El
hierro es un nutriente esencial para el óptimo desarrollo mental, motor y
conductual. Está presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para
procesos fisiológicos, como la producción de hemoglobina y la función
enzimática. Generalmente, la deficiencia de hierro (DH) se produce cuando el
hierro ingerido mediante la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades
de este nutriente.
Debido
a que las necesidades de hierro son mayores durante los periodos de crecimiento
rápido o cuando ocurren frecuentes pérdidas de sangre (por ejemplo durante la
menstruación o en el sangrado intestinal), los lactantes, niños, embarazas y
mujeres en edad reproductiva se encuentran en un alto riesgo para desarrollar
deficiencia de hierro.
Al
igual que ocurre con otras deficiencias de micronutrientes, la DH generalmente
no es evidente incluso cuando ya ha afectado negativamente procesos
fisiológicos fundamentales. En su estado más avanzado, cuando las reservas de
hierro han sido agotadas, se produce la anemia.
La
anemia es definida como la insuficiencia de hemoglobina o de glóbulos rojos en
la sangre. La anemia provocada por la deficiencia de hierro es denominada como
anemia por deficiencia de hierro (ADH). Si bien la deficiencia de hierro es la
causa principal de la anemia, es importante reconocer que puede ser producida
por otras causas: otras deficiencias nutricionales, por ejemplo de las
vitaminas B12, B6 y vitamina A, riboflavina y ácido fólico; enfermedades
crónicas e inflamatorias; condiciones que causan pérdidas sanguíneas o
hemólisis (por ejemplo, parasitosis como las uncinariasis o malaria, o pérdidas
de sangre debidas a hemorragia); y hemoglobinopatías.
La magnitud de la deficiencia de
hierro
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado a la (DH) como la
deficiencia nutricional más común en el planeta y, potencialmente, afecta a
casi 5 mil millones de personas.
Tradicionalmente,
la prevalencia de la deficiencia de hierro ha sido estimada a partir de la
prevalencia de la anemia, asumiendo que aproximadamente la mitad de todos los
casos de anemia se deben a la (DH). Sin embargo, debido a que la anemia puede
ser producida por diversos factores, esto puede haber sobreestimado la
verdadera prevalencia de la anemia por deficiencia de hierro. Pese a ello, la
elevada prevalencia de anemia encontrada en lactantes y niños pequeños en la
mayoría de los países en desarrollo, indica que la deficiencia de hierro es un
serio, difundido y persistente problema para la salud pública.
Bajo
condiciones normales, los lactantes deberían tener suficientes reservas de
hierro al nacimiento, las que deberían durar aproximadamente durante los
primeros 6 a 8 meses de vida. Sin embargo, por varios motivos, muchos lactantes
no pueden alcanzar este objetivo:
1)
Inadecuados niveles de hierro de la madre durante el embarazo
2)
Prematuridad (< a 37 semanas de gestación) y bajo peso al nacer (< a 2500
gramos)
3)
Prácticas inapropiadas en relación a la ligadura del cordón umbilical (por
ejemplo, el pinzamiento inmediato o antes de que cese el latido del cordón)
después del nacimiento
En
muchos países en América Latina y el Caribe, así como en otras regiones del
mundo, la deficiencia de hierro de las madres es prevalente, el peso bajo al
nacer y los nacimientos prematuros son frecuentes; y el pinzamiento inmediato
del cordón umbilical es practicado con frecuencia. Además, la introducción de
líquidos y sólidos antes de los 6 meses de edad es común; todo esto contribuye
a la carencia de hierro.
La importancia de la prevención
de la deficiencia de hierro durante la infancia
La
anemia por deficiencia de hierro que ocurre durante la infancia y la niñez
temprana está asociada con pobres resultados en las áreas cognitiva, motora y/o
social/emocional, en comparación con niños que no la han padecido. Incluso son
de mayor preocupación, los resultados de estudios que demostraron la existencia
de deficiencias permanentes del desarrollo en lactantes anémicos o crónicamente
deficientes de hierro y que recibieron tratamiento para corregir esta
deficiencia o para corregir la anemia.
Un
estudio realizado en lactantes de 6 meses de edad, mostró que los niños con
anemia por deficiencia de hierro presentaban menores tiempos de conducción para
las respuestas auditivas del tallo cerebral, en comparación con controles
normales, lo cual sugiere que existiría una alteración de la mielinización
neuronal en los lactantes con anemia por deficiencia de hierro. También es
preocupante que 4 años más tarde, luego del tratamiento para corregir la
anemia, estos niños continuaban presentando resultados deficientes en
comparación con los niños del grupo control.
La
prevención es doblemente importante, ya que el hierro administrado en exceso
también tiene consecuencias negativas. Los suplementos con hierro,
administrados a lactantes que tienen reservas adecuadas de hierro o que viven
en regiones donde la malaria es endémica, pueden tener efectos negativos en
relación a su crecimiento e incremento de la morbilidad y mortalidad. Por lo
tanto, las intervenciones de salud pública para evitar los efectos negativos de
la deficiencia del hierro y de la anemia por deficiencia de hierro, deben estar
claramente orientados hacia su prevención.
El
mejorar los niveles de hierro al nacimiento y el promover prácticas de
nutrición apropiadas durante los primeros 6 meses de vida, ayudarán a la prevención
de la deficiencia de hierro y de la anemia por deficiencia de hierro durante
este período, antes de que otras prácticas apropiadas de alimentación sean
promovidas.
Fuente:
OPS:
Asegurando un inicio saludable para un
desarrollo futuro: El hierro durante los primeros seis meses de vida.
http://www1.paho.org/hq/dmdocuments/2011/Iron_Nutrition%20SPA.pdf
Felicitaciones Profesor de la Cruz! Gracias por compartirlo! Se trata de un tópico muy importante dada la situación actual de pobreza global en Venezuela. Debemos orientar a las familias hacia la alimentación con productos de alto contenido en hierro como las vísceras de animales como: hígado, riñones, sesos, bazo (pajarilla) y otros disponibles, cuyo precio en el mercado es inferior al de la carne, pollo y pescado, siempre acompañado de vegetales de color verde fuerte como las espinacas y las acelgas y los cereales integrales. Es importante recordar que la vitamina C favorece la absorción del hierro y también que debemos promocionar la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, dado que la leche materna tiene mayor contenido de hierro que la de la vaca y su absorción es superior. La educación alimentaria es un tema apasionante y primoridal para ir orientando la cultura alimentaria hacia los mejores alimentos disponibles y asequibles en cada temporada.
ResponderBorrarEl hierro es un nutriente esencial para el desarrollo mental, motor y es conductual. Está presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para procesos fisiológicos, como la producción de hemoglobina y la función enzimática. Generalmente, la deficiencia de hierro (DH) siempre se produce cuando el hierro ingerido mediante la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades de este nutriente. Al igual que ocurre con otras deficiencias de micronutrientes, la DH generalmente no es evidente incluso cuando ya ha afectado negativamente procesos fisiológicos fundamentales. En su estado más avanzado, cuando las reservas de hierro han sido agotadas, se produce la anemia. La prevención es doblemente importante, ya que el hierro administrado en exceso también tiene consecuencias negativas. Los suplementos con hierro, administrados a lactantes que tienen reservas adecuadas de hierro o que viven en regiones donde la malaria es endémica, pueden tener efectos negativos en relación a su crecimiento. Yuvelis Sosa
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