jueves, 5 de julio de 2018

Estrategia para fomentar estilos de vida saludables


La carta de Ottawa propone: “La salud se crea y se vive en el marco de la vida cotidiana; en los centros de enseñanza, de trabajo y de recreo; la salud es el resultado de los cuidados que uno se dispensa a sí mismo y a los demás, de la capacidad de tomar decisiones y controlar la vida propia, y de asegurar que la sociedad en que uno vive ofrezca a todos sus miembros la posibilidad de gozar de un buen estado de salud”.
Dentro de este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto la promoción de la salud desde la escuela, como requisito previo de la salud como un compromiso de los Estados y Gobiernos  frente a las metas del milenio.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), propone la estrategia de Promoción de la Salud Mediante la Escuela, que “facilita que autoridades, escuela, comunidad y los servicios locales de salud potencialicen la capacidad de desarrollar conocimientos, actitudes y prácticas de promoción de la salud y de prevenir los factores y condiciones de riesgo en las nuevas generaciones.
La promoción de la salud escolar también contribuye a disminuir el abandono y la repitencia escolar, ambos factores de riesgo para la salud y el desarrollo humano”. Este programa se basa en la participación social en torno a los proyectos de mejoramiento de la promoción de la salud escolar, que se han desarrollado en diferentes países en asociación intersectorial con el Ministerio de Salud y Educación, el Fondo de Inversión Social, la OPS/OMS y la UNICEF.
La propuesta es un gran avance en términos de impulsar, desde los primeros años, la conciencia de configurar la propia vida y ser motores para contribuir a hacerlo con los que rodean a quien aprende en primera instancia.
Esto posibilitaría la construcción de una cultura de la salud, a través de la formación de estilos de vida saludables, en el fomento de actitudes y comportamientos para una vida sana; la construcción de políticas, prácticas y valores para vivir, que fomenten la autoestima del individuo, provean oportunidades de éxito, de logros personales, de convivencia pacífica, como base para un mundo feliz. La construcción de espacios físicos que protejan la salud da una mayor conciencia respecto a las relaciones que se establecen con el medio ambiente físico y psicosocial (OPS).
Dentro de las alternativas para lograr mejorar los estilos de vida que involucran aspectos de tipo socioeducativo se incluyen, por ejemplo, las campañas de prevención del tabaquismo, del consumo de alcohol, las de promoción del ejercicio físico o las de promoción de la salud, y se dirigen a grupos sociales o sociedades enteras.
Los anteriores son factores de riesgo dentro de un estilo de vida, pero hay que considerar que: “La educación para la salud es toda actividad libremente elegida, que participa en un aprendizaje de la salud o de la enfermedad”, es decir, es un cambio relativamente permanente de las disposiciones o de las capacidades del sujeto.
Una educación para la salud, eficaz, puede así producir cambios a nivel de los conocimientos, de la comprensión o de las maneras de pensar; puede influenciar o clarificar los valores; puede determinar cambios de actitudes y de creencias; puede facilitar la adquisición de competencias; incluso, puede producir cambios de comportamientos o de modos de vida”.
La función de “facilitar” ya implica las características que ha de tener el papel del educador, considerando a este como un facilitador de los cambios voluntarios de comportamiento, es decir, entendiendo la naturaleza de la tarea educativa para la salud como una relación de ayuda y apoyo, no impositiva, y en la que el elemento fundamental de la relación educativa es el que aprende.
Considerar que los cambios de comportamiento que pretende lograr la educación para la salud han de ser “voluntarios”, implica una percepción antropológica de que todo individuo posee un modo de vida propio, que viene condicionado por su herencia, su desarrollo, su cultura y su entorno, y que, por tanto, cada persona tiene su propia forma de comportarse, sus actitudes, sus valores, sus experiencias y sus conocimientos específicos. Pero, al mismo tiempo, supone una concepción de la educación para la salud como proceso facilitador de cambios en los estilos de vida de los sujetos, que estos podrán asumir o no, sin ejercer ningún tipo de manipulación conductual sobre ellos.
Los “comportamientos saludables” que se pretende conseguir con los proyectos educativos para la salud son aquellos que nos permiten mejorar nuestro estado de salud. Con ello se alude no solo al resultado de las actividades educativas, sino también a la influencia de las acciones emanantes de diversas instancias sobre la salud, esto es, sobre las condiciones de vida, ambientales o de servicios prestados a la población.
Desde una perspectiva intervencionista, la educación para la salud se ha considerado como un proceso propositivo de aprehensión de patrones relativos al mantenimiento y promoción de la salud. Este proceso tenderá a crear hábitos que lleven a unas conductas referidas a estilos de vida sanos. La OMS, ya en los años 50, afirmaba que la finalidad de la educación sanitaria es “ayudar a los sujetos a conseguir la salud mediante su propio comportamiento”.
Esta finalidad no debe ser absoluta, en el sentido de que esta acción educativa resulta ser uno de los instrumentos de la promoción de la salud y de la acción preventiva, que ayuda al individuo a adquirir un conocimiento científico sobre problemas y comportamientos útiles, para alcanzar el objetivo salud. Para que se generen reales acciones de defensa de la salud, se debe implicar responsablemente al individuo y al grupo en las acciones de defensa de la salud, es decir, debe aparecer un compromiso de cambio.
Las acciones preventivas evitan la aparición de un problema, pero las acciones previsivas promulgan acciones positivas hacia la previsión que tiene el fin de reforzar o fomentar los factores protectores de la salud y mejorar el ambiente de la persona, para que sea cada día más útil, saludable y feliz.
Se pone de manifiesto la interrelación de los problemas individuales y colectivos, respecto tanto al ambiente físico-social, como con los aspectos de salud, vida y política. Por lo tanto, el concepto de educación para la salud debe ser integrador y positivo. “Cuando nos referimos a la educación, creemos que debemos hacer hincapié en su aspecto globalizador, el hombre que es un todo, es una realidad, bio/físico/social, donde las relaciones son parte fundamental. Creemos que los conocimientos referidos a la salud, en todos sus aspectos, deben ser incluidos en el currículum, tratándose en los niveles y materias que corresponda.
Para los alumnos, la educación para la salud debe ser percibida como un elemento más en el quehacer cotidiano de la escuela. Si la educación para la salud se lleva a la escuela de manera global e integrada en el currículum, afectará a toda la población escolar a lo largo del período de escolaridad obligatoria, período suficientemente largo para que la acción educativa haya generado conductas óptimas referidas al patrón salud.
La carta de Bangkok, para la promoción de la salud en un mundo globalizado, del 2005, establece las medidas, los compromisos y las promesas necesarias para abordar los problemas de salud en un mundo globalizado, todo esto fomentando lo propuesto en la carta de Ottawa. Considera dentro de sus destinatarios al sector privado e involucra como factores críticos el desarrollo de nuevas formas de consumo y comunicación, así como las medidas de comercialización.
Involucra como compromisos clave lograr que la promoción de la salud sea un componente primordial de la agenda de desarrollo mundial, una responsabilidad de todo gobierno, un objetivo fundamental de las comunidades y de la sociedad civil, y un requisito para las buenas prácticas empresariales.

Fuente: Cáez, G.,  y  Casas N.,  (2007). Formar en un estilo de vida saludable: otro reto para la ingeniería y la industria. educ.educ., 2007, Volumen 10, Número 2, pp. 103-117.
















2 comentarios:

  1. este articulo nos enseñas a que se debe ser un participante activo y dinámico y así estar bien de salud con una buena alimentación y ejercicios

    ResponderBorrar
  2. excelente artículo, sobretodo para nosotros que nos estamos formando como docentes de primaria, me gusto mucho.

    ResponderBorrar