jueves, 11 de enero de 2018

Lo que esconden nuestros alimentos

Cuando comemos un pescado, una ensalada o un trozo de pan, estamos ingiriendo mucho más de lo que vemos a simple vista. En realidad, más de lo que ni siquiera imaginamos.
Y es que nadie diría que un suculento pescado o un buen guiso de carne pueda contener hidrocarburos aromáticos policíclicos, dioxinas, metales pesados, compuestos orgánicos polibromados o bifeniles policlorados (PCB).
Y sin embargo, están ahí y aunque sus concentraciones son muy pequeñas, el organismo humano los va acumulando y pueden acabar causando enfermedades muy graves.

Algo más de lo que vemos
Todos estos tóxicos están en la comida de cada día, pero sus concentraciones y su toxicidad son muy diversas. Los niveles de los cuatro metales pesados, arsénico, mercurio, plomo y cadmio, se encentran considerablemente por debajo de la ingesta máxima tolerable, por lo que la dieta no supone un riesgo importante.
Tampoco los hidrocarburos aromáticos ni el hexaclorobenceno suponen un riesgo apreciable, compuestos de bromo y éteres policlorados de algunos grupos de alimentos sugieren, que en determinadas circunstancias, algunos grupos de la población están actualmente superando los límites de exposición a estos contaminantes, fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Picogramos Aceptables
Por ejemplo, en el caso de las dioxinas y de los PCB, dos de los tóxicos más peligrosos, los adultos están ingiriendo cada día unos 3,5 picogramos (pg) de ambos contaminantes por kilo de peso corporal.
Y esto está muy cerca del máximo admisible, que está entre 1 y 4 pg, según la OMS. Tan cerca que determinadas dietas pueden superar claramente este nivel, sobre todo las más ricas en grasas y en el consumo de determinados productos, como pescados y mariscos.
Por grupos de edad, los niños también pueden superar fácilmente este nivel máximo, ya que comen mayor cantidad de alimento por kilo de peso corporal. Un picogramo es una billonésima de gramo o sea 0,000000000001 gramos.
Cuesta trabajo hacernos la idea de cómo, cantidades tan pequeñas pueden acabar teniendo consecuencias sobre la salud.
Efectos carcinógenos

De todas estas sustancias preocupan sus efectos carcinógenos. Pero también producen otros daños, como alteraciones sobre el sistema hormonal, reproductor, e inmunológico.
La relación de sus efectos es larga y extensa, y su evaluación muy complicada. Generalmente la ingesta se produce en cantidades ínfimas, pero el cuerpo los acumula y pueden acabar produciendo daños a largo plazo.
Algunos alimentos aportan muchos más tóxicos que otros. El pescado y los mariscos son generalmente los más contaminados por casi todas las sustancias, las carnes, grasas, aceites, lácteos y cereales poseen cantidades significativas de contaminantes.
Los alimentos que se consideran menos contaminados son las frutas, las legumbres, los tubérculos y las verduras.
La presencia de elevados niveles de contaminantes en ciertos alimentos no quiere decir, necesariamente, que la dieta total pase por encima de los límites tolerables.
Por ejemplo, se han encontrado niveles altos de metales pesados en el pescado y los mariscos, pero lo importante es que el consumo de pescado en las cantidades habituales, no plantea ningún inconveniente serio para la salud. También se sugiere reducir la ingesta de carnes grasas y consumir productos lácteos desnatados, ya que el sabor varía poco, pero su contenido en contaminantes es mucho menor que el de la leche entera. El motivo es que muchos son liposolubles y se acumulan en las grasas.
Más frutas y verduras
Una recomendación general para disminuir la ingesta de contaminantes es aumentar el consumo de verduras y frutas y reducir el consumo de alimentos grasos. Los niños son el grupo de edad más expuesto a los contaminantes.

El motivo es que ingieren mayor cantidad de alimento por kilo de peso corporal. Además, el tipo de dieta no ayuda, ya que los niños suelen comer poca verdura y fruta e ingieren muchos lácteos, carnes y cereales.
Comparativamente, la dieta de los ancianos es la más saludable, porque suele incorporar muchos vegetales y es menos grasa.
Fuente:
Ministerio de Educación y Deportes.- Cenamec (2004)
Colección: Saber más… vivir más. Serie: Comiendo Sano
Textos: Maruja Casanova

Depósito legal CD516200471

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