jueves, 11 de febrero de 2016

La Nutrición Fetal. Tema de Interés en la Educación Inicial

Actualmente, existe evidencia considerable del impacto de la nutrición fetal en la condición nutricional y de salud del periodo perinatal y la infancia. En esta etapa de la vida, como en otras, la nutrición está condicionada por diferentes procesos de difícil control y modificación, afectados por la disponibilidad y el aprovechamiento de los nutrientes, con la particularidad de que durante la gestación esta dinámica responde a un modelo de tres compartimientos (madre, placenta, feto), cada uno con sus propios procesos metabólicos, y en interacción simultánea para garantizar el crecimiento y el desarrollo fetal.
En un contexto más amplio, la nutrición fetal también ha adquirido gran relevancia al quedar demostrada la estrecha interrelación entre la nutrición en estas etapas iniciales de la vida y la salud en la vida adulta con base en los mecanismos de programación fetal, lo cual confirma, una vez más, la importancia de esta temática.
La nutrición del feto depende de la ingesta de nutrientes por parte de la embarazada y de los depósitos endógenos maternos de sustratos como precursores para la síntesis de tejido fetal, y como fuentes energéticas para el metabolismo oxidativo fetal; por ende, la dieta se identifica como uno de los principales factores ambientales que influye sobre el desarrollo del embrión y el feto, así como sobre la salud materna. Aún más, en los últimos años se ha evidenciado la importancia que tiene la alimentación de la madre, no solo durante la gestación sino también desde el periodo preconcepcional.
La nutrición inadecuada durante la gestación, independientemente del momento en que esta ocurra, puede causar defectos persistentes en el producto de la gestación, dado por diversos mecanismos como son la reducción del número de células de los tejidos, la modificación en la estructura de los órganos y el cambio en el ajuste de ejes hormonales clave. Sin embargo, las deficiencias nutricionales maternas tendrán diversas consecuencias sobre el desarrollo fetal dependiendo del momento en que ocurran, ya que cada órgano y cada tejido tienen un momento diferente de período crítico de mayor replicación celular, en el cual las inadecuaciones nutricionales provocan mayor impacto negativo en este proceso.
Cuando las deficiencias se producen en la etapa inicial de la gestación los efectos deletéreos sobre el crecimiento fetal son mayores y el producto de la concepción se encuentra más afectado. Si la deficiencia de nutrientes ocurre en la mitad de la gestación, solo se afecta al feto,  mientras que la placenta se hipertrofia como mecanismo compensatorio para mantener el aporte de nutrientes. Cuando las deficiencias de nutricionales ocurren al final de la gestación, su efecto será el retraso del crecimiento que altera la relación feto-placenta. Por último, el impacto a largo plazo de los factores dietéticos dependerá del momento, la duración e intensidad en que se produjo dicha nutrición inadecuada.
El peso, la talla y la composición corporal de la madre pueden relacionarse con su capacidad metabólica y su habilidad para ofertar los nutrientes al feto. El peso preconcepcional materno y la ganancia de peso durante el embarazo se han asociado con el peso al nacer, de allí que una condición nutricional deficitaria o por exceso durante el embarazo, afectaría el peso al nacer.
La desnutrición materna trae consigo diversos efectos en la nutrición del feto, particularmente por las alteraciones tanto del desarrollo como de la función placentaria, de la modulación del sistema endocrino fetal y de la expresión génica.
·   Efectos sobre la placenta: los cambios placentarios pueden ir desde modificaciones en el peso, histomorfología, vasculogénesis y angiogénesis, todo lo cual altera la capacidad de transferencia de macronutrientes indispensables durante la vida fetal para la formación de tejido, así como para la producción de energía para los procesos oxidativos; y también se afecta la plasticidad por lo que el crecimiento y el desarrollo fetal quedan comprometidos.
·     Efectos sobre el sistema endocrino fetal: el embarazo normal implica la producción de hormonas en los compartimientos materno, fetal y placentario. En casos de desnutrición materna, esta secreción puede verse afectada, principalmente por sus efectos sobre la producción de glucocorticoides, factores de crecimiento similares a la insulina y leptina.
·  Efectos sobre la expresión génica: la nutrición de la madre puede programar la susceptibilidad de un individuo a desarrollar enfermedades en la edad adulta a través de cambios epigenéticos del genoma fetal sin alterar la secuencia del ADN.
Las mujeres obesas tienen un riesgo incrementado de padecer hipertensión, preclampsia y diabetes mellitus gestacional (DMG). Esta última, a su vez, si no es controlada, puede llevar a una excesiva transferencia de glucosa al feto, induciendo una hiperglicemia fetal, lo que altera su estructura y función pancreática llevando a un incremento en la secreción de insulina y macrosomía. Así mismo, la obesidad materna está asociada con un aumento del volumen plasmático, incremento de la transferencia placentaria así como de la resistencia a la insulina, lo cual favorece una mayor cantidad de glucosa disponible para el feto de manera permanente.
Del mismo modo, otras sustancias como los triglicéridos, aminoácidos y cetonas son transportados en mayor proporción al feto, de allí que los hijos de madres con DMG muestran un incremento significativo de masa grasa y de porcentaje de grasa corporal cuando se comparan con aquellos nacidos de madres con una tolerancia normal a la glucosa; ello incrementa el riesgo a padecer obesidad en la infancia.
Es importante destacar que ambas formas de malnutrición, por déficit y por exceso, durante el embarazo parecen resultar en una alteración permanente de los mismos circuitos hipotalámicos, por lo que se piensa que se trata de un mismo mecanismo para las dos enfermedades.
Metabolismo y situación endocrina
El metabolismo materno se modifica durante el embarazo para abastecer a la unidad feto-placentaria en todas sus necesidades.
Durante el primer trimestre, las necesidades son principalmente cualitativas para el desarrollo de órganos, dado que el crecimiento embrionario está todavía limitado. En este periodo la hiperfagia y el aumento de la sensibilidad a la insulina permiten que la madre, incluso en condiciones de desnutrición , almacene grasa en el tejido adiposo e incremente su peso corporal neto.
En el segundo trimestre, a partir de las 20 semanas de gestación, el crecimiento fetal es controlado por factores maternos y placentarios. Es difícil estimar la influencia que estos dos compartimientos tienen sobre el crecimiento fetal intrauterino; sin embargo, el retardo del crecimiento intrauterino está caracterizado por una capacidad reducida de la unidad útero-placentaria para suministrar oxígeno y nutrientes al feto.
En el tercer trimestre, el crecimiento fetal llega a ser exponencial y, al mismo tiempo, aumentan las demandas nutricionales fetales para completar el desarrollo de estructuras importantes como el sistema nervioso central. Con objeto de adaptarse a esta nueva condición, el metabolismo materno se desplaza de la situación anabólica del primer trimestre, a una situación catabólica donde la progesterona, el cortisol, la prolactina y la leptina dan lugar a una disminución de la reactividad a la insulina con un incremento consecuente de los niveles plasmáticos de ácidos grasos libres y glicerol.
Hoy día, se piensa que la dieta materna, el estado nutricional y la situación metabólica a que este conduce, son probablemente los factores maternos que más pudieran influenciar en la nutrición fetal.

Fuente:

Ingrid Rached Sosa y Luisana Caraballo (2014). Nutrición Fetal. En Nutrición en el Embarazo. Cap II, p.45-79. CANIA. Empresas Polar. Caracas.

2 comentarios:

  1. RECIBAN UN SALUDO CORDIAL
    el tema a desarrollar es la nutrición fetal:
    Es muy importante la alimentación en esta etapa inicial del embarazo, Independientemente de que tu estés o no estés embarazada, una dieta saludable incluye proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y mucha agua. existen pautas de nutrición que pueden ayudar a determinar cuántas raciones de cada grupos de alimenticios deben comer cada día. Comer una variedad de alimentos en las proporciones indicadas es un buen paso para mantenerse sano. es importante. una dieta para el buen desarrollo del feto y la madre, ya que abusar de una mala alimentación podría traer posibles consecuencias en el desarrollo fetal tales como: mal formaciones congénitas, retraso en el desarrollo del feto, adelantamiento del parto, que no se desarrolle los órganos del bebe y alteraciones en el metabolismo entre otras enfermedades.
    hoy día se piensa que el comer bien es comer de mas, es decir que pueda consumir todo tipo de alimentos sean saludable o no al contrario se debe considerar lo que comen una mujer embarazada debería buscar asesoría en caso que la desconozca ya que esta en la etapa mas importante de la vida la gestación y evitar comer alimento que podrían acarrear consecuencias y enfermedades a corto y largo plazo de la vida.
    CASTILLO INLENE MARILIN.

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  2. Es muy interesante esta lectura porque en esta etapa de la vida, como en otras, la nutrición está condicionada por diferentes procesos de difícil control y modificación, afectados por la disponibilidad y aprovechamiento de los nutrientes. La nutrición del feto depende de la ingesta de nutrientes por parte de la embarazada y de los depósitos endógenos maternos durante de sustratos para la síntesis de tejido fetal y como fuentes energéticas para el metabolismo oxidativo fetal, por ende, la dieta se identifica como uno de los principales factores ambientales que influye sobre el desarrollo del embrión y el feto, así como sobre la salud materna. Yuvelis Sosa

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