jueves, 20 de junio de 2019

El derecho a la protección en salud de los escolares


En todo el mundo hay demasiados niños sometidos a la violencia, la explotación y el abuso. Algunos tienen que trabajar a la fuerza en condiciones peligrosas. Otros se enfrentan a la violencia o los malos tratos en sus hogares, sus escuelas, sus comunidades o cuando reciben atención institucional.
La protección de la infancia, se refiere a “las labores de prevención y respuesta a la violencia, la explotación y el abuso contra niños y niñas” (UNICEF, 2006), como por ejemplo, la explotación sexual, la trata, el trabajo infantil y prácticas tradicionales perniciosas como la mutilación/escisión genital de la mujer y el matrimonio adolescente.
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989) describe los derechos fundamentales de la infancia, entre ellos el derecho a la protección contra la explotación económica y el trabajo perjudicial, contra toda forma de explotación y abuso sexual, y contra la violencia física y mental, además de garantizar el derecho a la salud plena y que los niños y niñas no serán separados de su familia contra su voluntad.
Estos derechos fueron desarrollados de manera más minuciosa posteriormente mediante dos Protocolos Facultativos de la Convención. Uno de ellos se refiere a la venta de niños y a la prostitución y pornografía infantil, y el otro a la participación de los niños en los conflictos armados.
Los programas de protección de la infancia están dirigidos a los niños y niñas especialmente vulnerables a esos abusos, como los que no reciben los cuidados de sus progenitores, han transgredido las leyes o viven en conflictos armados. En todos los países se conculca el derecho de la infancia a la protección, un grave obstáculo, poco reconocido y denunciado, para su supervivencia y desarrollo, y una violación además de sus derechos humanos.
Los niños y niñas sometidos a la violencia, la explotación, el abuso y el abandono corren peligro de muerte, de sufrir deficiencias físicas y mentales, de contraer el VIH/SIDA, de tener problemas educativos, de quedar desplazados, de carecer de vivienda, de salud y de empleo, y de no haber podido adquirir las aptitudes adecuadas para criar a sus hijos.
La creación de un ambiente protector para la infancia que ayude a prevenir y responder a la violencia, el abuso y la explotación incluye ocho elementos esenciales:
1. fortalecer el compromiso y la capacidad del gobierno de satisfacer el derecho a la protección de la infancia;
2. fomentar la sanción y aplicación de normas judiciales adecuadas; contrarrestar las aptitudes, costumbres y prácticas perjudiciales;
3. promover un debate franco y abierto sobre estas cuestiones que incluya a los medios de comunicación y los aliados de la sociedad civil;
4. desarrollar las aptitudes necesarias para la vida práctica, así como los conocimientos y la participación de niños y niñas;
5. fomentar la capacidad de las familias y comunidades;
6. prestar servicios esenciales de prevención, recuperación y reintegración, incluidos la salud básica, educación y protección; y,
7. establecer y ejecutar medidas.
Datos y cifras
• Se calcula que unos 126 millones de niños y niñas de 5 a 17 años de edad realizan trabajos peligrosos. • Más de un millón de niños y niñas son detenidos en todo el mundo por las autoridades policiales. • Se calcula que en el mundo hay más de 130 millones de mujeres y niñas a quienes se les ha practicado alguna forma de mutilación genital.

La protección de los escolares y los objetivos De desarrollo del milenio (ODM)
Durante la Cumbre del Milenio de septiembre de 2000, en la que se gestó la Declaración del Milenio, en la que los países del mundo resolvieron:
.- Tratar de lograr la protección y el fomento de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos.
.- Combatir todas las formas de violencia contra las mujeres y poner en práctica la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
.- Alentar la ratificación y aplicación plena de la Convención sobre los Derechos del Niño y sus protocolos facultativos referidos a la participación de los niños y niñas en los conflictos armados, y a la venta de niños y la prostitución y pornografía infantil.
Posteriormente los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los dirigentes mundiales se comprometieron a lograr la vigencia plena de los derechos de los niños y niñas a la supervivencia, la salud, la educación, la protección y la participación, entre otros.
Tanto la Declaración como los ODM fueron posteriormente ratificados en la Cumbre Mundial de 2005. Ambos instrumentos, que se basan en derechos humanos fundamentales, representan un marco de referencia para que todo el sistema de las Naciones Unidas trabaje de manera coherente en la conquista de diversos objetivos concretos sobre desarrollo humano.
Las cuestiones relacionadas con la protección de la infancia guardan relación con todos y cada uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, desde la eliminación de la pobreza y el aumento del acceso de los niños a la educación escolar y la salud, hasta la eliminación de la desigualdad basada en el género y la reducción de la mortalidad infantil.
Un análisis minucioso de los ODM indica que no es posible conquistar ninguno de ellos a menos que la protección de la infancia forme parte integral de las estrategias y planes de programación.
Si no se brinda protección a la infancia ante las amenazas como la violencia en la escuela, el trabajo infantil, las prácticas tradicionales nocivas, la falta de cuidado por parte de las madres y padres y la explotación sexual, se desperdicia uno de los recursos más preciosos del mundo. Mediante la prestación de servicios a los sectores más vulnerables y aislados de la población se ayuda a garantizar la buena salud y el bienestar de todos, lo que resulta indispensable para el logro de los Objetivos de Desarrollo.
Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre
Objetivo 2: Lograr la educación primaria universal
Objetivo 3: Promover la igualdad de géneros y la autonomía de la mujer
Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil
Objetivo 5: Mejorar la salud materna
Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
Objetivo 8: Establecer una alianza mundial para el desarrollo
Crear un entorno protector a la infancia
Un entorno protector que abarque todos los ámbitos de la vida social –en el cual las leyes, los servicios, los comportamientos y las prácticas minimicen la susceptibilidad de los niños a los riesgos y fortalezcan su capacidad de recuperación puede ayudar a prevenir muchas modalidades de violencia, explotación y abuso.
En 2008, UNICEF adoptó una nueva Estrategia de Protección del Niño que describe minuciosamente los componentes que debe tener un entorno protector. Esta estrategia insta a utilizar enfoques sistemáticos y a poner en marcha iniciativas que conduzcan a modificar las actitudes, las costumbres y las prácticas sociales que conllevan a la violación de los derechos de los niños.
La estrategia se basa en el amplio marco internacional sobre protección de la infancia y en las recomendaciones pertinentes que figuran en el Estudio del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, las Niñas y los Adolescentes. Hace hincapié en la responsabilidad que tienen los gobiernos de implantar los mejores sistemas posibles para proteger a los niños, independientemente de la edad, las discapacidades, el origen étnico y la religión.
La estrategia propone cinco fórmulas para crear un entorno general favorable a la infancia:
3.1. Mejorar los sistemas de protección de la infancia
3.2. Promover el cambio social
3.3. Reforzar la protección de los niños en situaciones de emergencia
3.4. Fomentar las asociaciones para lograr mejores resultados.
3.5. Fortalecer la base de datos empíricos
Adicionalmente, hay pocas metodologías rigurosas de evaluación e investigación, sobre todo para apreciar las consecuencias de las intervenciones de carácter preventivo.
Pese a lo anterior, se han registrado notables progresos. Las encuestas por hogares son una herramienta útil para obtener información pormenorizada, al menos sobre algunos de los aspectos más relevantes de la protección de la infancia, y UNICEF reúne datos a nivel mundial sobre diversos temas. (Como podemos desde las Universidades reflexionar, visibilizar y revertir la situación de nuestro país. Es un compromiso ineludible.)
Fuente
Antonio Sáez Crespo, Miguel Fuentes Rodríguez, Ricardo Becerro de Bengoa, Marta Losa Iglesias. (Editores. 2012). Los derechos de los escolares y los jóvenes a la salud. 4to Forum de Salud. Asociación Española de Medicina  y Salud Escolar y Universitaria.

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