martes, 14 de abril de 2015

¿Existe relación entre la nutrición y la educación?

Diversos estudios a nivel internacional aportan evidencia sustancial de como la desnutrición en los primeros años de vida afecta el crecimiento del cerebro, el sistema inmunológico, el desarrollo intelectual y socioemocional en los niños y niñas pequeños lo cual tiene enorme repercusión en la adolescencia y la edad adulta. 

Estas investigaciones cobran significativa importancia durante la escolaridad, ya que los problemas nutricionales afectan especialmente los estratos socioeconómicos más deprimidos de la sociedad, en la edad escolar, esto se traduce en altos índices de deserción escolar, problemas de aprendizaje y bajo ingreso a la educación superior, lo cual limita el desarrollo de los pueblos. Por lo tanto se alcanzaría un claro beneficio económico e  incremento de la productividad del adulto, con la implantación de políticas gubernamentales exitosas al prevenir la desnutrición infantil.

Dentro de estos trabajos se destaca la investigación realizada por Leiva y Col (2001), quienes estudiaron el impacto del estado nutricional en el desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar, en el marco de un enfoque multifactorial de 200 escolares Chilenos pobres egresados de la educación media, de edades de 17.5 ± 0.8  y en donde los procesos físicos e intelectuales estaba consolidados. El desarrollo cerebral fue evaluado por resonancia magnética por imágenes (RMI), el coeficiente intelectual (CI) por medio del test de Weschelr-R, el cual correlacionó alta y significativamente con el Test de Matrices Progresivas de Raven validado para la población chilena. El rendimiento escolar se determinó a través de las baterías de pruebas de castellano y matemática.

Los resultados mostraron que los escolares con indicadores de desnutrición presentaron un volumen encefálico de aproximadamente 200cc y 100cc menos, en comparación a los escolares no desnutridos, tanto en el sexo masculino, como femenino, respectivamente y que el rendimiento escolar está condicionado significativamente por factores genéticos y ambientales. Por otra parte el CI de los escolares desnutridos era de 25 puntos más bajo y su rendimiento escolar equivalente a la tercera parte, del presentado por los escolares no desnutridos. Otros datos revelaron como el CI del alumno, el CI de la madre, el CI del padre, el peso del nacimiento, la talla del nacimiento, y la desnutrición acaecida en los primeros años de vida, fueron factores determinantes en el rendimiento escolar, siendo el CI del alumno la variable de mayor contribución al explicar la varianza del rendimiento escolar en ambos sexos.

Desde una óptica diferente, De Santis y García (2008), realizaron un estudio longitudinal con 60 niños de ambos sexos de sectores pobres de una localidad de Argentina, evaluando su estado nutricional, hábitos de alimentación, índice de masa corporal y entrevistas a la madre sobre características del embarazo y primeros años de vida. Igualmente el rendimiento escolar es evaluado desde la educación preescolar hasta la educación primaria. Los hallazgos revelaron: que las causas del menor rendimiento en el área cognitiva por parte de estos niños y niñas, podría estar vinculados no con el estado nutricional actual directamente, sino con una alimentación temprana y progresiva de alta densidad calórica – responsable del sobrepeso- y de baja densidad nutritiva, deficitaria en nutrientes esenciales para la función neuronal (desnutrición oculta). Los alimentos ricos en calorías y de escasa densidad nutritiva tienen menor costo y por tanto, son de más fácil acceso desde el punto de vista económico, lo cual sumado con un patrón de alimentación familiar poco efectivo o estimulante. Ello es atribuible a los padres también provenientes de hogares con carencias nutricionales  manifiestas y reflejadas en su baja talla y otros aspectos socioeconómicos fuertemente limitantes.  Por otra parte, afirman los referidos autores, si el crecimiento del sistema nervioso central durante los primeros años de vida no es óptimo, el niño  desarrollará funciones cognitivas en forma deficiente, lo cual le impide un desenvolvimiento favorable a la hora de aplicar operaciones relacionadas con el área cognitiva.

De aquí la importancia de consolidar un conjunto de hábitos saludables de alimentación desde la infancia al reflejar su impacto en aspectos como el desarrollo cerebral, de repercusión en el desarrollo motor, socioemocional, la creatividad, el desenvolvimiento del niño y la niña en la escolaridad, y limitando cualquier posibilidad de desarrollo integral futuro como individuo en la sociedad.

Otro trabajo sobre esta temática es el desarrollado por Dubois y col (2009), quienes estudiaron la relación entre la obesidad infantil en edad preescolar y la conducta de omitir el desayuno. La investigación se basó en datos del estudio longitudinal de desarrollo del niño de Québec (LSCDQ 1998-2012) en Canadá, sobre la base de una muestra representativa geográfica- al azar (población 7 millones, con 70.000 nacimientos por año) de 2.103 niños de ambos sexos, sin discapacidad o enfermedades graves al nacer, en edad preescolar. Para la evaluación nutricional se registró el índice de masa corporal (IMC) indicador que relaciona el peso (Kg.) / la estatura (m2), el mismo se calculó en dos oportunidades durante el año de estudio y la evaluación de la dieta incluyó registros de comportamiento alimentario en la escuela, recordatorio de 24 horas y entrevistas a los padres.

Los resultados demostraron que los niños que omiten el desayuno consumen menos granos, frutas y productos lácteos, lo cual conlleva a una dieta de poca calidad y mayor probabilidad de sobrepeso y obesidad. Tales condiciones son ocasionadas por una mayor ingesta de carbohidratos en la cena o meriendas irregulares u oportunistas, con alimentos ricos en azúcares y grasas como patrón de consumo familiar. En contraposición, los niños con regularidad en el desayuno ingieren más porciones de verduras, cereales y productos lácteos. En ellos a su vez de destaca la poca presencia de carbohidratos en la cena y un IMC normal para su edad y sexo.

Lo expuesto permite considerar como el desayunar permite reducir la ingesta de energía durante el día, ya que el niño satisfecho será más activo y proactivo al gasto energético, reduciendo la tendencia al aumento de peso. Esto establece una línea de acción pedagógica a la promoción de hábitos saludables desde la edad preescolar, de la ingesta de un desayuno adecuado, lo cual contribuye con una distribución equilibrada de energía durante el día, menos riesgo de enfermedades crónica en la adolescencia y edad adulta,  con énfasis en la políticas de salud  orientadas a la promoción de mensajes a los padres y niños sobre la importancia del desayuno como elemento clave de su alimentación.

Desde otra perspectiva no es suficiente para el niño la disposición en la escuela, de alimentos nutritivos, adecuados y suficientes para garantizar su ingesta y la adquisición o consolidación de hábitos saludables de alimentación. Se hace necesario el acompañamiento pedagógico y el desarrollo de una actitud y contextos estimulantes por parte del personal encargado del suministro de la alimentación y el maestro para lograr esos propósitos. Otros hallazgos sugieren incluso, si se presenta un menú nutricionalmente adecuado, aspectos como: a) las habilidades de cocina y la preparación de menús atractivos; b) la falta de modelos promotores de una alimentación saludable; c) la presencia estimulante del (maestro-niño); y d) la colaboración de los padres; son elementos de incidencia en lo consumido por los niños (Moore, y col, 2009).

Por lo tanto, el desarrollo de políticas basadas en prácticas adecuadas, el uso de estrategias pedagógica estimulantes, acompañada de menú atractivos y un contexto o ambiente creativo, acompañado o reforzado por una actitud coherente en su hogar, constituirá un programa altamente pertinente en la promoción de hábitos saludables de alimentación, siempre y cuando se adapten al contexto y cultura de la comunidad.

Lo anterior conduce reflexionar sobre la importancia de la promoción de hábitos saludables de alimentación desde la infancia y su repercusión en el desarrollo de los aspectos cognitivos, afectivos, emocionales y motores de los niños y las niñas, así como las desventajas y limitaciones en su desarrollo futuro. Dentro de estos escenarios no solo la disponibilidad de alimentos y suministro de una dieta adecuada son los aspectos determinantes, también influyen de manera determinante el ambiente escolar, las estrategias empleadas por el maestro y su formación profesional en el tema alimentario y nutricional, la preparación de los alimentos, el patrón alimentario de los padres, aspectos socioeconómicos del grupo familiar y la cultura de la comunidad donde se desenvuelve. También es relevante el desarrollo de políticas gubernamentales de apoyo a los canales de comunicación orientados al fomento de mensajes positivos sobre la promoción de hábitos de alimentación saludables desde la etapa de gestación.
Fuente:
De Santis,  G. y García, M. (2008). Relación entre el estado nutricional, herencia y las funciones cognitivas en el aprendizaje en niños escolares de primer grado. Actualización en Nutrición. 9 (3). 234-246. Documento en Línea. Disponible:      http://www.revistasan.org.ar/buscador.php?t=3&Id Revista=8#.
Dubois, L. M. Girard, M. Potvin, A. Farmer y F. Tatone-Tokuda, (2007). Breakfast skipping is associated with differences in meal patterns, macronutriente intakes and overweight among pre-school children. Public Health Nutrition: 12(1), 19-28. Disponible: http://journals.cambridge.org/ action/displayFulltext?type=1&pdftype=1&fid=3046176&jid=PHN&volumeId=12&issueId=01&aid=3046168.
Leiva, B., N. Inzunza, H. Pérez, V. Castro, J. Manzana, T. Toro, A. Almagiá, A. Navarro, Ma S. Urrutia, J. Cervilla y D. Ivanovic. (2001). Algunas consideraciones sobre el impacto de la desnutrición en el desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar. . ALAN. vol.51, no.1, p.64-71. Disponible [http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-0622200 1000100009&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0004-0622].

Moore, S., K. Tapper y S. Murphy. (2009). Feeding strategies used by prymari school meal staff and their impact on children9s eating. Jounal of Human Nutrition and Dietetics. 23(1). p. 78-84. Disponible: http://www3.interscience.wiley.com/cgi-bin/fulltext/122652223/ PDFSTART

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