jueves, 24 de noviembre de 2016

Asegurando un inicio saludable para un desarrollo futuro: El hierro durante los primeros seis meses de vida

El hierro es un nutriente esencial para el óptimo desarrollo mental, motor y conductual. Está presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para procesos fisiológicos, como la producción de hemoglobina y la función enzimática. Generalmente, la deficiencia de hierro (DH) se produce cuando el hierro ingerido mediante la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades de este nutriente.
Debido a que las necesidades de hierro son mayores durante los periodos de crecimiento rápido o cuando ocurren frecuentes pérdidas de sangre (por ejemplo durante la menstruación o en el sangrado intestinal), los lactantes, niños, embarazas y mujeres en edad reproductiva se encuentran en un alto riesgo para desarrollar deficiencia de hierro.
Al igual que ocurre con otras deficiencias de micronutrientes, la DH generalmente no es evidente incluso cuando ya ha afectado negativamente procesos fisiológicos fundamentales. En su estado más avanzado, cuando las reservas de hierro han sido agotadas, se produce la anemia.
La anemia es definida como la insuficiencia de hemoglobina o de glóbulos rojos en la sangre. La anemia provocada por la deficiencia de hierro es denominada como anemia por deficiencia de hierro (ADH). Si bien la deficiencia de hierro es la causa principal de la anemia, es importante reconocer que puede ser producida por otras causas: otras deficiencias nutricionales, por ejemplo de las vitaminas B12, B6 y vitamina A, riboflavina y ácido fólico; enfermedades crónicas e inflamatorias; condiciones que causan pérdidas sanguíneas o hemólisis (por ejemplo, parasitosis como las uncinariasis o malaria, o pérdidas de sangre debidas a hemorragia); y hemoglobinopatías.
La magnitud de la deficiencia de hierro
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado a la (DH) como la deficiencia nutricional más común en el planeta y, potencialmente, afecta a casi 5 mil millones de personas.
Tradicionalmente, la prevalencia de la deficiencia de hierro ha sido estimada a partir de la prevalencia de la anemia, asumiendo que aproximadamente la mitad de todos los casos de anemia se deben a la (DH). Sin embargo, debido a que la anemia puede ser producida por diversos factores, esto puede haber sobreestimado la verdadera prevalencia de la anemia por deficiencia de hierro. Pese a ello, la elevada prevalencia de anemia encontrada en lactantes y niños pequeños en la mayoría de los países en desarrollo, indica que la deficiencia de hierro es un serio, difundido y persistente problema para la salud pública.
Bajo condiciones normales, los lactantes deberían tener suficientes reservas de hierro al nacimiento, las que deberían durar aproximadamente durante los primeros 6 a 8 meses de vida. Sin embargo, por varios motivos, muchos lactantes no pueden alcanzar este objetivo:
1) Inadecuados niveles de hierro de la madre durante el embarazo
2) Prematuridad (< a 37 semanas de gestación) y bajo peso al nacer (< a 2500 gramos)
3) Prácticas inapropiadas en relación a la ligadura del cordón umbilical (por ejemplo, el pinzamiento inmediato o antes de que cese el latido del cordón) después del nacimiento
En muchos países en América Latina y el Caribe, así como en otras regiones del mundo, la deficiencia de hierro de las madres es prevalente, el peso bajo al nacer y los nacimientos prematuros son frecuentes; y el pinzamiento inmediato del cordón umbilical es practicado con frecuencia. Además, la introducción de líquidos y sólidos antes de los 6 meses de edad es común; todo esto contribuye a la carencia de hierro.
La importancia de la prevención de la deficiencia de hierro durante la infancia
La anemia por deficiencia de hierro que ocurre durante la infancia y la niñez temprana está asociada con pobres resultados en las áreas cognitiva, motora y/o social/emocional, en comparación con niños que no la han padecido. Incluso son de mayor preocupación, los resultados de estudios que demostraron la existencia de deficiencias permanentes del desarrollo en lactantes anémicos o crónicamente deficientes de hierro y que recibieron tratamiento para corregir esta deficiencia o para corregir la anemia.
Un estudio realizado en lactantes de 6 meses de edad, mostró que los niños con anemia por deficiencia de hierro presentaban menores tiempos de conducción para las respuestas auditivas del tallo cerebral, en comparación con controles normales, lo cual sugiere que existiría una alteración de la mielinización neuronal en los lactantes con anemia por deficiencia de hierro. También es preocupante que 4 años más tarde, luego del tratamiento para corregir la anemia, estos niños continuaban presentando resultados deficientes en comparación con los niños del grupo control.
La prevención es doblemente importante, ya que el hierro administrado en exceso también tiene consecuencias negativas. Los suplementos con hierro, administrados a lactantes que tienen reservas adecuadas de hierro o que viven en regiones donde la malaria es endémica, pueden tener efectos negativos en relación a su crecimiento e incremento de la morbilidad y mortalidad. Por lo tanto, las intervenciones de salud pública para evitar los efectos negativos de la deficiencia del hierro y de la anemia por deficiencia de hierro, deben estar claramente orientados hacia su prevención.
El mejorar los niveles de hierro al nacimiento y el promover prácticas de nutrición apropiadas durante los primeros 6 meses de vida, ayudarán a la prevención de la deficiencia de hierro y de la anemia por deficiencia de hierro durante este período, antes de que otras prácticas apropiadas de alimentación sean promovidas.
Fuente:

OPS: Asegurando un inicio saludable para un desarrollo futuro: El hierro durante los primeros seis meses de vida. http://www1.paho.org/hq/dmdocuments/2011/Iron_Nutrition%20SPA.pdf

2 comentarios:

  1. Felicitaciones Profesor de la Cruz! Gracias por compartirlo! Se trata de un tópico muy importante dada la situación actual de pobreza global en Venezuela. Debemos orientar a las familias hacia la alimentación con productos de alto contenido en hierro como las vísceras de animales como: hígado, riñones, sesos, bazo (pajarilla) y otros disponibles, cuyo precio en el mercado es inferior al de la carne, pollo y pescado, siempre acompañado de vegetales de color verde fuerte como las espinacas y las acelgas y los cereales integrales. Es importante recordar que la vitamina C favorece la absorción del hierro y también que debemos promocionar la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, dado que la leche materna tiene mayor contenido de hierro que la de la vaca y su absorción es superior. La educación alimentaria es un tema apasionante y primoridal para ir orientando la cultura alimentaria hacia los mejores alimentos disponibles y asequibles en cada temporada.

    ResponderBorrar
  2. El hierro es un nutriente esencial para el desarrollo mental, motor y es conductual. Está presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para procesos fisiológicos, como la producción de hemoglobina y la función enzimática. Generalmente, la deficiencia de hierro (DH) siempre se produce cuando el hierro ingerido mediante la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades de este nutriente. Al igual que ocurre con otras deficiencias de micronutrientes, la DH generalmente no es evidente incluso cuando ya ha afectado negativamente procesos fisiológicos fundamentales. En su estado más avanzado, cuando las reservas de hierro han sido agotadas, se produce la anemia. La prevención es doblemente importante, ya que el hierro administrado en exceso también tiene consecuencias negativas. Los suplementos con hierro, administrados a lactantes que tienen reservas adecuadas de hierro o que viven en regiones donde la malaria es endémica, pueden tener efectos negativos en relación a su crecimiento. Yuvelis Sosa

    ResponderBorrar