jueves, 26 de octubre de 2017

Somos lo que comimos. ¿Seremos mañana lo que comemos hoy?

Para la mayoría de los científicos actuales, las enfermedades derivadas de una mala o inadecuada alimentación y del aumento del sedentarismo, son consecuencia de un distanciamiento en la forma en la que vivieron nuestros antepasados. Pero, ¿Cómo vivían aquellos “hombres” más parecidos a los chimpancés que a nosotros mismos?
La verdad, es que no gozaron de lo que hoy en día podemos imaginar como una buena vida. Por lo que, la selección natural favoreció la supervivencia de aquellos que estaban mejor adaptados y con mejores estrategias para encontrar alimentos cada vez más dispersos.
Nuestros genes fueron seleccionados en esas condiciones difíciles durante millones de años. Por lo contrario, ese escenario de lucha constante nada tiene que ver al que tenemos actualmente los humanos del Primer Mundo, donde la sobreabundancia alimentaria está plenamente extendida. Nuestros genes cazadores-recolectores ya no nos sirven.
Las adaptaciones relacionadas con la elección de alimentos tienen un gran impacto en la supervivencia, reproducción de los individuos y al final, en su éxito evolutivo. Por lo que se cree que una de las principales fuerzas de la evolución humana fue la mejora en la calidad de la dieta. Solemos ver la elección de los alimentos como un rasgo cultural pero no directamente relacionado con nuestro pasado biológico.
Una de las dos cosas más importantes que hacen los animales es alimentarse (la otra es reproducirse) y gracias a la paleontología y la arqueología podemos averiguar qué comían nuestros antepasados. Los acontecimientos clave en nuestra evolución, como la pérdida de los colmillos, el bipedismo o el desarrollo del cerebro son consecuencias de adaptaciones a diferentes ambientes, y por lo tanto, a diferentes entornos alimentarios.
Es un debate común en nuestra sociedad el de si somos “por naturaleza” vegetarianos o carnívoros. Pocos grupos de personas somos carnívoros al 100% o vegetarianos al 100%. Pese a ello, como primates que somos, ¿No nos correspondería ingerir únicamente vegetales?
Es cierto que a los primates popularmente se les conoce como animales vegetarianos pero esto no quiere decir que todos ellos lo sean. Sabemos que los grandes simios, como por ejemplo los chimpancés, nuestros parientes más cercanos, a pesar de que sea la fruta el componente más abundante de su dieta, también se les ha visto alimentándose de insectos o pequeños vertebrados.
Por lo que nuestra idea inicial puede empezar a tambalearse. Por otro lado, casi ningún grupo humano hoy en día se alimenta exclusivamente de carne, a excepción de los “inuit” conocidos popularmente como “los esquimales” un grupo de cazadores-recolectores que aún existen en la actualidad, que basan su dieta casi exclusivamente en comer pescado crudo
Recordemos la conocida frase: “Somos lo que comemos”, pero no tan conocida en pasado: “Somos lo que comimos”, que es igual de cierta y no hay que restarle importancia.
En la historia de la alimentación humana hay dos momentos clave. El primero fue la incorporación, en cantidad importante, de productos de origen animal a la dieta. Pero antes de que esto pasase, la comida de nuestros antepasados era casi exclusivamente de carácter vegetal, y no demasiado diferente a la de los chimpancés actuales, ya que la vida se desarrollaba principalmente en el bosque.
En esta época en que nuestros antepasados vivían plácidamente en el bosque se produjo un cambio climático que provocó la progresiva pérdida de los bosques y el aumento de los ecosistemas abiertos, como por ejemplo, las sabanas.
Ante la escasez de alimentos vegetales, tuvieron que incorporar alimentos de origen animal, aparte de vegetales, lo que permitió (entre otros factores) aumentar el tamaño del cerebro. Este hecho tan importante, tuvo lugar en África, hace 2,5 millones de años. Aún éramos bastante parecidos a los chimpancés y no mucho más inteligentes, algo así como unos chimpancés bípedos.
El otro gran acontecimiento importante de la historia de la alimentación humana es muy reciente; se produjo hace unos 10.000 años. Se pasó de extraer el alimento de la naturaleza a producirlo directamente mediante la agricultura y la ganadería. Es lo que se conoce como la Revolución Neolítica. La aparición del Neolítico represento el inicio de la extinción de los cazadores - recolectores y el nacimiento de las ciudades y la era industrial en la cual se encuentra ahora la humanidad.
¿Qué cuesta un cerebro tan grande?
Llegar a un cerebro tan grande ha sido un proceso que ha llevado millones de años, aun así, se puede considerar un proceso muy rápido.
En dos millones de años de evolución se dobló el volumen cerebral desde los 450cm3 de Australopithecus afarensis hace 4 millones de años hasta los 900cm3 de Homo ergaster. ¿Cómo puede ser que nuestro cerebro evolucionara a tal velocidad? En apenas tres millones de años, su volumen pasó de 450 a 1300 cm3.
¿Para qué necesitaron nuestros antecesores un cerebro tan grande? El aumento del cerebro es una especialización como la de cualquier otro órgano, y la selección natural favoreció el crecimiento encefálico porque proporcionó ventajas de supervivencia y reproducción en el nicho ecológico de los Homininos.
El egoísmo del cerebro: un órgano costoso y caprichoso.
La evolución del cerebro solo fue posible por la adaptación de numerosas funciones al egoísmo del cerebro. Es un tragón, consume muchas calorías y posee una elevada tasa metabólica basal, que es lo mismo que decir en reposo.
Consume entre un 20-25% de la tasa metabólica basal, en comparación del 8-10% que consumen otros primates. Para ello el gasto energético del resto de los órganos se ha tenido que reorganizar y aumentar la calidad de los alimentos.
Además, el cerebro es muy caprichoso y exquisito en cuanto al combustible del cual obtiene energía; no le sirve cualquier cosa, solo consume glucosa y en casos de necesidad extrema, como por ejemplo, si llevamos varios días en ayuno, consume cuerpos cetónicos que provienen de las grasas. Por ello cualquier reducción energética por un tiempo más o menos prolongado tiene implicaciones importantes en el funcionamiento del cerebro y cuando esta reducción se produce en el periodo neonatal las consecuencias son más significativas y en muchos casos irreversibles desde el punto de vista fisiológico-cognitivo.
Por último, y sin duda alguna, es un órgano complicado. Tiene una gran complejidad molecular y morfológica, además, del lento desarrollo de nuestras crías y la energía adicional que tienen que invertir los padres, que es lo que en Biología se conoce con el nombre de la cuido parental.
¿Por qué la carne es importante para el cerebro?
Cuando nuestra evolución necesitaba un cerebro cada vez más grande, las primeras dificultades que tuvieron que superar nuestros antepasados fue adaptarse a explotar nuevos alimentos, entre ellos los de origen animal. Pero, ¿Por qué la carne es importante para el cerebro? ¿Qué tiene de especial? “el centro de la cuestión” es que en la carne encontramos la vitamina B12, la cual tiene un papel fundamental para mantener sano nuestro sistema nervioso. Algunas de sus funciones son: estabilizar la mielina que recubre el axón de las neuronas, en otras palabras, permite una buena transmisión de la información neurona a neurona y mantener la densidad neuronal y la memoria.
Estos cambios cualitativos y cuantitativos en la alimentación, que vinieron impuestos por las condiciones de los nichos ecológicos, tuvieron consecuencias importantes para el desarrollo de nuestro cerebro. La selección natural favoreció:
1) La alimentación más omnívora (incorporando la caza, la pesca y ocasionalmente la carroña) redujo el tamaño del intestino y empezamos a caminar sobre nuestras dos patas traseras (es conocido que la locomoción bípeda es menos costosa energéticamente que la bípeda), lo que también permitió tener más energía disponible para el cerebro.
2) La reducción del aparato masticador y los huesos mandibulares, lo que proporcionó más espacio en el cráneo para aumentar la masa cerebral. A pesar de ello, la fuerza masticatoria de Homo, por contradictorio que parezca, no se ha reducido. Mantenemos esta fuerza, gracias al grueso esmalte de los dientes que tenían nuestros antepasados y que conservamos en la actualidad.
3) El cambio de dieta, aportó una mayor cantidad de ácidos grasos poliinsaturados, un componente importante de las neuronas.
El curso de la historia depende de pequeños acontecimientos que se producen de tanto en tanto y algunas de ellas determinan el futuro. No solo el cambio de alimentación produjo un gran éxito adaptativo al nuevo ambiente africano, sino que el bipedismo, el comportamiento social cada vez más complejo, la fabricación de herramientas, el incremento gradual del tamaño corporal y los cambios en la alimentación, formaron un complejo adaptativo que potenció la supervivencia y reproducción.
La realidad del hombre de hoy es diferente, lo que algunos expertos han denominado “transición alimentaria”, sedentarismo, obesidad, abundancia, enfermedades crónicas no transmisibles; en contraparte tenemos desnutrición, dieta inadecuadas e insuficientes, carentes de proteínas (carne), de vitaminas, minerales y fibra (vegetales y frutas), restricción calórica a diferentes niveles e intensidades a lo largo de la vida, cada vez en mayor número de personas y por tiempos más prolongados. ¿Qué consecuencias tendrán estos fenómenos en el desarrollo de la población? En mayor grado, el impacto de lo que comemos hoy en lo que seremos mañana, del desarrollo de nuestro cerebro, nuestra capacidad de adaptación de generar estrategias que nos permitan subsistir como individuos, como población, como especie. 
La evolución de las especies está sometida a la influencia de tal cantidad de factores que su futuro es impredecible, ya que todo es posible. Ninguna forma de vida puede considerarse superior a las demás, porque ninguna está a salvo de la extinción. De esta forma entonces, podemos concluir que la evolución es fruto del azar, del caos y que no hay leyes…Hablo de esas leyes que nos gustan tanto a los científicos…


Fuente: Ana González Durbán (2016) Somos lo que comimos: ¿Comer carne nos convirtió en seres inteligentes? Biol. on-line: Vol. 5, Núm. 1 (Febrero de 2016) http://revistes.ub.edu/index.php/b_on/index

jueves, 19 de octubre de 2017

¿Qué es un peso saludable?

Actualmente existe la tendencia de idealizar la imagen corporal que va de acuerdo con los mensajes publicitarios o gustos de llamados "gurús" de la moda, que nos venden una imagen de belleza basada en la extrema delgadez.
La delgadez es un asunto de salud, al igual que la obesidad; cada individuo tiene un peso ideal o recomendado y caer en los extremos, acarrea inconvenientes para la salud. La grasa corporal, ese tejido que muchas creen que siempre está de más y que mientras menos tenga mejor, cumple funciones importantes como el mantenimiento de la temperatura corporal, servir de soporte para diversos órganos, dar formas características del cuerpo femenino, depósito y sustrato para la producción de hormonas, depósito de energía, entre otros. Por lo tanto, es importante el mantenimiento de un porcentaje de grasa adecuado para la edad y sexo.
Los medios de comunicación, la publicidad, los concursos de belleza y la moda, han promovido una imagen distorsionada de belleza, adelgazando la figura femenina al máximo y asociando, de forma descarada, el éxito personal, profesional, económico y sentimental a la delgadez, sin tomar en cuenta la relación peso-salud, las mujeres que han logrado un peso inadecuado para verse muy delgadas, presentan problemas de fertilidad, falta de períodos menstruales, piel áspera, cabello reseco, uñas débiles y quebradizas, mal humor y en algunos casos hasta problemas psicológicos.
¿Qué es normal o ideal y que no?
La manera más sencilla y común para determinar el peso adecuado de una persona adulta, tomando en cuenta su estatura, es el Índice de Masa Corporal (IMC), el cual es muy sencillo de obtener, solo divida su peso actual (en kilos) entre su estatura (en metros) elevada al cuadrado, he aquí un ejemplo:
Si usted pesa 70 Kg y mide 1,65 metros (un metro sesenta y cinco), eleve al cuadrado la estatura (1,65)2 lo que es igual a: 1,65 x 1,65 = 2,72, luego divida el peso entre este valor que acaba de obtener 70 ÷ 2,72=25,73 este es el resultado de su IMC.
¿Cómo saber si su peso es adecuado, demasiado o insuficiente?
El IMC viene expresado en rangos, estos le permiten conocer cual es su situación en base a su resultado:

Resultado
Interpretación
Menos de 15
Desnutrición Muy Severa
De 15 a 15,9
Desnutrición Grado III
De 16 a 16,9
Desnutrición Grado II
De 17 a 18,4
Desnutrición Grado I
De 18,5 a 24,9
Normal
De 25 a 29,9
Sobre peso
De 30 a 34,9
Obesidad Grado I
De 35 a 39,9
Obesidad Grado II
Mayor de 40
Obesidad Grado III u Obesidad Mórbida
Fuente: Organización Mundial de la Salud. 1995.

El IMC a pesar de ser sencillo y mundialmente utilizado, tiene una debilidad, no diferencia entre el peso que corresponde a grasa y el que corresponde a músculo, huesos y tejidos en general, es decir, un deportista que posea grandes cantidades de músculo en su cuerpo no puede utilizar el IMC para conocer si su peso es adecuado o no, ya que el resultado caería en la categoría de sobrepeso u obesidad, por lo tanto, para determinar las proporciones de grasa y músculo en esa persona, son necesarias medidas especiales, que solo un profesional de la nutrición puede determinar.
Otro indicador de dimensiones corporales que podemos tomar fácilmente es la circunferencia de la cintura, muchas personas, generalmente los hombres, suelen tomar en chiste ese "koala natural" que exhiben con cierto orgullo porque cuesta mantenerlo, en algunos países el exceso de peso fue considerado símbolo de bienestar o de poder económico; actualmente se considera una epidemia mundial, ya que, se ha expandido abarcando individuos de todos los estratos sociales.
Esa pancita antiestética está formada por tejido adiposo (grasa) que cuando se acumula en exceso favorece la aparición de: enfermedades cardiovasculares (hipertensión, accidentes cerebro vasculares, infartos), mayor probabilidad de desarrollar diabetes, alteraciones en las grasas de la sangre (colesterol y triglicéridos altos), aumento de radicales libres y por ende predisposición al cáncer, entre otros.
En Venezuela entre las principales causas de muerte se encuentran las enfermedades cardiovasculares, como los Infartos y los Accidentes Cerebro Vasculares. Usted puede conocer su riesgo cardiovascular fácilmente a través de los valores de que obtenga al medirse la circunferencia de cintura. Es muy sencillo, con un centímetro mídase la cintura a nivel del ombligo y luego busque el valor en la siguiente tabla para identificar su riesgo cardiovascular.
Mujeres
Hombres
Interpretación
De 80 a 87cm
De 94 a 101cm
Riesgo elevado
Mayor a 88cm
Mayor a 102cm
Riesgo muy elevado
 Fuente: ATP III, 2001. Expert Panel on Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Colesterol in Adults.

¿Qué hacer cuando se presenta riesgo elevado de desarrollar enfermedades crónicas, en base a la circunferencia de la cintura?
No utilice fajas, yesos, bolsas, cremas, masajes, inyecciones o procedimientos invasivos que pongan en riesgo su salud, y que además no logran el efecto que se busca, aumentando su frustración. Tome la decisión de modificar su estilo de vida, ya que para eliminar el exceso de grasa localizada en su cintura es importante ejercitarse y adoptar buenos hábitos alimentarios. Consulte con un profesional de la nutrición.
Si por el contrario, cuenta usted con un peso adecuado para su estatura, manténgase saludablemente delgada siguiendo estos consejos:
  • Recuerde los tres colores para balancear las comidas
  • Haga tres comidas principales y dos meriendas basadas en fruta, yogurt, galletas integrales bajas en grasa, frutos secos como maní, merey, nueces, granola, entre otros
  • Evite saltarse las comidas
  • Tome suficiente agua para mantenerse hidratado en todo momento.
  • Aumente el consumo de frutas no muy maduras y ensaladas
  • Evite el consumo frecuente de preparaciones muy azucaradas o muy grasosas
  • Reserve las bebidas alcohólicas solo para las ocasiones especiales, estas no forman parte de una alimentación saludable y aportan calorías.
  • Cuide la cantidad de alimentos que consume, es decir, el tamaño de lo que se sirve (ración) o compra
  • Modere el consumo de sal
  • Realice actividad física mínimo tres veces por semana.
¿Qué hacer cuando el peso no es el adecuado bien sea por falta o por exceso?
No recurra a ningún tipo de producto o dieta de moda que quieran venderle como milagroso para solucionar su problema, busque ayuda de un profesional de la nutrición. Los nutricionistas o en su defecto, médicos que hayan hecho una especialización en el área, son los únicos calificados para ofrecerle una orientación adecuada ya que, además de tomar en cuenta su condición individual, diseñarán un plan de alimentación ajustado a sus necesidades y ritmo de vida.


Fuente: Daniela Aguilar. Fundación Bengoa. http://fundacionbengoa.org/informacion_nutricion/

jueves, 12 de octubre de 2017

Importancia de los Ácidos Grasos en el Embarazo

El bajo peso al nacer (BPN) está asociado con una mayor mortalidad, la morbilidad, la discapacidad en la infancia y la niñez y también tiene un impacto a largo plazo sobre los resultados de salud en la vida adulta. A nivel mundial 20 millones de niños con BPN nacen cada año; de los cuales, el 96,5% de ellos son de países en desarrollo. Esto es de importancia para nuestro país, en el cual, esta condición se puede estar presentando con mayor frecuencia en sectores vulnerables y los reportados en embarazos de la población adolescente.
El estado nutricional materno es bien conocido por ser un determinante importante de la placenta y el crecimiento fetal. Entre los diferentes nutrientes, los ácidos grasos insaturados (LCPUFA) son de vital importancia durante el embarazo para el feto, ya que forman los componentes estructurales de los lípidos de la membrana del cerebro en desarrollo y el sistema nervioso central.
El feto en desarrollo depende completamente de la alimentación de ácidos grasos esenciales materna y su escaso o insuficiente consumo por parte de la madre en momentos “claves” del embarazo podría dar lugar a un resultado adverso en el feto. Una serie de estudios transversales en humanos llevados a cabo en la India, han demostrado ampliamente que niveles bajos de consumo de ácidos grasos esenciales se ha asociado con complicaciones del embarazo como la preclamsia. Otros estudios han evidenciado que las cantidades bajas de ácidos grasos del cordón umbilical se correlacionan con las cantidades bajas en la sangre materna, y son fundamentales para los resultados de salud posteriores de los niños.
El presente estudio se enfocó en examinar el papel potencial del perfil de ácidos grasos omega-3 y omega-6 materna, en el crecimiento fetal, investigando la asociación entre las concentraciones maternas de estos ácidos grasos, a través de las medidas de la gestación y el nacimiento (peso al nacer, la longitud al nacer, circunferencia de la cabeza y la circunferencia del pecho al nacer).
Las madres incluidas en este estudio fueron sólo aquellas mujeres con embarazo único, embarazo a término (gestación total de ≥ 37 semanas) y no tener complicaciones médicas u obstétricas. En el parto, estas mujeres se dividieron en 2 grupos; las mujeres que dieron a luz en el plazo de un bebé con un peso > 2,5 kg [grupo de peso normal al nacer (PNN)] y las que dieron a luz a término un bebé con un peso < 2,5 kg [grupo de bajo peso al nacer (BPN)]. Adicionalmente se les administraron cuestionarios de frecuencia de alimentos durante las diferentes etapas del embarazo y en el parto, para estimar la frecuencia de consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 y omega-6.
Los resultados de la investigación sugieren: a) los beneficios potenciales de los ácidos grasos y su influencia en el peso del niño al nacer, b) existen efectos beneficiosos de la suplementación de ácidos grasos esenciales durante el embarazo y el aumento de nacimiento con peso normal, c) una dieta adecuada de ácidos grasos durante el embarazo ayuda a prevenir la restricción del crecimiento fetal lo cual mejora la salud en la edad adulta, d) también tiene implicaciones en el desarrollo neurológico de los descendientes, e) la administración adicional de suplementos comerciales de ácidos grasos omega-3 durante el embarazo no se asoció con la prevención de parto prematuro, preclamsia, restricción intrauterina, diabetes gestacional, retraso de la edad gestacional, depresión postparto o un mejor desarrollo e los niños.
Otro estudio llevado a cabo sobre el tema al sur de la India informó la asociación entre la ingesta más baja de pescado durante el tercer trimestre del embarazo y un mayor riesgo de dar a luz bebés con bajo peso. El fenómeno se debe a que durante el tercer trimestre del embarazo, hay un mayor requerimiento y acumulación de ácidos grasos por el feto. 
Los ácidos grasos omega-3 son conocidos para mejorar la fluidez de la membrana y aumentar la vasodilatación, lo que mejora la receptividad de membrana para diversos procesos metabólicos fundamentales para el feto. Esto puede conducir adicionalmente a la reducción en la viscosidad de la sangre y el aumento del flujo de sangre de la placenta, lo que mejora el crecimiento fetal. Por lo tanto, los niveles más bajos de ácidos grasos omega-3 podrían reflejar la incapacidad de la madre para suministrar cantidades adecuadas de ácidos grasos para el desarrollo óptimo del feto.
Además, un desequilibrio en el consumo y aporte de ácidos grasos maternos puede también tener efectos adversos sobre el feto en desarrollo. Ya que niveles más altos de ácidos grasos saturados en las mujeres dan a luz bebés de bajo peso, posiblemente esto se pueden atribuir a la transferencia inadecuada de estos ácidos grasos a través de la placenta, lo que contribuye al crecimiento fetal insuficiente.
Conclusión
Los resultado de la investigación demuestran una asociación positiva entre el consumo adecuado de ácidos grasos amoga-3 durante el embarazo desde una etapa temprana con peso adecuado de nacimiento y por lo tanto, sugiere que la administración de dietas equilibradas-suficientes y suplementos de ácidos grasos puede ser útil en la mejora de los resultados del embarazo. En la actualidad existe un considerable cuerpo de evidencia que sugiere que la calidad del ambiente durante primeros años de vida del feto afecta el futuro riesgo de enfermedad y el estudio actual tiene implicaciones para la misma.
Fuente:

    Akshaya Meher, Karuna Randhir, Savita Mehendale, Girija Wagh, y Sadhana Joshi (2016). Materno-Ácidos grasos y su asociación con el resultado del parto. Estudios prospectivos. Jounal Lis. PLoS One.PMCID. Vol 11 (1). http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4729437/437

jueves, 5 de octubre de 2017

Los Alimentos funcionales: entre lo natural y lo saludable

La principal función de la dieta es aportar los nutrientes necesarios para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas. Existen cada vez más pruebas científicas que apoyan la hipótesis de que ciertos alimentos, así como algunos de sus componentes tienen efectos físicos y psicológicos beneficiosos, gracias al aporte de los nutrientes básicos.
Hoy en día, la ciencia de la nutrición ha evolucionado a partir de conceptos clásicos, como evitar las deficiencias de nutrientes y la suficiencia nutricional básica, a los conceptos de nutrición "positiva" u "óptima".
Las investigaciones han pasado a centrarse cada vez más en la identificación de componentes biológicamente activos en los alimentos, que ofrezcan la posibilidad de mejorar las condiciones físicas y mentales, así como de reducir el riesgo a contraer enfermedades.
Se ha descubierto que muchos productos alimenticios tradicionales, como las frutas, las verduras, la soja, los granos enteros y la leche contienen componentes que pueden resultar beneficiosos para la salud. Además de éstos, se están desarrollando nuevos alimentos que añaden o amplían estos componentes beneficiosos, por las ventajas que suponen para la salud y sus convenientes efectos psicológicos.
¿Qué son los alimentos funcionales?
El concepto de alimentos funcionales nació en Japón. En los años 80, las autoridades sanitarias japonesas se dieron cuenta que para controlar los gastos sanitarios, generados por la mayor esperanza de vida de la población anciana, había que garantizar también una mejor calidad de vida. Se introdujo un nuevo concepto de alimentos, que se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.
Los alimentos funcionales no han sido definidos hasta el momento por la legislación europea. Generalmente, se considera que son aquellos alimentos, que se consumen como parte de una dieta normal y contienen componentes biológicamente activos, que ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades.
Entre algunos ejemplos de alimentos funcionales, destacan los alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia, los alimentos a los que se han añadido sustancias biológicamente activas, como los fitoquímicos u otros antioxidantes, y los probióticos, que tienen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos (yogoures, margarinas enriquecidas con fitiquímicos y los huevos).
Como respuesta al creciente interés sobre este tipo de alimentos, han aparecido nuevos productos y ahora el interés se centra en la necesidad de establecer normas y directrices que regulen el desarrollo y la publicidad de dichos alimentos.
¿Por qué necesitamos los alimentos funcionales?
Ha aumentado considerablemente el interés de los consumidores por conocer la relación que existe entre la dieta y la salud. Hoy en día, la gente reconoce en mayor medida, que llevar un estilo de vida sano, incluida la dieta, puede contribuir a reducir el riesgo de padecer enfermedades y dolencias, y a mantener el estado de salud y bienestar.
El apoyo que se está dando a la importancia de alimentos como las frutas, las verduras y los cereales integrales en la prevención de enfermedades, así como las últimas investigaciones sobre los antioxidantes dietéticos y sobre la combinación de sustancias protectoras en plantas, está contribuyendo a impulsar el desarrollo del mercado de los alimentos funcionales en el mundo.
La necesidad de contar con alimentos que sean más beneficiosos para la salud, también se ve apoyada por los cambios socioeconómicos y demográficos que se están dando en la población. El aumento de la esperanza de vida, que tiene como consecuencia el incremento de la población anciana y el deseo de gozar de una mejor calidad de vida, así como el aumento de los costos sanitarios, han potenciado que los gobiernos, los investigadores, los profesionales de la salud y la industria alimenticia busquen la manera de controlar estos cambios de forma más eficaz.
Ya existen una gran variedad de alimentos a disposición del consumidor, pero en estos momentos la prioridad es identificar qué alimentos funcionales pueden mejorar la salud y el bienestar y reducir el riesgo o retrasar la aparición de importantes enfermedades, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la osteoporosis. Si los alimentos funcionales se combinan con un estilo de vida sano, pueden contribuir de forma positiva a mejorar la salud y el bienestar.
Tipos de alimentos funcionales y saludables
Existen numerosos ejemplos de alimentos saludables y funcionales. Para describirlos, los hemos clasificado en torno a sus características nutricionales complementarias y a su recomendación de consumo.
Alimentos saludables de bajo valor nutritivo
Prototipos de este grupo de alimentos son la cebolla y el ajo, alimentos utilizados como condimentos o especias en guisos y ensaladas. Ambos productos se justifican como alimentos saludables por su alto aporte de flavonoides, compuestos polifenólicos con propiedades antioxidantes y compuestos organoazufrados, respectivamente, cuyo consumo se asocia en estudios epidemiológicos y experimentales con disminución de riesgos de enfermedad cardiovascular, stress oxidativo y además poseen un efecto anticancerígeno. En consecuencia, son alimentos cuyo consumo se justifica por sus propiedades saludables y organolépticas y no por sus propiedades nutricionales.
Otro ejemplo de alimento de este grupo es el té, el que aporta polifenoles y en forma específica flavonoides como el kemferol y quercetina, las que se correlacionan con la disminución de enfermedades crónicas no transmisibles. Su consumo tiene que ser alto para que se manifiesten las propiedades saludables. Se ha comunicado que una ingesta de flavonoides de 30 mg diarios (equivalentes a 5 a 6 tazas de té) o más disminuye la mortalidad de enfermedad cardiovascular desde un 18,5 por 1000 a un 7,8 por 1000. Además, las catequinas son fuertes antioxidantes que actúan como anti-inicio, anti-promoción y anti-progresión de la carcinogénesis. Este producto tampoco aporta elementos nutritivos, y constituye un excelente representante de la quimoprevención.
Alimentos saludables y funcionales con buen valor nutritivo
Un ejemplo de este grupo de alimentos es el caraota común o frijol, que presenta un alto contenido de proteínas, almidones de velocidad de digestión intermedia, un alto contenido de fibra dietética, fitatos, taninos y oligosacáridos no digeribles. El yogur es un alimento funcional con buen valor nutritivo por su alto aporte de calcio, proteínas de buena calidad, alto contenido de riboflavina y aporte de probióticos, que le otorgan el sello de alimento funcional.
Alimentos saludables no convencionales
La semilla de linaza es un alimento que no es consumido habitualmente en nuestra dieta y por esta razón es considerado como un alimento no convencional. Contiene elevados porcentajes del ácido graso esencial alfa linolénico, precursor de EPA y DHA, los que poseen una amplia gama de roles fisiológicos destacados y cuyo consumo contribuye a disminuir los riesgos de enfermedades crónicas no transmisibles. Además, esta semilla presenta concentraciones importantes de antioxidantes, tales como flavonoides y lignanos, ácido fítico, tocoferoles y aporta mucílagos hidrosolubles.
Alimentos saludables condicionados
Un buen ejemplo de éstos es el chocolate. La pasta del cacao posee una alta concentración de polifenoles, de flavanales como la catequina y epicatequina, flavonoles como la quercetina y antocianidinas como las cianidinas y sustancias estimulantes como las metilxantinas (teobromina y cafeína). Sin embargo, el alto contenido de grasa saturada (principalmente ácido esteárico, en la manteca de cacao y de azúcares, lo hacen poco recomendables para las personas con riesgo de obesidad y enfermedades relacionadas. Por lo tanto, la recomendación de su consumo debe evaluarse de acuerdo a la persona a la que va dirigida.
Alimentos saludables controvertidos
En este grupo se encuentran el vino y la cerveza, que provocan una gran discusión en cuanto a la recomendación que propende a un aumento de su consumo. Aunque contienen flavonoides y otros fitoquímicos saludables, el consumo de estas bebidas alcohólicas debe ser moderado.
MENSAJES SALUDABLES
En nuestro país ha adquirido gran relevancia los problemas de salud, a nivel poblacional las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) las que, junto con los accidentes 6,51%, determinan un alto porcentaje 51,15% de las muertes totales (corazón: 20,61%; cáncer: 15,42%; diabetes: 7,64%; y enfermedades cerebrovasculares: 7,45%) (MPPS, 2015).
Si bien la etiología de estas enfermedades es de origen multifactorial, un consumidor bien informado, capaz de escoger sus alimentos, está en clara ventaja en relación al desinformado.
Uno de los aspectos cruciales para la promoción de la salud y el desarrollo-comercialización de los alimentos funcionales lo constituyen los mensajes saludables que pueden llegar al consumidor.
En efecto, la información referente a las propiedades saludables de los alimentos es conducida a través de diferentes canales, siendo la prensa escrita, la radio y la televisión, los medios en que se produce con mayor frecuencia la transmisión de esta información.
Esta forma de difusión, si es permanente con respecto a un alimento o a un componente alimentario, produce un impacto evidente en la población, como ha ocurrido con la descripción de los aspectos saludables del vino tinto, cuyo consumo por sí solo no inhibe el desarrollo de enfermedad cardiovascular.
La mayor parte del material empleado es generado y facilitado por las empresas alimentarias. Otra vía efectiva es internet, en donde existe un porcentaje menor de información confiable sobre las características saludables de los alimentos. En su gran parte esta información es sesgada y motivada por diferentes intereses, especialmente los económicos.
Finalmente, la forma de comunicación más directa corresponde a los mensajes saludables que se incluyen en el envase del producto o en material anexo al producto o bien en las variadas formas de mercadeo del alimento. Esta comunicación es la que está más normada por las autoridades de salud y sobre la cual apuntan los esfuerzos de las compañías alimentarias con el propósito de lograr la aprobación de nuevos mensajes saludables.
Por otra parte, la autorización oficial de un mensaje saludable ligado al alimento que se comercializa garantiza un apoyo científico y gubernamental.
La Asociación Dietética Americana (FDA) promueve la prevención de enfermedades a través de la investigación e innovación en el campo de los Alimentos Funcionales. Ofrece su experiencia a la industria alimentaria en relación al diseño de estos productos y trabaja en forma colaborativa con el gobierno de los EEUU para desarrollar las normas de regulación de estos alimentos:
• Son alimentos, no suplementos.
• Deben ser seguros, inocuos.
• No se aceptan reivindicaciones médicas.
• Su etiquetado o promoción no puede ser falso o inducir a engaño.
• Las declaraciones deben referirse a acciones o efectos de un nutriente o de un componente alimentario reconocido y aceptado en forma general.
• Los mensajes pueden ser el producto de un acuerdo internacional de la comunidad científica, y su texto dependerá del contexto cultural o sanitario de cada país en particular, bajo la responsabilidad de la autoridad de salud correspondiente.
Conclusión
Los alimentos funcionales, consumidos como parte de una dieta equilibrada y acompañados de un estilo de vida saludable, ofrecen la posibilidad de mejorar la salud y/o prevenir ciertas enfermedades. El mayor reto para los científicos actualmente y en el futuro será investigar las posibilidades en cuanto a nutrición y estudiar la relación existente entre un alimento o uno de sus componentes y la mejora del estado de salud y bienestar o la disminución de enfermedades.

Es también vital comunicar y educar a los consumidores acerca de los beneficios que suponen para su salud, de manera que estén bien informados para poder escoger mejor los alimentos que consumen.
Fuente:
Alimentos funcionales. Lo Esencial. European food information council http://www.eufic.org/en
Anuario de Mortalidad para Venezuela (2015). Ministerio del Poder Popular para la Salud. Disponible: http://www.ovsalud.org/descargas/publicaciones/documentos-oficiales/Anuario-Mortalidad-2013.pdf
Araya, Héctor y Mariane Lutz. (2003). Alimentos funcionales. Revista Chilena de Nutrición. Vol. 30. N°1. Disponible: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182003000100001