio de 2021

Cómo afecta la dieta a la salud mental

Expertos confirman que la alimentación influye significativamente en la salud mental y el bienestar, pero advierten: la evidencia de los efectos de muchas dietas es relativamente débil.

"Hemos encontrado que existe una creciente evidencia de un vínculo entre una dieta pobre y el empeoramiento de los trastornos del estado de ánimo, incluida la ansiedad y la depresión. Sin embargo, muchas pruebas comunes sobre los efectos de ciertos alimentos sobre la salud no están respaldadas por evidencia sólida".


Es la afirmación de la doctora Suzanne Dickson, de Universidad de Gotemburgo, en Suecia, y autora principal de la descripción más actualizada en el nuevo campo de la Psiquiatría Nutricional. Los resultados del estudio dirigido por Dickson se publicaron recientemente en la revista European Neuropsychopharmacology bajo el título Nutritional psychiatry: Towards improving mental health by what you eat. Esta nueva revisión, realizada por varios expertos en la disciplina, confirma que la dieta influye significativamente en la salud mental y el bienestar, sin embargo advierte que la evidencia de muchas dietas es relativamente débil.


Por un lado, los investigadores hallaron que existen algunas áreas donde este vínculo entre la dieta y la salud mental está firmemente establecido, como la capacidad de una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos -una dieta cetogénica- para ayudar a los niños con enfermedades como la epilepsia o para compensar el efecto de la deficiencia de vitamina B12 en los trastornos de fatiga, mala memoria o depresión. También encontraron una fuerte evidencia de los beneficios que una dieta mediterránea, rica en verduras y aceite de oliva pueden tener sobre la salud mental, como brindar cierta protección contra la depresión y la ansiedad.


Sin embargo los investigadores advierten que para muchos alimentos o suplementos, la evidencia no es concluyente, como por ejemplo con el uso de suplementos de vitamina D, o con alimentos que se cree que están asociados con el TDAH o el autismo. Dickson afirma al respeto que: "con condiciones individuales, a menudo encontramos pruebas muy variadas". "Con el TDAH, por ejemplo, podemos comprobar que un aumento en la cantidad de azúcar refinada en la dieta que parece aumentar la hiperactividad, mientras que comer más frutas y verduras frescas parece proteger contra estos síntomas. Pero hay relativamente pocos estudios, y muchos de ellos no duran lo suficiente como para mostrar efectos a largo plazo", añade.

"Vincular los efectos sobre la salud mental con causas dietéticas demostrables debe ser el foco principal de futuras investigaciones en psiquiatría nutricional"


"Nuestro estudio confirma que, si bien ciertos alimentos pueden estar asociados con una afección de salud mental, esto nos dice poco sobre por qué el alimento causa este efecto" prosigue la investigadora, quien defiende que existe una creencia general de que los consejos dietéticos para la salud mental se basan en evidencia científica sólida, pero que en realidad, es muy difícil demostrar que las dietas específicas o los componentes dietéticos específicos contribuyen a la salud mental y hace hincapié en que "la necesidad de vincular los efectos sobre la salud mental con causas dietéticas demostrables debe ser el foco principal de futuras investigaciones en psiquiatría nutricional".

Psiquiatría nutricional, una nueva disciplina

Pese a tratarse de un campo de estudio relativamente nuevo, según los científicos algunos alimentos presentan vínculos fácilmente demostrables con la salud mental. Por ejemplo se sabe que la nutrición en el útero y en la vida temprana puede tener efectos significativos en la función cerebral en la edad adulta.


El gran reto para los investigadores en estos primeros pasos de la disciplina, consiste en establecer los efectos de la dieta sobre la salud mental en la población general. "En los adultos sanos, los efectos dietéticos en la salud mental son bastante pequeños, y eso dificulta la detección de estos efectos. De hecho, uno de los aspectos que estamos estudiando son los efectos de la suplementación dietética. Creemos que esta es efectiva tan solo si existen deficiencias debido a una dieta pobre", afirma la doctora. "También debemos considerar la genética: diferencias sutiles en el metabolismo pueden significar que algunas personas responden mejor a los cambios en la dieta que otras".

Un alimento no es un medicamento

Del mismo modo también existen dificultades prácticas que deben superarse al probar nuevas dietas. Un alimento no es un medicamento, por lo que debe analizarse de manera diferente. "Podemos darle a alguien una pastilla falsa para ver si hay una mejora debido al efecto placebo, pero no se puede dar fácilmente a la gente comida falsa".


La psiquiatría nutricional es un nuevo campo, y el mensaje del estudio es que los efectos de la dieta en la salud mental son reales, pero que debemos tener cuidado al llegar a conclusiones sobre una base de evidencia provisional. De hecho sus autores hacen notable hincapié en que es necesaria mucha más investigación sobre los efectos a largo plazo de las dietas cotidianas.


"La interfaz entre el intestino y el cerebro, por un lado, y la dieta y la salud mental, por otro, son dos de los temas más debatidos en psiquiatría biológica en estos momentos, y su desarrollo ha cobrado impulso impresionante en la última década" comenta el doctor del Hospital de Franckfurt.


Muchos de los hallazgos más importantes realizados hasta el momento -principalmente de estudios en animales- han sido publicados en revistas de primer nivel en los últimos años. Sin embargo esto contrasta con la escasez comparativa de evidencia sólida sobre cómo la nutrición y la salud mental están conectadas en los humanos" añade Reif, quien actualmente ostenta la presidencia del Comité del Programa Científico del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, ECNP por sus siglas en inglés.

Fuente:

Héctor Rodríguez (2020) https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/afecta-dieta-a-salud-mentalcual-es-evidencia_15129