viernes, 26 de junio de 2015

Una mirada a las políticas de alimentación y nutrición a través del Primero al Noveno Plan de la Nación.

El propósito de la presente reflexión,  es realizar una mirada de las políticas de alimentación y nutrición a través de los Planes de la Nación. Esto significa, un vistazo, a las políticas diseñadas entre el primer (I) y  noveno (IX)  plan de la nación,  direccionada al Sector Salud, e implica  la consideración de los instrumentos de gestión denominados Planes de la Nación.  
Qué es un Plan de la Nación?, para Molins (1988) son un  proceso de “planificación e instrumento de gestión, cada vez más necesario para la toma de decisiones y ejecución de programas gubernamentales en las diferentes instancias” (p.98).   Es decir, los planes de la nación,  son un sistema de integración por definición, mediante el cual se determinan los mecanismos de participación de los niveles estratégicos, tácticos y operativos.
De acuerdo a lo expresado por la Comisión para América Latina y el Caribe (1998) se entiende por políticas de Alimentación y Nutrición, “al conjunto coherente de principios, objetivos, prioridades y decisiones adoptadas por el Estado y aplicado por sus instituciones como parte integrante del Política Nacional.” (p. 143)  O sea, es llevar las acciones que  procuren a toda la población, en un tiempo definido, los alimentos y demás condiciones sociales, culturales y económicas  indispensables para la adecuada nutrición y bienestar alimentario.
Por lo tanto, el objetivo  de la política alimentación y de nutrición, es mejorar el estado de salud nutricional de la población. Se enmarca dentro de la política de desarrollo económico social global, concretando medidas para la atención integral de la población vulnerable, entendiéndose por vulnerable, aquellos grupos específicos de la población, con alto riesgo a desarrollar desequilibrios nutricionales por sus características fisiológicas y condiciones de vida.
Ahora bien, expresa Lima (1995)  que los planes de la nación deberían plasmar las decisiones de la institucionalidad pública,
debidamente sustentada en información idónea y dentro de los parámetros de desarrollo establecidos, en los cuales la alimentación y nutrición ocupen el lugar que les corresponde. La acción racional pública se supone que resguarda la coherencia interna y externa de sus acciones estratégicas, imprime fuerza a las variables en juego, procura la convergencia, la sinergia y complementación de sus programas, junto a la definición de los prerrequisitos políticos e institucionales (p. 30).
En otras palabras, los planes de la nación son la herramienta de planificación, formulación de  políticas, grandes orientaciones,  con establecimiento de prioridades y  diseño de  estrategias que plantea viabilidad a los grandes propósitos y al conjunto de programas y proyectos inherentes al tema tratado.
Según Giordani (1999) la vida política y económica del país,  ha orientado la política social y nutricional.  Afirma, que  “desde el I plan hasta el VII plan de la nación, se amplió la cobertura de los servicios sanitarios, vivienda y seguridad social de toda la población” (p.242). Es decir, hubo interés en desarrollar programas de salud preventiva y en la desconcentración de los servicios prestadores de salud.
En consideración, a Padrón (1999) para el período 1984 a 1993, las fluctuaciones del ingreso petrolero continuaron teniendo una influencia decisiva en  Venezuela. “Sin embargo, al final del período se percibió una distribución más equitativa de la riqueza, el ingreso per cápita real descendió, los niveles de pobreza se ubicaron en 40% con evidente deterioro de la salud y la educación” (p. 17). Con referencia a lo citado, el autor se apoya en el Boletín Informativo Anual INN del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN), donde   reitera que para el año 1990,  
el déficit nutricional en niños menores de 15 años se ubicó  entre 16,2% y en niños menores a los 2 años en  15,4%. Considerándose una serie de mecanismos para intervenir en el ámbito nutricional como el Programa de Alimentos Estratégicos (PROAL), el subsidio familiar hacia los hogares con niños escolarizados (Beca Alimentaria, Desayuno y Merienda, Comedores Escolares), fortificación de alimentos, Programa de alimentación materno infantil (PAMI), Promoción de la lactancia materna, programa de Hogares y Multihogares de cuidado diario (p.19). 

En otras palabras, estos programas fueron, especialmente dirigidos a los grupos poblacionales más vulnerables, embarazadas, lactantes, preescolares, niños en edad escolar y familias campesinas.
En referencia, al VIII plan de la nación  1989-1993,  cita Lima (1995) se diseñó una estrategia agroalimentaria que comienza denunciado “la falsa creencia de la importancia estratégica del total autoabastecimiento porque la seguridad alimentaria requiere de una sana y económica importación de ciertos rubros agrícolas” (pp.32-33). Igualmente, traza dos objetivos: el primero, satisfacer los requerimientos alimentarios de forma económica y segura, y el segundo, lograr el crecimiento acelerado y sostenido de una agricultura eficiente y competitiva. Con 4 grandes estrategias:
a) reconversión agrícola y agroindustrial, en la cual son básicos los rubros potencialmente competitivos; b) para incentivar la productividad y la reconversión agrícola se auspiciará una reforma comercial, que implica apertura al comercio exterior, el cual promoverá la organización eficiente de los agentes del circuito agroalimentario y reducirá el déficit alimentario y nutricional; c) inversión en infraestructura de apoyo y financiamiento a la producción; y  d) mejoramiento del nivel y calidad de vida en el medio rural (p. 37).
      
En efecto, lo planteado en el VIII plan de la nación,  concebía  mejorar los niveles de eficiencia, productividad y competitividad, lo que se traduciría en una mejora del consumo, con efecto sobre alimentación y nutrición para la población venezolana.
En afirmación, realizada por Hernández (1999) entre 1984 y 1995, las necesidades alimentarias superan la capacidad de suministro a consecuencia de dos factores determinantes: el estancamiento en la producción de alimentos y la disminución de las importaciones. Entre los años “1990-1992, el porcentaje de población sub-nutrida era de 11%, para 1999-01 alcanzó un 24%. Se calcula que el grado de calorías consumidas  bajó de 2.460 a 2.196 durante estos años, a pesar que el consumo de alimentos mejoró levemente” (p.6). En resumen, es significativo el incremento de población vulnerable ante la reducción de ingesta calóricas.
En lo que respecta, a las  políticas contenidas en el IX Plan de la Nación, 1994-1999,  en materia alimentaría y nutricional, se aproxima a través de un conjunto de estrategias y operaciones en aumentar la producción y disponibilidad de alimentos para el consumo masivo, la compensación alimentaria a los grupos más débiles y la adición de nutrientes en los alimentos de la ingesta básica. A todo esto, de acuerdo a lo reseñado por la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia de la República CORDIPLAN (1995) agrega cómo quedan agrupadas en áreas programáticas de atención:

acciones dirigidas a la población en general, acciones de compensación alimentaria a grupos vulnerables, beca de alimentación y comedores industriales, acciones de compensación alimentaria a los trabajadores, estrategias de apoyo para la educación nutricional, así como  la información y comunicación (p. 147). 

De hecho, la instrumentación de la política alimentaria y nutricional se desarrolló a través del fomento de la integración, la coordinación intersectorial, descentralización y participación de la sociedad civil en la ejecución de los programas. Con el objetivo de mejorar la eficacia de los mismos, por lo que los programas de abastecimiento popular, de alimentación estratégica y el programa especial de merienda (PEM), fueron ejecutados por el Instituto Nacional de Nutrición para niños no escolarizados, y activados con intermediación de la sociedad organizada.
En ese mismo orden, los referidos  programas tuvieron  un impacto directo sobre la disponibilidad y consumo alimentario. El programa alimentario estratégico y el subsidio familiar hacia los hogares con niños escolarizados, contemplaron acciones dirigidas hacia la población general, y percibió garantizar la seguridad alimentaria de éstas. Cabe agregar, que la atención también se  focalizó hacia los grupos más débiles, a través de complementos alimentarios hacia el niño no institucionalizado, el escolar, la embarazada y el anciano.
Finalmente, la mirada a las políticas alimentarias y nutricionales, entre el  Primero  al Noveno Plan de la Nación,  se planteó  consideraciones sobre características del problema de  nutrición, su prevalencia y gravedad,  duración breve o larga, posible relación con una carencia determinada o con la malnutrición en general, distribución (es decir, ¿si afecta a un grupo específico de la población? ó ¿esta más extendida?) y la importancia relativa de los diversos factores que la determinan. Tal información, es necesaria para orientar a los formuladores de las políticas, para alcanzar el fin último de una política social, que es el ejercicio y goce de una vida significativa.

Referencias
CEPAL-ONU (1998). Panorama social de América Latina. Santiago: ONU
Giordani, J. (1999). La planificación como proceso social. Maracaibo:Vadell hermanos editores.
Hernández de Valera, Y. (1999) Perfil nutricional de Venezuela. Fundación CAVENDES. INN. Caracas: Venezuela.
INN-SISVAN. Boletín Informativo. Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional 2005.
Lima. B. (1995). La política alimentaria nutricional del período 1989-1993. Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura,  Nº 1 (julio- diciembre) pp. 28-55.
Molins, M.(1988). Teoría de la Planificación. Caracas: Editorial Comisión de estudios de postgrado facultad de humanidades y educación. UCV.
Padrón, M. (1999). Plan de Acción en Nutrición. Trabajo elaborado por la FAO y el INN. Caracas:Venezuela.
República de Venezuela, Presidencia de la República, Oficina Central de Coordinación y Planificación (CORDIPLAN), El Gran Viraje. Lineamientos Generales del VIII Plan de la Nación, (Caracas, 1990).
República de Venezuela. (1995). CORDIPLAN, Un Proyecto de País. Venezuela en Consenso. Documentos del IX Plan de la Nación, (Caracas: Talleres de la Imprenta Nacional).
  
Es difícil medir el significado de la vida, pero más difícil, es medir una vida significativa
Anónimo

Yliana Ruiz de Jerez.

Profesora en Historia y Ciencias Sociales (UPEL). Especialista: Gerencia Pública. Mención Descentralización de los Servicios Educativos (UFT). Maestría Ciencias de la Educación (USM). Maestría: Diseño de Política  y Planificación Educativa (UCV). 20 años de servicio en el Ministerio de Educación. Dirección de Planificación, Presupuesto y Control de Gestión, Zona Educativa Miranda y actualmente se desempeña como Profesora en la UPEL-Pedagógico de  Miranda “José Manuel Siso Martínez”. Dpto. Geografía e Historia.   

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